Diario del Huila

Con los petroglifos no se juega

Feb 8, 2025

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Por un fallo del Consejo de Estado, Edgar Prada Sterling, actual alcalde del municipio de Acevedo, tiene contados los días para proceder a proteger y conservar un invaluable petroglifo de al menos 10 toneladas, hallado originalmente en un predio de su propiedad, del cual fue trasladado en 2020 y arrojado por una pendiente hacia el lecho del río Suaza, de donde fue recuperado.

DIARIO DEL HUILA, ESPECIALES

Por: Marta Eugenia López B.

Un plazo perentorio de seis meses, contados a partir del 17 de octubre de  2024,   fijó el Consejo de Estado  para que el municipio de Acevedo tome en cabeza de su alcalde Edgar Prada Sterling, todas las medidas necesarias definidas por el Instituto Colombiano de Antropología e Historia -Icanh-,  para la protección y conservación de un valioso petroglifo de al menos 10 toneladas, trasladado en 2020 de un predio de su propiedad y  arrojado por una pendiente hasta la terraza aluvial del río Suaza, de donde fue posteriormente recuperado.

El fallo que ampara el derecho colectivo a la defensa del patrimonio cultural de la Nación,  ordena,  además, al mismo municipio, formular en un plazo de cuatro  meses  un proyecto de identificación, registro, conservación y promoción de los petroglifos pertenecientes al patrimonio arqueológico, ubicado en esa jurisdicción.

El petroglifo en cuestión

Descritos años atrás en uno de sus libros por Gilberto Vargas Motta, sobre la pieza arqueológica que motivó el fallo el historiador destacó que en una de sus caras contiene grabados rupestres circulares, enmarcados dentro de dibujos ornamentales terminados en espiral, representación, según el mismo académico, de un culto lunar.

Como resultado de sus estudios Vargas Motta afirmó que este y otros petroglifos hallados en los municipios de Acevedo, suroriente del Huila y en Suaza, al centro, constituyen una manifestación del arte rupestre primitivo de la cultura Andakí.

Sobre su valor histórico y cultural, el mismo historiador afirma que, además del  interés arqueológico que despiertan, los petroglifos hallados dan  cuenta del  grado de adelanto que acusan esas representaciones en bajo relieve, cuyos signos podrían indicar algunas de sus ideas religiosas.

Defensa

El traslado de tan importante pieza arqueológica desde su sitio de origen y el haber sido arrojada por una pendiente de aproximadamente 60 grados hasta caer al cauce del río, conmocionó en el año 2020 las redes sociales.

Los hechos dieron lugar a que el abogado Adadier Perdomo Urquina  asumiera a través de una Acción Popular, la defensa de los derechos constitucionales y convencionalmente amparados, colectivos y del medio ambiente y en especial, la protección del patrimonio público, cultural y arqueológico de la Nación.

No era para menos. La Ley 1185 de 2008 considera los petroglifos parte  del patrimonio arqueológico de la Nación.

De acuerdo con el abogado Perdomo, el petroglifo depositado en el río Suaza se encontraba originalmente en el sitio conocido como “Puente Pilatos”, en inmediaciones de las veredas San Antonio y Llanitos del municipio de Acevedo, en un predio de propiedad del ciudadano Edgar Prada, frente al sitio donde funcionó el “Hogar Juvenil Campesino”.   

Según averiguaciones del abogado Perdomo, dicho petroglifo, vestigio del periodo lítico, “hace parte del patrimonio cultural y arqueológico de la Nación. Por ello, su remoción con maquinaria pesada del lugar de origen y su conducción al cauce del rio Suaza quebrantó el patrimonio cultural colombiano”.

Primera instancia

El 21 de octubre de 2020, el Tribunal Administrativo del Huila admitió la demanda y, mediante auto de la misma fecha, ordenó como medida cautelar de urgencia al director del  Icanh, al gobernador del Huila y al alcalde del municipio de Acevedo, que, en un plazo máximo de cinco días contados a partir de la fecha de recibo de dicha comunicación, realizaran las actividades necesarias para poner en un lugar adecuado y seguro el petroglifo, en el mismo municipio.

