Las redes sociales aman los filtros nuevos, y si son capaces de convertir fotografías en obras de arte al estilo Ghibli o Pixar, el furor es inevitable.
Millones de usuarios se unieron a la tendencia que permite transformar imágenes corrientes en escenas de ensueño con un simple clic. Sin embargo, detrás de cada caricatura generada por inteligencia artificial, hay un costo ambiental que pasa desapercibido: el agua.
Los modelos de IA como GPT-4 o generadores de imágenes como DALL-E necesitan enormes cantidades de energía para funcionar, y esa energía se produce en centros de datos que dependen, en buena medida, de sistemas de refrigeración alimentados por agua. En promedio, cada imagen generada puede consumir entre 300 y 500 mililitros de agua.
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¿Qué significa esto en términos prácticos? Si subiste una sola foto al estilo Ghibli o Pixar, el consumo de agua podría haber sido entre 0.3 y 0.5 litros. Si fuiste más entusiasta y generaste cinco imágenes, ese gasto aumentó a entre 1.5 y 2.5 litros. Y si te dejaste llevar por la creatividad con diez fotografías, el consumo de agua se elevó a un rango de 3 a 5 litros.
El cálculo proviene de la misma tecnología que permite estas transformaciones visuales. Según explica GPT-4, el consumo de agua depende del enfriamiento de los servidores, un proceso esencial para mantener en funcionamiento las infraestructuras que ejecutan tareas complejas de IA.
El debate sobre la sostenibilidad de las tecnologías avanzadas continúa, especialmente cuando se considera que, aunque las imágenes estilo Ghibli pueden ser hermosas, el impacto ambiental de su creación no es tan mágico.
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