Por: Yamid Sanabria
Las juntas de acción comunal en el Huila son para muchas comunidades el único puente entre sus necesidades y la institucionalidad, un enlace que está bajo amenaza por la violencia de los grupos armados que buscan instrumentalizar estos liderazgos sociales en función de sus objetivos militares, donde siempre sale perdiendo el campesino, el estudiante, la ama de casa, el ciudadano que sigue en la zozobra de no hablar más de la cuenta por su seguridad.
El 9 de septiembre se celebra el día Nacional de los Derechos Humanos, en conmemoración de la vida y legado de San Pedro Claver, un jesuita que lideró esta defensa por la dignidad de la gente para vivir en paz; pero paradójicamente ese mismo día en 2025, se emitió un comunicado por el frente Hernando González Acosta de las disidencias de las FARC – Ep, confirmando el secuestro de la líder comunal Ana Beatriz Sánchez, quien afortunadamente por las comunidades y Cruz Roja fue liberada.
Lo preocupante de la situación es que, en dicho comunicado se expresa que la señora Ana Beatriz había sido retenida por presuntamente realizar fotografías y videos de los lugares que frecuentan estos grupos armados ilegales, es decir colaborar con las fuerzas oficiales; repitiendo una historia de nunca acabar entre ser informante de un grupo o del otro, en una eterna historia de desapariciones, torturas, asesinatos y desplazamientos forzados, que conllevan a una constante intranquilidad de los habitantes de estas zonas apartadas.
Según Indepaz desde el 24 de noviembre del 2016 hasta el 9 de septiembre del 2025; 469 firmantes de paz han sido asesinados y se han presentado 634 masacres que han dejado a 2.330 victimas; y en lo que va del 2025 han sido asesinados 113 líderes y lideresas sociales, de los cuales 28 eran líderes comunales en Colombia, en el cual los departamentos más golpeados son Cauca, Antioquia, Valle del Cauca, Meta y Huila. Una situación que se incrementará según analistas, con las nuevas elecciones a congreso y presidencia en 2026.
Finalmente, la violencia se alimenta con presencia de grupos armados, debilidad institucional, conflictos por tierra, narcotráfico, entre otros; en territorios que requieren acciones para prevenir estos actos delictivos, justicia para esclarecer los hechos, presencia del estado y mecanismos de reparación directa. Los líderes comunales deberían estar gestionando sus libros contables, de afiliados y gestionando por el bienestar de sus habitantes, no esquivando las balas de esta guerra miserable.
