La reciente adhesión de Colombia a la Ruta de la Seda de China ya genera consecuencias: Estados Unidos anunció que bloqueará el financiamiento de bancos multilaterales a proyectos vinculados con empresas chinas en el país, marcando un nuevo capítulo en la disputa geopolítica entre ambas potencias.
DIARIO DEL HUILA, ACTUALIDAD
La decisión del gobierno colombiano de unirse a la Ruta de la Seda, una ambiciosa estrategia global liderada por China, ya empieza a generar reacciones internacionales. Estados Unidos, principal socio comercial del país, anunció que bloqueará financiamiento de bancos multilaterales para proyectos en Colombia que estén relacionados con empresas chinas. La medida fue informada este jueves por la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, entidad encargada de aplicar la política exterior estadounidense en América Latina.
Según el comunicado, Estados Unidos “se opondrá enérgicamente a proyectos recientes y próximos desembolsos” por parte de instituciones financieras como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) si estos están destinados a apoyar inversiones chinas en territorio colombiano. Además, la advertencia se extiende a cualquier otro país de la región que tenga proyectos asociados a la Ruta de la Seda.
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“Estos proyectos ponen en peligro la seguridad de la región. Los dólares de los contribuyentes norteamericanos NO DEBEN utilizarse para subsidiar empresas chinas en nuestro hemisferio”, expresó de manera tajante la oficina diplomática. El pronunciamiento marca un nuevo episodio en la creciente rivalidad entre Estados Unidos y China por influencia en América Latina, una región históricamente bajo el paraguas geopolítico de Washington.
Colombia firmó su ingreso a la Ruta de la Seda el pasado 13 de mayo, buscando con ello impulsar oportunidades de inversión, cooperación tecnológica y desarrollo sostenible. Se trata de la mayor estrategia de política exterior del gobierno chino, orientada a reforzar su presencia global mediante proyectos de infraestructura, comercio e innovación con otros países.
Para el gobierno colombiano, la adhesión representa una ventana a nuevos mercados y fuentes de financiamiento. No obstante, analistas del sector económico advierten que la decisión puede acarrear consecuencias delicadas en el plano diplomático y comercial.
Javier Díaz, presidente de Analdex (Asociación Nacional de Comercio Exterior), considera que, aunque el acuerdo no es vinculante —es decir, no compromete legalmente al país—, el momento político para firmarlo fue inapropiado. “Este no es el momento para hacer ese tipo de anuncios. Deberíamos esperar a que la guerra comercial se calme”, señaló, en referencia a las fricciones entre EE. UU. y China, reactivadas con fuerza desde el gobierno de Donald Trump.
Díaz también citó la advertencia del enviado especial del Departamento de Estado, Mauricio Claver, quien sugirió que esta decisión de Colombia podría beneficiar a competidores regionales como Ecuador o Centroamérica, especialmente en productos como flores y café, que compiten directamente con exportaciones colombianas.
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Desde otra óptica, José Ignacio López, presidente de Anif, advirtió sobre los riesgos financieros y de transparencia que suelen acompañar los proyectos de la Ruta de la Seda. “Muchos de estos programas han derivado en endeudamiento excesivo, falta de transparencia y casos de corrupción. Además, esto puede aumentar la dependencia económica hacia China”, afirmó.
López también alertó que la adhesión podría profundizar las tensiones entre Colombia y su principal aliado comercial. “En el actual contexto geopolítico, esto podría implicar costos adicionales y un deterioro en la relación con Estados Unidos”, concluyó.