En consecuencia, siguiendo los protocolos de preservación y conservación y las recomendaciones técnicas del Icanh, el departamento del Huila y la administración municipal de Acevedo en cabeza de su alcalde Gentil Tapiero Buitrago,  procedieron en presencia de una arqueóloga del Instituto y de un equipo de profesionales, a recuperar el petroglifo  con la  intervención  de  la policía de turismo y del cuerpo de bomberos, que ahora se hallaba en el cauce del río Suaza, en el sector que colinda con la entrada occidental del municipio.

Una vez recuperada la invaluable pieza arqueológica, con una retroexcavadora y   protegida con colchonetas,  fue trasladada en una cama baja al corredor exterior del edificio de la alcaldía municipal donde  fue ubicada,  lejos del  predio en el que fue hallada en el paraje San Antonio, en inmediaciones de las veredas San Antonio y Llanitos.

Aun cuando el Icanh contempló su traslado hacia la Casa de la Cultura o al parque principal, por falta de vías de acceso con atributos necesarios para manipular la maquinaria, su traslado a uno de estos dos sitios fue imposible.

Basada  además en  registros fotográficos, en su informe  la arqueóloga de dicha institución determinó  que hubo afectación al patrimonio de la Nación, debido a la remoción no autorizada del petroglifo de su sitio original y  a  la traumática caída a la que fue sometida la roca.

Apelación

Insatisfecho especialmente con el sitio donde fue reubicado el petroglifo, el abogado Perdomo Urquina apeló la sentencia proferida el 27 de junio de 2023 por la Sala Tercera de Decisión del Tribunal Administrativo del Huila, argumentando que otra administración podía sacar  el petroglifo  de la plazoleta donde fue ubicado y tirarlo,  tal como sucedió, como si fuera una piedra cualquiera.

En su defensa, la apoderada judicial del Icanh, entidad involucrada en el proceso, desestimó que el petroglifo pueda volver  a ser ubicado en el sitio de origen,   como lo expresa en la demanda el abogado, con el fin de  garantizar  el cuidado  necesario  para su protección y futura conservación, en vista de que en el lugar de origen fue construida una bodega destinada a la compra de café.

Por esa misma razón tampoco se podrán adelantar estudios arqueológicos del suelo y del subsuelo sobre el sitio donde fue hallado originalmente, con el fin de establecer si en él, existen más vestigios arqueológicos.   

Inventario

Al admitir la apelación y acoger varias   solicitudes del demandante, por decisión del Consejo de Estado, la administración municipal debe   levantar un inventario de los sitios de importancia arqueológica existentes en Acevedo.

Aun cuando la pretensión  del demandante incluía el registro de los hallados en el municipio de Suaza, este fue excluido del fallo.

En sus argumentos, Perdomo sugirió que dicho inventario detalle  la ubicación, el estado de los vestigios y los propietarios de los terrenos y se adelanten estudios de los sitios de interés arqueológico  existentes en Acevedo, donde se observe presencia de obras de arte rupestre.

Según sus datos, en el margen derecho del río Suaza, en las veredas  San José de las Minas, Anayaco, Versalles, La Tijiñá y en San Martín (límites entre Suaza y Acevedo) existe una gran variedad de arte rupestre y vestigios líticos que, sumados a los que resulten de la  investigación, deben ser rescatados y protegidos.

En concepto del abogado demandante serían alrededor de cien vestigios en once sitios reconocidos por el Icanh en el mismo municipio, que considera deben ser comprados con el fin de garantizar su conservación.

