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Colombia, el Huila y la Ruta de la Seda: una nueva oportunidad en tiempos de crisis

Abr 30, 2025

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Carlos Yepes A.

En medio de la creciente tensión arancelaria entre Colombia y Estados Unidos, y en un mundo que vive una profunda reconfiguración geopolítica, las oportunidades de diversificación comercial adquieren una importancia estratégica sin precedentes. La reciente profundización de los lazos entre Colombia y China, con la inminente adhesión a la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, abre un nuevo horizonte que, si se aborda con inteligencia y visión regional, podría transformar positivamente el futuro económico del país y, en especial, del Huila.

Desde hace varios años, junto con otros profesionales de la región, hemos venido insistiendo en que el departamento del Huila, gracias a su ubicación estratégica, sus vías de conexión como la Ruta 45 y la proyección de la vía Pacífico-Orinoquía, tiene las condiciones ideales para convertirse en un nodo logístico clave en el escenario Asia-Pacífico. A esto se suman proyectos que deberían recibir prioridad absoluta como el tren regional y un aeropuerto de carga en el norte del departamento. Ambos permitirían integrar nuestras capacidades productivas al comercio exterior de manera más eficiente y competitiva.

La Nueva Ruta de la Seda no es solo un megaproyecto chino de infraestructura y comercio; representa una reconfiguración profunda de las rutas de intercambio global. Mientras algunos países de América Latina ya han avanzado decididamente en su vinculación, Colombia apenas comienza a formalizar su participación. Sin embargo, las recientes reuniones de alto nivel entre el gobierno nacional y el gobierno chino, y el interés de ambos países en fortalecer los lazos comerciales y de inversión, marcan un momento crucial para pensar estratégicamente.

Para el Huila, este contexto se vuelve aún más relevante si consideramos proyectos estructurales como el distrito de riego Hobo-Campoalegre-Neiva, que actualmente se encuentra en el Plan Nacional de Desarrollo. Esta infraestructura, sumada al potencial agroindustrial de nuestra región, podría convertirnos en un gran proveedor de alimentos para los mercados asiáticos, donde la demanda de productos agrícolas de calidad crece día tras día.

La geopolítica contemporánea exige respuestas rápidas y audaces. La multipolaridad creciente, la competencia por recursos, la crisis de los acuerdos comerciales tradicionales y la necesidad de nuevas alianzas hacen que mirar hacia Asia-Pacífico ya no sea una opción, sino una necesidad estratégica. La apuesta por integrar al Huila en esta nueva arquitectura global no solo fortalecería nuestra economía, sino que abriría puertas a inversiones en infraestructura, innovación tecnológica, comercio agroalimentario y conectividad logística.

Hoy, ante las amenazas arancelarias de nuestros tradicionales socios del norte, es urgente construir alternativas reales y sostenibles. El Huila tiene todo para ser protagonista de esta nueva era: tierra fértil, ubicación estratégica, corredores viales en expansión, proyectos de irrigación en marcha y un recurso invaluable: su gente, su capacidad productiva y su espíritu de resiliencia.

La invitación es clara: no dejemos pasar esta oportunidad histórica. Construyamos un Acuerdo para Vivir Mejor, en el que la Ruta de la Seda sea una verdadera ruta hacia el desarrollo regional, la diversificación económica y la integración del Huila al mundo.

cyepes@hotmail.com

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