El regreso de Carlos Lehder a Colombia sorprendió a la opinión pública el 28 de marzo, cuando el excapo del cartel de Medellín aterrizó en Bogotá en un vuelo comercial. Aunque inicialmente ingresó como turista, fue detenido por Migración Colombia y puesto a disposición de la Policía Nacional debido a una condena pendiente por porte ilegal de armas y narcotráfico.
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A pesar de que su abogada afirmó que no tenía procesos abiertos en el país, las autoridades determinaron que Lehder debería comparecer ante el juez 18 de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Bogotá, quien definirá su situación legal. Mientras se resuelve su caso, permanecerá detenido en la URI de Engativá. La defensa confía en que su cliente no tendrá que cumplir una nueva condena, ya que pagó más de 30 años en prisión en Estados Unidos.
La Fiscalía General de la Nación informó que en sus bases de datos no hay registros de procesos vigentes contra Lehder. Sin embargo, la Policía Nacional sostiene que aún debe cumplir una condena en Colombia. Esta situación ha generado dudas sobre el origen de los cargos, dado que en 1991 el excapo llegó a un acuerdo con la justicia estadounidense para colaborar en la investigación del dictador panameño Manuel Noriega.
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Desde su liberación en 2020, Lehder se radicó en Alemania, donde fue acogido por una organización que apoya a exconvictos. Su regreso al país reabre interrogantes sobre su situación judicial y su rol en la historia del narcotráfico en Colombia.
