El sepelio realizado en zona rural de Íquira reunió a integrantes armados del bloque Isaías Pardo, quienes acompañaron la despedida de un presunto disidente muerto durante el reciente hostigamiento en Tesalia.
DIARIO DEL HUILA, Panorama
POR: ANDREA BELTRÁN CRUZ
La presencia de hombres armados en zona rural de Íquira durante el sepelio de un presunto integrante de las disidencias prendió las alertas de autoridades y generó preocupación entre los habitantes del occidente del Huila. El fallecido, señalado de manera preliminar como alias El Flaco, habría perdido la vida después de resultar herido en medio de los hechos registrados en la noche del viernes 5 de diciembre en Tesalia, donde se produjo un ataque contra la Estación de Policía. La despedida incluyó un grupo numeroso de personas armadas que realizaron disparos al aire mientras acompañaban el entierro en el corregimiento de Ríonegro, jurisdicción del municipio deÍquira.
En videos registrados por la comunidad muestran a integrantes del grupo armado realizando una especie de ceremonia que incluyó la exhibición de fusiles y descargas al aire mientras trasladaban el féretro hacia el cementerio del sector. Las imágenes mostraron que miembros armados del grupo ilegal se movilizaron en la zona durante la despedida, sin que se registrara intervención de la fuerza pública en ese momento.
La identidad del fallecido no ha sido confirmada por las autoridades; sin embargo, de manera extraoficial se trataría de Emmanuel Marín, señalado como integrante del bloque Isaías Pardo, de las disidencias de las Farc, uno de los más activos en el occidente del departamento. En los videos difundidos se observa a un hombre malherido siendo arrastrado por una calle de Tesalia en medio de la confrontación que se presentó el 5 de diciembre. Según los reportes iniciales, el individuo habría recibido impactos durante el cruce de disparos con unidades policiales que repelieron el ataque a la estación del municipio.
Lo ocurrido en Tesalia la noche del ataque
El hostigamiento en Tesalia se produjo al caer la noche del viernes 5 de diciembre. Habitantes del casco urbano reportaron haber escuchado tres explosiones en cercanías de la estación de Policía, seguidas por ráfagas que se prolongaron durante varios minutos. Algunos residentes manifestaron que el grupo armado habría utilizado drones durante la acción. Las detonaciones provocaron alarma entre la población, quienes permanecieron resguardados mientras uniformados del Ejército y la Policía contenían el ataque.
De acuerdo con los reportes institucionales, ningún miembro de la fuerza pública resultó lesionado. El control de la situación fue asumido por las unidades que llegaron al lugar, lo que permitió detener la ofensiva y asegurar la zona inmediata de la estación. En medio de la revisión posterior, los equipos antiexplosivos hallaron e inhabilitaron tres cilindros bomba que habían sido abandonados por los atacantes. Uno de ellos estaba ubicado dentro de un cajero automático, mientras los otros dos se encontraban en puntos del perímetro urbano. La desactivación se realizó mediante procedimientos controlados para evitar daños adicionales en viviendas, edificaciones o transeúntes.
Las autoridades también informaron que durante la noche del ataque un integrante del grupo armado incendió dos vehículos en el municipio. Se trataba de un camión y un automóvil que fueron prendidos en llamas en una vía del casco urbano. Según versiones institucionales, la acción habría sido ejecutada para facilitar la huida de los responsables, pues el hostigamiento a la estación fue contenido rápidamente por los uniformados que se encontraban prestando servicio en la zona.
Mientras se desarrollaba el operativo en respuesta al ataque y se aseguraban los alrededores, fue registrado un video en el que aparece un hombre gravemente herido siendo arrastrado por otro individuo. Las imágenes circularon en redes digitales y entre habitantes, quienes las relacionaron con las acciones de los disidentes que participaron en la incursión. Pocas horas después comenzaron a circular versiones que señalaban que el hombre herido habría muerto como consecuencia de las lesiones sufridas durante el enfrentamiento.
La despedida en Ríonegro
La muerte del presunto integrante del grupo residual desembocó en una muestra de fuerza por parte de la estructura ilegal que opera entre Íquira y zonas limítrofes con el Cauca. El fin de semana posterior al ataque, varios hombres armados se desplazaron hacia el corregimiento de Ríonegro, zona rural del municipio de Íquira, donde se llevó a cabo el sepelio. En los registros se observan fusiles, prendas de uso no oficial y un grupo de personas que acompaña el traslado del cuerpo mientras realizan disparos al aire.
