Diario del Huila

Colombia dividida

May 17, 2025

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Por: Amadeo Gonzalez Triviño

Somos un país dividido. Cada día nos polarizamos de tal forma que las consideraciones sobre lo que ha de ser el mañana, se trasforma con impredecibles consecuencias, por la violencia y la ausencia de un proceso de convivencia, de concertación y de búsqueda de los medios y mecanismos que nos acerquen y hagan viable la posibilidad de generar espacios donde la dignidad, el respeto y los derechos del otro, sean la base de nuestra sociedad.

Y la violencia tiene muchos matices, tiene muchas formas de enrostrarse para crear las distancias que hoy nos separan a unos de otros, sin lugar la que más duele, la que más lacera en la estructura social, son aquellas formas de violencia donde impera la fuerza, el odio, el resentimiento y sobre todo, la agresión directa contra los miembros de la sociedad, sean o no afines a los intereses, a las políticas o a los designios de lo que se persigue.

Se ha dicho y así se ha refrendado, que la actual administración que gobierna este país, desde su cabeza visible que no se corresponde a uno de los movimientos políticos tradicionales, no podrá dejar huellas, y que por consiguiente todos los proyectos y propósitos que puedan derivarse de su ejercicio en el poder, deben ser fallidos y debe buscarse los mecanismos y las formas para que no se pueda en la posteridad reconocer que la época del cambio ha sido posible y que por consiguiente la hegemonía de la corrupción, de la impunidad y del desconocimiento de políticas fiscales de contenido social, deben seguir siendo la bandera que movilice los intereses políticos de quienes ejercen el poder.

Pero todo esto tiene que cambiar, y ha de cambiar algún día, quizá muy lejos de lo que esperan nuestros sueños y nuestros días, pero ha de llegar un momento en el que la razón y la búsqueda de la libertad y la paz y la concordia entre todos, sea una bandera irrenunciable en el propósito por hacer de nuestra república, una sola nación, un solo ideal, un solo espacio donde todos tengan la posibilidad de vivir hasta cuando el tiempo, la vida y la naturaleza les o nos permita regresar al fondo de nuestra esencia, y se cumpla el precepto bíblico “polvo eres, y al polvo serás tornado”.

Los sucesos políticos vividos en los últimos días, los errores que se han cometido por los sectores comprometidos con el ejercicio del poder, nos llevan a predicar que si bien es cierto, vamos de tumbo en tumbo, el damnificado y el que ha de sufrir las consecuencias de todo este desastre, no es más que la sociedad en pleno, que la convivencia y la posibilidad de recuperar la confianza en las instituciones de una u otra forma y que esa política equivocada de “aprovechar el cuarto de hora”, es un fracaso total y por consiguiente, es menester volver los ojos y proyectar con ideales y siempre pensando en la necesidad del cambio y de las transformaciones de las costumbres políticas y del quehacer cotidiano de nuestra existencia, un proyecto que nos acerque, que nos una y que nos entrelace en la búsqueda de la paz total, como base esencial de la convivencia humana.

La sensatez y la ponderación entre nuestros dirigentes políticos, debe ser en los actuales momentos el punto equidistante en el que debemos centrar todo este proceso político que nos vincula, del cual dependemos todos, así prediquemos que la política no nos importa, ya que ella, es la esencia de las relaciones y de los compromisos que tenemos a diario, los unos con los otros. Es aberrante que, en defensa de unos intereses, se pida a las grandes mayorías, renunciar a sus derechos en procura de evitar lo peor que nos pueda pasar, una hecatombe social sin precedentes, que tenemos que detener y que tenemos que considerar como una posibilidad, pero también como un gran mal, al que tenemos que ponerle mucho cuidado y evitarlo a toda costa.

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