Diario del Huila

Consejo de ministro ¿sainete o estrategia?

Feb 8, 2025

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Por: Ernesto Cardoso Camacho

La Real Academia de la Lengua Española define el término SAINETE de dos maneras. Como nombre masculino “ obra teatral en uno o más actos, frecuentemente cómica, de ambiente y personajes populares, que se representa como función independiente”; y  “pieza dramática en un acto, de carácter popular y burlesco, que se representaba como intermedio o al final de una función”.

Como podrá observarse, tales definiciones permiten ser aplicadas al inusual acto de contenido administrativo y político protagonizado hace pocos días por el presidente Petro y sus ministros.  Inusual en tanto que fuera transmitido en vivo por todos los canales de televisión abierta por orden expresa del ejecutivo; no obstante que en el artículo 9 de la ley 63 de 1923 se señala que, como cuerpo consultivo, sus sesiones son absolutamente reservadas puesto que allí se discuten y deciden aspectos importantes del Estado.

En estas circunstancias es evidente que, como no se discutieron ni se tomaron decisiones trascendentes de gobierno, el evento terminó siendo mas un sainete con altísimo contenido de hábil estrategia política. El calificativo que en muchos medios y sectores de opinión se le ha dado como “reality show” describe la sensación que despertó su inusitado desarrollo.

Sin embargo, podemos afirmar que el único aspecto serio señalado por el propio presidente se refirió a que su gobierno “ no ha cumplido con 146 de los 195 compromisos asumidos”, es decir que le falta por cumplir cerca del 75% o que solamente ha cumplido con el 25% de sus promesas de campaña, cifras que revelan la enorme incompetencia de su liderazgo para la gobernanza, cuando ha transcurrido más del 62% de su período constitucional. Con estas cifras no puede catalogarse de apasionada oposición política dicha revelación, si no que, por el contrario, el candidato Petro se excedió en promesas electorales en el mejor estilo demagógico y populista que tanto combatió en la campaña, especialmente en relación con la corrupción política.

Pero claro, sus fanáticos aduladores persisten en desconocer hechos que como este son contundentes y desgastan la imagen presidencial, pretendiendo tapar el sol con un dedo y responsabilizando a los partidos de oposición por el evidente fracaso del gobierno.

Hasta aquí podría ser el sainete protagonizado por el presidente y sus ministros, el cual, sin duda alguna, atizará la agobiante polarización política, pues tendrán los medios y las bodegas de las redes sociales, suficiente material para contribuir en dicho propósito.

Por otra parte, es evidente también que el inédito evento tiene claras intenciones de habilidosa estrategia política diseñada por los asesores y el propio presidente.

Fieles a su estilo populista buscan concientizar al pueblo acerca de los actos y decisiones de gobierno, pues según ellos, sus predecesores actuaban en la sombra cocinando negociados y privilegios, con los cuales han gobernado por tantos años manteniendo el poder para sus propios beneficios e intereses; mientras que en el gobierno del cambio la transparencia de sus actos permitiría una democracia más real y participativa dirigida a la equidad social.

Promueven entonces la controversia interna entre los miembros del gobierno como eficaz mecanismo dialéctico para construir consensos, dando ejemplo de tolerancia y libertad de pensamiento como elementos fundamentales de la dinámica social.

Por último, con el desafortunado sainete han querido vender al presidente Petro como el gobernante capaz de permitir el disenso, entre sus fieles ministros y quienes tienen agendas paralelas, pero donde finalmente su autoridad se impone como el gran líder de la manada.

La conclusión, curiosamente ha sido desafortunada y un poco delirante. Saravia y Benedeti constituyen sus más cercanos y fieles guardianes de secretos, por encima de sus copartidarios a quienes agradece su lealtad política para alcanzar el poder, pero se ven obligados a renunciar a sus cargos porque no comparten esas nuevas lealtades que ahora subyugan al presidente.

Ha quedado claro que el gobierno hace agua, asediado por la crisis fiscal, el fracaso de la paz total, la inseguridad y la corrupción, pero especialmente por la absoluta incapacidad de gobernar que ha demostrado durante estos largos dos años y medio del período. El estilo populista, autocrático y pendenciero del presidente Petro ha naufragado aun dentro de su propio equipo de gobierno. Las expectativas y la demagogia superaron con creces las reales capacidades de gobernar y por ello ahora el presidente optará por arreciar su alocado mesianismo, encerrado en el pequeño sanedrín de los cuervos que terminarán sacándole hasta los ojos como dice el conocido refrán.

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