La presencia de estos individuos generó preocupación entre los residentes del corregimiento y de sectores aledaños, pues se trataba de un número considerable de personas fuertemente armadas movilizándose a plena luz del día. La actividad se extendió durante varios minutos, sin que se presentaran alteraciones contra la población civil del sector. La ceremonia incluyó momentos en los que los asistentes levantaron sus armas, al parecer como señal de despedida hacia el fallecido.

Reacción de las autoridades del departamento
Luego de que se conocieran los registros del sepelio y de que varias comunidades expresaran preocupación por el episodio, la Secretaría de Gobierno del Huila anunció que se están implementando medidas adicionales de protección y vigilancia. Juan Carlos Casallas, secretario de Gobierno del departamento, afirmó que se han identificado puntos con vulnerabilidades en estaciones de Policía y en zonas específicas que requieren mayor presencia institucional.
“Aquí lo más importante es que los ciudadanos nos informen de forma oportuna cuando evidencien que se están movilizando sujetos en vehículos, con cilindros que nos den esa información para que la fuerza pública pueda tener esa oportunidad de reaccionar y de evitar que este tipo de situaciones pongan en riesgo no solamente a la fuerza pública sino a la población civil”, indicó Juan Carlos Casallas.
El funcionario pidió a los habitantes informar de manera inmediata cuando observen vehículos, personas o elementos que puedan representar un riesgo para la seguridad de las comunidades y de la fuerza pública.
La Fuerza Pública ha mantenido presencia en la zona para verificar las condiciones de seguridad tanto en Íquira como en Tesalia y en otros municipios cercanos. Sin embargo, no se ha informado sobre capturas relacionadas con el sepelio o con la movilización de los individuos armados que aparecen en los videos. Tampoco se han confirmado las identidades de los demás presuntos integrantes del grupo armado que habrían resultado heridos durante los hechos del cinco de diciembre en Tesalia, aunque versiones preliminares señalaron que podrían ser dos.
Habitantes entre la preocupación y la incertidumbre
Los sucesos en Tesalia y la despedida armada en Íquira ocurrieron con pocas horas de diferencia, lo que generó inquietud entre la población del occidente del Huila. Varios habitantes manifestaron preocupación por la capacidad de las estructuras disidentes para ejecutar acciones coordinadas en municipios distintos y por el tipo de armamento exhibido durante el sepelio. En redes sociales, usuarios mencionaron que no habían visto una presencia armada de tal magnitud en la zona desde hace varios meses, mientras otros internautas indicaron que que en Tesalia los habitantes señalaron si preocupación por el hecho.
En los días posteriores al ataque, se mantuvo una presencia reforzada de Ejército y Policía en Tesalia para revisar puntos vulnerables y acompañar a la comunidad. Durante las labores de verificación, los uniformados continuaron recorriendo áreas urbanas y rurales para descartar la existencia de otros artefactos abandonados. La situación también llevó a conversaciones entre líderes locales y autoridades departamentales con el fin de evaluar nuevas medidas para prevenir eventos similares.

Un panorama complejo en el occidente del departamento
La sucesión de hechos desde el ataque en Tesalia hasta la despedida en Íquira evidenció nuevamente la presencia activa de grupos residuales que operan en zonas limítrofes con el Cauca y que se desplazan por corredores que conectan distintos municipios del Huila. Las acciones recientes reavivaron la discusión sobre las dificultades para ejercer control permanente en áreas rurales donde la topografía favorece la movilidad de estos grupos.
Las autoridades insisten en que se requiere un trabajo conjunto entre las instituciones y la comunidad. En ese sentido, se han enfatizado los mecanismos de aviso temprano cuando se detecten movimientos inusuales o cuando personas desconocidas transiten por áreas donde no suele haber flujo constante de vehículos o motocicletas. La advertencia busca que las autoridades puedan reaccionar antes de que se produzcan ataques o que se instalen artefactos explosivos como los desactivados en Tesalia.
Mientras continúan las verificaciones, la comunidad permanece atenta a los anuncios de las autoridades y a los movimientos en las zonas rurales. Los habitantes del occidente del Huila esperan que las acciones institucionales permitan reducir el riesgo de nuevos ataques y que se evite que episodios como la despedida armada en Ríonegro vuelvan a repetirse.









