La economía colombiana mostró señales de recuperación en febrero de 2025, al registrar un crecimiento del 1,77 % en comparación con el mismo mes del año anterior, según el más reciente informe del DANE. El repunte estuvo impulsado principalmente por las actividades del sector terciario, mientras que la agricultura, la minería y la industria siguen mostrando signos de debilidad.
DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
Colombia cerró el segundo mes del año con un dato alentador para la economía nacional. Según el más reciente informe del Indicador de Seguimiento a la Economía (ISE) publicado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la actividad económica del país creció un 1,77% en febrero de 2025, comparado con el mismo mes del año anterior. Este resultado marca una leve, pero significativa recuperación, impulsada principalmente por el crecimiento del sector terciario, mientras que las actividades primarias y secundarias mostraron un comportamiento negativo.
Un impulso desde el sector servicios
El crecimiento del 1,77% en el ISE estuvo jalonado, principalmente, por las actividades terciarias, que registraron un incremento del 3,54% frente a febrero de 2024. Este grupo de actividades, que agrupa áreas como el comercio, el transporte, los servicios financieros, el alojamiento, la gastronomía, el suministro de electricidad y gas, y actividades artísticas y recreativas, se consolidó como el motor del crecimiento económico en el segundo mes del año.
Particularmente, el subsector de actividades artísticas, de entretenimiento y recreación, junto con otras actividades de servicios, tuvo una notable recuperación. Esta tendencia puede explicarse por una mayor dinámica del consumo interno, la reactivación de eventos culturales y recreativos, así como un incremento en el turismo nacional y local.
¿Qué representa este crecimiento?
El hecho de que el sector terciario sea el que más crezca tiene varias implicaciones. En primer lugar, sugiere que la economía colombiana sigue mostrando una fuerte dependencia del consumo de servicios. Esto puede ser positivo en la medida en que refleja una sociedad más activa en términos de comercio y consumo, pero también indica que sectores estratégicos como la agricultura y la industria siguen sin consolidar una recuperación sólida.
Además, el crecimiento en estas actividades puede tener una relación directa con los esfuerzos de digitalización y mejora en los servicios, así como con una creciente demanda de entretenimiento tras años marcados por la pandemia. Sin embargo, también plantea retos como la necesidad de mejorar las condiciones laborales y la formalización del trabajo en estos sectores, donde la informalidad aún es una característica predominante.
Retrocesos en actividades primarias y secundarias
A pesar del repunte general, el informe del DANE reveló retrocesos preocupantes en las actividades primarias y secundarias. Las primeras, que incluyen agricultura, ganadería, pesca y minería, decrecieron un 0,96% respecto a febrero de 2024. Por su parte, las actividades secundarias, que comprenden la industria manufacturera y la construcción, presentaron una contracción del 3,12%.
Este comportamiento negativo de los sectores primario y secundario pone en evidencia las dificultades estructurales que enfrenta la economía colombiana. El sector agrícola, por ejemplo, ha sido golpeado por factores climáticos como el fenómeno de El Niño, que ha afectado la producción de alimentos en varias regiones del país. Asimismo, la minería continúa enfrentando incertidumbres regulatorias y caídas en la inversión, mientras que la industria manufacturera no logra recuperar los niveles previos a la pandemia.
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Construcción en crisis
La caída del 3,12% en el sector secundario es particularmente preocupante en lo relacionado con la construcción, una actividad clave en términos de empleo y dinamismo económico. El frenazo en la construcción puede explicarse por varios factores: el alza en las tasas de interés, que encarece el crédito para vivienda e infraestructura; la incertidumbre política y jurídica que afecta las decisiones de inversión, y la falta de ejecución de proyectos de obra pública en algunas regiones.
Esta desaceleración no solo impacta a los grandes constructores, sino también a los pequeños negocios vinculados a la cadena productiva del sector: ferreterías, proveedores de insumos, empresas de transporte, entre otros.
Análisis del comportamiento acumulado
Cuando se revisan las cifras de crecimiento económico en el periodo enero-febrero de 2025, se observa una variación positiva del 2,17%, superior al 2,07% registrado en el mismo periodo de 2024. Este dato permite observar una tendencia de recuperación leve pero sostenida. También se destaca que, en la medición mensual, el crecimiento fue del 0,25% en febrero respecto a enero de este año.
Aunque estos datos indican cierta estabilidad, también muestran que la economía avanza a un ritmo moderado, aún lejos de tasas de crecimiento robustas que permitan absorber el desempleo estructural y enfrentar con solvencia los retos fiscales y sociales del país.
¿Una recuperación frágil?
La aparente recuperación que muestra el ISE para febrero debe ser analizada con cautela. Si bien los resultados del sector terciario permiten proyectar un panorama más optimista, los retrocesos en los sectores agrícola, minero y manufacturero evidencian una economía con fundamentos todavía débiles.
Esta situación genera varias preocupaciones de fondo. Por un lado, se mantiene la dependencia del país en los servicios y el consumo interno como motor del crecimiento, lo que lo hace vulnerable a choques externos o caídas en la confianza del consumidor. Por otro, los sectores productivos, que suelen generar empleos más estables y de mejor calidad, siguen mostrando rezagos.
Retos para el segundo trimestre
De cara al segundo trimestre de 2025, el Gobierno Nacional y los actores económicos deberán enfrentar varios retos clave:
- Reactivar la industria y la construcción: Se requiere mayor inversión pública en infraestructura y políticas que incentiven la inversión privada. También es urgente resolver los cuellos de botella burocráticos que frenan la ejecución de proyectos.
- Fortalecer el sector agropecuario: Invertir en asistencia técnica, acceso al crédito rural y medidas de mitigación del cambio climático podría ayudar a revertir la caída en este sector estratégico para la seguridad alimentaria.
- Aumentar la formalización y productividad del sector servicios: Aunque este sector crece, su impacto en términos de empleo y calidad de vida es limitado si no se acompaña de políticas de formalización laboral y fortalecimiento institucional.
- Diversificar la economía: La excesiva concentración del crecimiento en el sector terciario debe ser contrarrestada con una apuesta decidida por la innovación, el desarrollo industrial y la transformación del aparato productivo nacional.
El informe del DANE sobre el comportamiento económico de febrero de 2025 muestra una economía que da señales de vida, pero que aún camina con dificultad. El crecimiento del 1,77% es una noticia positiva, especialmente porque está respaldado por un aumento sostenido en los servicios. No obstante, las caídas en los sectores primario y secundario son una llamada de atención para replantear políticas sectoriales y avanzar hacia un modelo económico más equilibrado y sostenible.
En un contexto global incierto y con múltiples desafíos internos, Colombia necesita más que nunca una estrategia clara y coherente para consolidar su recuperación, reducir la desigualdad y construir una economía más resiliente y diversificada.
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