El expresidente de Colombia y jefe del Partido Liberal, César Gaviria, emitió un fuerte pronunciamiento sobre el actual estado del sistema de salud en el país, al que calificó como “una profunda crisis” y cuyo deterioro atribuyó directamente al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.
En un comunicado público, Gaviria señaló que el sistema enfrenta un colapso progresivo debido al desfinanciamiento crónico, el colapso de las EPS, la fragmentación institucional y los retrasos en pagos a hospitales y profesionales. A juicio del exmandatario, esta situación ha convertido la salud en “la principal preocupación de los colombianos”, superando incluso a la seguridad, y respaldó su afirmación con una encuesta de Invamer, según la cual el 79% de los ciudadanos considera que la calidad del servicio de salud es paupérrima.
Gaviria argumenta que el Gobierno ha desconocido fallos clave de la Corte Constitucional, como la Sentencia T-760 de 2008 y la Ley Estatutaria 1751 de 2015, que reconocen la salud como un derecho fundamental. También mencionó retrocesos documentados por la Corte, como la caída en la cobertura (de 99% a 96,5%) y el crecimiento de las tutelas por acceso a servicios médicos (265.000 en 2024).
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El expresidente exigió a la Fiscalía General de la Nación que abra una investigación formal contra el ministro Jaramillo por una posible “omisión dolosa”, que habría contribuido al desfinanciamiento del sistema. Extendió la responsabilidad también a la Superintendencia de Salud y a funcionarios que “por acción u omisión han facilitado el colapso institucional”.
Además, hizo un llamado a la Contraloría y a la Procuraduría para que actúen “con rigor, independencia y sin temor”. Cuestionó especialmente la actuación inicial del vicecontralor, a quien acusó de presentar “informes ligeros y técnicamente imprecisos” sin evaluar adecuadamente el impacto fiscal de la crisis.
Como respuesta a la situación, Gaviria planteó la posibilidad de que se declare un Estado de Cosas Inconstitucional, mecanismo jurídico que permitiría una intervención estructural e inmediata del sistema de salud colombiano para evitar su colapso definitivo.
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