El roble negro, una especie forestal endémica de Colombia, se encuentra en peligro de extinción, limitándose su presencia a solo cuatro departamentos del país.
Entre ellos, el Huila alberga la población más grande de esta especie, un verdadero tesoro natural que, aunque fundamental para el ecosistema, enfrenta graves amenazas debido a la deforestación y la falta de regeneración natural.
En 2023, un fenómeno inusual ocurrió en el sur del Huila: el roble negro fructificó en una cantidad nunca antes vista, produciendo semillas de forma exponencial. Este evento, una «explosión de vida», se registró en áreas de los Parques Nacionales Cueva de los Guácharos y el Corredor Biológico Guácharos-Puracé, donde los robles esparcieron semillas por senderos, bosques y riberas, creando una oportunidad única para la regeneración de la especie.
Este acontecimiento natural motivó a las comunidades locales y organizaciones ambientales de los municipios de Palestina y Acevedo a unirse para proteger al roble negro. Alejandro Fonseca, representante de la Fundación Cerca Viva de Palestina, relató que, junto con funcionarios de la CAM y estudiantes de la zona, iniciaron un proceso de rescate de las plántulas. Este esfuerzo resultó en la creación de un semillero con 1.000 plántulas de roble, sembradas en una finca de uno de sus socios.
La Fundación Cerca Viva, conformada por 12 socios, incluidos nueve campesinos de la zona, ha jugado un papel clave en la protección del roble negro. Estos campesinos, que habitan en las zonas amortiguadoras de los parques naturales, sienten un profundo sentido de pertenencia hacia la especie, especialmente porque fue en el sendero hacia la Cueva de los Guácharos donde se descubrió por primera vez el roble negro.
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En la actualidad, la comunidad cuida un robledal de aproximadamente 20 hectáreas, que alberga el sendero Roble Negro, una ruta que permite el acceso al parque natural. Fonseca explicó que, tras la «explosión de vida», comenzaron a recolectar las semillas de roble y, después de varios meses, más de 500 plántulas sobrevivieron y se encuentran en viveros dentro del bosque, donde se está evaluando la regeneración natural.
Además, la Fundación Cerca Viva ha extendido sus esfuerzos más allá, donando plántulas de roble negro a diversas comunidades y organizaciones ambientales, como colegios y reservas de la sociedad civil. La Asociación de Mujeres Campesinas y el grupo YaguaEte de Acevedo también han creado viveros para continuar con la siembra de estos árboles.
El roble negro es una especie protegida en el Huila, donde se encuentra en los municipios de Suaza, Acevedo, Pitalito y Palestina. El Huila es el único departamento del país con la población más grande de esta especie, lo que hace que su conservación sea aún más crucial. El Plan de Conservación del roble negro se implementa en áreas clave como el Parque Natural Corredor Biológico Guácharos Puracé y el Distrito Regional de Manejo Integrado Serranía de Peñas Blancas.
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