El país se ubicará entre los tres más caros para vivir dentro del grupo de economías avanzadas y emergentes, con una inflación que se mantiene resistente pese al entorno global de desaceleración.
DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
Colombia se perfila como una de las naciones con mayor costo de vida dentro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), según el más reciente informe económico de este organismo. El análisis revela que, mientras en gran parte del mundo se espera una moderación de los precios al consumidor, el país continuará enfrentando serias dificultades para contener la inflación durante 2025 y 2026.
El documento ubica a Colombia en el tercer lugar de los países con mayores niveles de inflación proyectada para el próximo año, solo superado por Turquía y otro país aún no detallado en el informe, y advierte que para 2026 escalará al segundo lugar. De concretarse estas proyecciones, el impacto sobre el poder adquisitivo de los hogares colombianos será considerable, especialmente para los sectores más vulnerables.
Inflación persistente en Colombia
La Ocde proyecta que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Colombia cerrará 2025 en 4,7% y disminuirá levemente a 4% en 2026. Aunque estas cifras están lejos del desbordado 31,4% de inflación que se prevé para Turquía, posicionan a Colombia en el podio de las economías con mayor dificultad para estabilizar su mercado interno dentro del club de naciones industrializadas y emergentes.
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Según el informe, las presiones inflacionarias en el país obedecen a factores tanto internos como externos. Por un lado, el ajuste en el mercado laboral y la alta sensibilidad de los costos frente a cambios globales afectan la dinámica local. Por otro lado, el encarecimiento del comercio internacional y el aumento de aranceles globales actúan como fuerza impulsora de los precios.
“La inflación sigue siendo un desafío en economías con estructuras vulnerables y mercados laborales ajustados”, señala el informe, que también advierte que la caída en los precios de materias primas no será suficiente para contrarrestar los aumentos en los costos de importación.
Comparación con otras economías
Colombia no es la única economía de la región con problemas inflacionarios. Chile, por ejemplo, aparece con una proyección de 4,5% en 2025; México con 3,4%; y Estados Unidos con 3,2%. Por su parte, Japón, Bélgica, Países Bajos y Noruega muestran cifras entre 2,8% y 3%, reflejando una tendencia más controlada. La dispersión entre estos indicadores pone de relieve la dificultad de lograr metas inflacionarias comunes y evidencia cómo algunos países han logrado sortear mejor los desequilibrios postpandemia y geopolíticos.
Recomendaciones para mitigar el impacto
Ante este panorama, la Ocde propone una hoja de ruta para equilibrar el control inflacionario sin poner en riesgo el crecimiento económico. Una de las claves será establecer “una trayectoria fiscal creíble que garantice la sostenibilidad de la deuda”, además de brindar apoyo focalizado a los sectores más expuestos a los choques de precios.
El informe también insta a los países a avanzar en reformas estructurales que impulsen la competitividad y mejoren la productividad a mediano plazo. En el caso colombiano, esto implica revisar la estructura tributaria, incentivar la formalización del empleo y mejorar la logística para reducir los costos asociados al comercio interno y externo.
El papel de los bancos centrales
La Ocde advierte que los bancos centrales deberán mantener vigilancia sobre el comportamiento de los salarios, ya que el aumento de los costos comerciales podría trasladarse a los sueldos y terminar alimentando una nueva espiral inflacionaria.
Por ahora, las posibilidades de recortar las tasas de interés siguen condicionadas a una estabilización efectiva de las expectativas. De no lograrse, el país podría entrar en una fase de política monetaria más restrictiva, con implicaciones directas en el acceso al crédito, el consumo y la inversión.

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