Por segundo año consecutivo, Colombia ocupa el penúltimo lugar en el Índice Global de Jubilación 2025 de Natixis Investment Managers. Su baja calificación en bienestar material y su alto nivel de informalidad laboral reflejan la fragilidad estructural del sistema pensional y los desafíos para garantizar un retiro digno.
DIARIO DEL HUILA, NACIONAL
Colombia volvió a ser uno de los peores países del mundo para jubilarse. Así lo confirmó la edición 2025 del Índice Global de Jubilación (Global Retirement Index, GRI), elaborado por Natixis Investment Managers, que evalúa las condiciones de retiro en 44 países de todo el mundo. El informe ubica al país en el puesto 43, solo por encima de la India, lo que evidencia el deterioro de su sistema de seguridad para la vejez y la precariedad del mercado laboral.
El índice mide cinco factores clave para la jubilación: finanzas en la vejez, bienestar material, salud, calidad de vida y gobernanza. En una escala de 1 a 100, Colombia obtuvo apenas 33 puntos, seis menos que en 2018, cuando había alcanzado un 39 %. La caída no solo muestra un estancamiento en las reformas estructurales, sino también un rezago frente a otros países latinoamericanos que han avanzado en estabilidad económica y políticas de ahorro previsional.
Mientras el top 3 del ranking lo ocupan Noruega, Irlanda y Suiza, con puntuaciones superiores al 80 %, Colombia se mantiene en los últimos lugares junto con economías emergentes donde la informalidad laboral y la desigualdad son factores persistentes.
Un país sin bienestar material
La razón principal del mal desempeño de Colombia radica en el componente de bienestar material, en el que obtuvo una calificación de apenas 7 %, la más baja entre los 44 países analizados. En este indicador, se miden variables como el ingreso per cápita, la desigualdad de ingresos y la tasa de empleo. Según el informe, el bajo poder adquisitivo y la profunda brecha de ingresos impiden que los colombianos acumulen recursos suficientes para su retiro.
Este resultado está directamente relacionado con la alta informalidad laboral, que afecta a más del 56 % de la población ocupada, de acuerdo con cifras del DANE. En este escenario, millones de trabajadores no cotizan al sistema pensional, carecen de ahorro para la vejez y dependen de programas sociales o de sus familias para subsistir en la etapa de retiro.
La consecuencia, según el estudio, es que una gran parte de la población colombiana enfrenta un futuro de precariedad en la vejez, sin garantías económicas ni respaldo suficiente del Estado.
Finanzas y salud: luces en medio de la oscuridad
A pesar de los resultados negativos, el informe también resalta algunos aspectos en los que el país presenta un desempeño relativamente favorable. En el subíndice de finanzas en la jubilación, Colombia alcanzó un 60 % de puntaje, ubicándose en el puesto 32 del ranking. Esta posición responde a varios factores estructurales: una población aún mayoritariamente joven, tasas de interés moderadas y una presión fiscal pensional que, aunque creciente, sigue siendo más baja que la de otros países.
Estos elementos hacen que el sistema no haya colapsado, aunque el margen de maniobra se reduce cada año debido al envejecimiento poblacional y a la falta de cobertura efectiva. La advertencia es clara: si no se logra una mayor formalización laboral y un incremento real en la densidad de cotización, el país podría enfrentar una crisis pensional en el mediano plazo.
En materia de salud, Colombia muestra un leve avance. El informe destaca un aumento de dos puntos porcentuales, alcanzando un 55 % de puntuación. Este resultado se explica por la mejora en la esperanza de vida y por un modelo de cobertura obligatoria que sigue siendo referente en la región. De hecho, el país ocupa el puesto 15 a nivel global en gasto asegurado, lo que refleja una infraestructura sanitaria más sólida que la de otros países de similar nivel económico.
Calidad de vida: otro frente de preocupación
En el subíndice de calidad de vida, Colombia cayó tres puntos frente al año anterior y alcanzó un puntaje de 55 %. El retroceso se debe principalmente a pérdidas en indicadores de biodiversidad y saneamiento, aunque se registró una leve mejora en los niveles de felicidad reportados.
El deterioro ambiental y la falta de inversión en servicios públicos básicos en zonas rurales afectan directamente la calidad de vida de los adultos mayores, especialmente en regiones donde el acceso a agua potable y saneamiento es limitado. Además, la inseguridad y el bajo acceso a espacios recreativos o comunitarios siguen siendo factores que reducen el bienestar de la población jubilada.
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Un sistema que refleja la informalidad del país
El problema de fondo, según analistas, es estructural. Colombia tiene un sistema pensional fragmentado, con una baja tasa de cotización y una dependencia creciente de los subsidios estatales. A esto se suma un mercado laboral donde más de la mitad de los trabajadores se encuentra en la informalidad y donde el empleo de calidad sigue siendo escaso.
José Luis León, Country Head de Natixis Investment Managers para Colombia y Perú, explicó que el país conserva fortalezas que podrían impulsar mejoras futuras, como su amplia base laboral activa y un sistema de salud reconocido regionalmente. Sin embargo, advirtió que esas ventajas pueden diluirse si no se corrigen los problemas estructurales.
“Persisten grandes desafíos en materia de bienestar material y gobernanza, donde el país aún figura en los últimos lugares del ranking. Para garantizar condiciones de retiro más equitativas y sostenibles, es clave avanzar en la formalización laboral, incentivar el ahorro y reforzar la protección de los recursos de los cotizantes”, aseguró León.
Un llamado urgente a la reforma y la formalización
Los resultados del GRI 2025 dejan un mensaje claro: sin una transformación profunda del mercado laboral y del sistema pensional, Colombia continuará condenando a millones de personas a un retiro sin seguridad económica. El desafío no solo pasa por reformar la arquitectura del sistema, sino también por garantizar empleo formal, incentivar el ahorro individual y colectivo, y asegurar la sostenibilidad financiera a largo plazo.
Mientras los países más desarrollados avanzan hacia modelos de pensiones diversificados y sostenibles, Colombia sigue atrapada en una estructura desigual que excluye a más de la mitad de sus trabajadores. La informalidad, una de las principales causas del atraso, no solo impide cotizar, sino que reduce las posibilidades de movilidad social y perpetúa la pobreza en la vejez.
El ranking de Natixis es más que una medición: es un reflejo de la urgencia de modernizar el sistema pensional y de enfrentar de una vez por todas el costo económico y social de la informalidad laboral, que hoy sigue siendo el mayor obstáculo para un retiro digno en el país.

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