Al respecto, la defensora del Icanh, afirmó que adquirir los predios donde se encuentran los vestigios líticos no es pertinente,  puesto que existen  otros mecanismos adecuados para la protección y conservación del patrimonio arqueológico que  permiten sancionar cualquier acto transgresor del mismo. “Además, la adquisición de los inmuebles no garantiza necesariamente la protección del petroglifo”- dijo.

Realizar dicho inventario no es tarea difícil,  por cuanto ya  existe el registro de varios descritos por historiadores como Gilberto Vargas Motta.

Adicionalmente, en la  administración anterior, un grupo de funcionarios liderados por el ingeniero industrial Freyzer Bernal Castrillón  del equipo de turismo de la secretaría de Planeación Municipal, halló en diversas salidas programadas en busca de ellos, diez nuevos petroglifos en Anayaco, Tijiñá y El Cedral, con  representaciones geométricas, zoomorfas y antropomorfas, que procedieron a registrar con el fin de incentivar el turismo hacia esa zona, mediante la creación de la “Ruta del petroglifo, el café y la palma de Iraca”.

De acuerdo con Bernal, dicho proyecto surgió con el objetivo de definir y trazar un recorrido turístico que combinara cultura, agricultura y artesanía” a partir de los sitios y productos insignia de la localidad, a saber, los petroglifos, el café y la palma de iraca.

A tal punto llegó su compromiso que,  guiados por campesinos de la zona hacia las  montañas, valiéndose de  modernas tecnologías,  geo-referenciaron los nuevos hallazgos.

Compromiso

Lejos de pensar que el desconocimiento del valor del petroglifo arrojado al río Suaza le acarrearía  futuros problemas a su administración,  el propietario del predio donde se hallaba originalmente dicha pieza arqueológica, elegido por voto popular para que en la actualidad rija el destino del municipio de Acevedo, está obligado, a partir del fallo del Consejo de Estado, a reconocer  el valor de este y demás  petroglifos existentes no solo en el municipio de Acevedo sino en varios países, donde son apreciados, exhibidos y analizados como muestras de arte rupestre con representaciones  de la vida del hombre, de su espacio y su cosmogonía, elaboradas con instrumentos varios por nuestros antepasados aborígenes.

Sobre ellos, en el fallo de primera instancia el Tribunal Administrativo del Huila dijo: “Son manifestaciones artísticas y culturales valiosas que merecen ser tratadas con respeto y aprecio”.

Por lo anterior,  quizás un acto de contrición motive ahora a Edgar Prada Sterling,  actual mandatario del municipio de Acevedo, a promover en el tiempo que resta de su administración, un proyecto que conduzca a la recolección de piezas arqueológicas precolombinas que se encuentran en poder de personas naturales y  a sentar las bases para la construcción de un museo y un  Centro de Memoria Histórica en el municipio, en el que puedan estar protegidos y ser exhibidos al público, deseo expresado por el abogado Perdomo Urquina, quien advirtió que  bien podrían estar al cuidado y ser apoyados por la Biblioteca Municipal.

A futuro y con fe,  el consagrado hombre de leyes, tal vez pueda ver cumplido también su deseo  de que esta u otra administración, reproduzca algunos estudios y ordene la realización de nuevas investigaciones sobre  el patrimonio arqueológico del municipio  y que un día,  no lejano, se  dinamice el turismo hacia los sitios donde reposan dichos vestigios.

Ahora, todas las instituciones involucradas en el asunto: los municipios de Acevedo, y Suaza, el departamento del Huila, el Ministerio de Cultura, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, el Icanh, el Archivo General de la Nación y el Instituto Caro y Cuervo  y los lectores, tenemos claro, que  conforme a las leyes, sin intervención del Icanh, entidad encargada de velar por la conservación y el mantenimiento de los vestigios arqueológicos a nivel nacional, ninguna autoridad municipal ni departamental y menos un particular, tiene  la potestad de ordenar la reubicación de un petroglifo ni ningún otro tipo de bien  de interés cultural, que haga  parte del patrimonio arqueológico  de la Nación.

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