80 comparecientes que no son considerados máximos responsables en el caso de ejecuciones extrajudiciales, llevaron a cabo el alistamiento técnico y de infraestructura para una nueva acción restaurativa en favor de las víctimas de los mal llamados falsos positivos.
Durante cuatro días, y divididos en varios grupos, los comparecientes comenzaron la elaboración de un mural pétreo destinado a honrar y dignificar la memoria de las víctimas asesinadas y presentadas falsamente como bajas en combate hace aproximadamente dos décadas en el sur del país.
Participación activa de las víctimas
En esta fase inicial participaron 30 víctimas, integrantes de los núcleos familiares de las personas que fueron asesinadas y desaparecidas forzosamente por agentes del Estado. Su asistencia ha sido fundamental dentro del proceso restaurativo impulsado por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Los comparecientes estuvieron vinculados, en su momento, a diferentes unidades militares, entre ellas:
- Batallón de Artillería No. 9 Tenerife
- Batallón de Infantería No. 27 Magdalena
- Batallones de Contraguerrilla No. 9 Los Panches y No. 28 Teniente Vladimir Valek
- Comando Operativo No. 5
- Gaula Huila
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Un proceso restaurativo en marcha
La actividad forma parte del Subcaso Huila, liderado por la magistrada Claudia Rocío Saldaña Montoya, de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas. En su despacho, los comparecientes han venido rindiendo aportes en distintos espacios restaurativos y diligencias judiciales, en cumplimiento del régimen de condicionalidad, que exige:
- Aporte de verdad plena
- Reconocimiento de responsabilidades cuando corresponda
- Acciones restaurativas que contribuyan a la reparación y construcción de memoria
Más de una veintena de familias de víctimas han participado de manera voluntaria en este proceso, tanto en Neiva como en Pitalito, acompañadas por la Secretaría Ejecutiva de la Jurisdicción.
Acompañamiento y apoyo territorial
La construcción del mural ha contado con el acompañamiento del Observatorio Surcolombiano de Derechos Humanos y con el apoyo de otras instituciones regionales del departamento.
Una vez finalizado, el mural pétreo se convertirá en un espacio permanente de memoria, símbolo del compromiso con la verdad, la dignificación y la no repetición para las familias afectadas por las violaciones de derechos humanos en la región.
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