Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
Los huilenses todos hemos celebrado que un empresario exitoso como usted haya tomado la filantrópica y casi que heroica determinación de venir a invertir gran parte de capital en una ciudad que crece tímidamente y que ha sido, como muchas otras ciudades del país, víctima del saqueo por parte de quienes han administrado sus recursos, pero que además también ha sido víctimas de engaños y mentiras, por parte de embaucadores que han prometido puentes donde no hay ríos, tal vez por eso sean tan célebres y generadoras de risa, las historias anecdóticas del Embajador de la India, el desbordamiento de la represa de Betania y los 40.000 empleos de Cielo.
Haber regresado a su terruño con la loable intención de aportarle al desarrollo de la ciudad y del departamento, primero de bajo perfil, como lo hiciera Walt Disney cuando llegó a Anaheim (California) y a Orlando (Florida), para adquirir los terrenos y construir los parques temáticos, principal epicentro del entretenimiento familiar a nivel global; siento que es muestra de su fe en la promesa de valor que brinda este territorio (Tierra de promisión).
Como docente universitario que soy, me da gusto saber que muchos de mis estudiantes tienen la oportunidad de laborar en alguna de sus compañías, principalmente en sus data center, en donde centenares de huilenses tienen una oportunidad de trabajo y de ingresos para financiar sus estudios o simplemente hacer su vida como ciudadanos con capacidad productiva.
También siento admiración por haber tenido la valentía de adquirir dos medios de comunicación regional en momentos de la gran crisis que afronta este sector económico, época en la que medios alternativos pululan, y el valor moral de “la verdad”, que antes era un tesoro sagrado para los informativos, hoy se ve absolutamente opacada por las falsas noticias (fake news) o por la manipulación de las mismas a raíz de los intereses de los propietarios de los mismos.
Las obras de concreto que gracias a su visión se erigen cerca de las riveras del río de la Patria también son admirables e igualmente importantes dinamizadoras de la economía local, además embellecen el paisaje de la ciudad, en una zona que otrora era poco vistosa y no prometía nada; eran simplemente lotes de engorde de huilenses acaudalados que esperaban la oportunidad de convertirlos en dinero cuando apareciera el mejor postor, algo que es normal.
Aplaudo todas y cada una de sus inversiones porque generan empleo, porque le aportan al territorio una dinámica distinta, muy vibrante y positiva; pero creo que, con su gran visión y fortaleza financiera, usted puede aportarle a la ciudad otros elementos sumamente valiosos pero que son intangibles, como el regreso de un periodismo investigativo que ausculte en la realidad para que se devele la verdad, y lectores y oyentes conozcan lo que sucede verazmente.
Por otra parte, pueda usted impulsar el desarrollo intelectual del territorio, a través de su editora, promoviendo la lectoescritura, apoyando a escritores que como yo, buscamos el apoyo de empresarios con pensamiento abierto que con franqueza piensan y trabajan por cambiar la realidad de una región o de un país, y este país no se cambia amordazando almas, sino liberándolas o emancipándolas a través del pensamiento crítico, del avance intelectual, tecnológico y digital.








