La Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena reiteró la necesidad de actualizar los planes de contingencia de los embalses El Quimbo y Betania, operados por Enel Colombia.
La solicitud fue presentada ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) y la empresa operadora, durante un debate de control político en la Asamblea del Huila sobre las recientes emergencias registradas en el departamento por la apertura de compuertas en ambas represas.
Según la CAM, los planes existentes deben ser revisados y ejecutados con los recursos y esfuerzos necesarios por parte de Enel. Además, se requiere implementar una gestión integral con protocolos claros, sistemas de información eficientes y mecanismos de comunicación oportuna con comunidades e instituciones regionales.
La entidad ambiental insistió en que el seguimiento y control del Plan de Manejo Ambiental del embalse de Betania y de la licencia ambiental de El Quimbo corresponde a la ANLA, como autoridad competente.
Juan Carlos Ortiz Cuéllar, subdirector de Regulación y Calidad Ambiental de la CAM, señaló que el llamado busca hacer énfasis en las responsabilidades legales de quienes generan el riesgo. “Las empresas privadas deben cumplir tareas establecidas en la Ley 1523 y el Decreto 2157 de 2017. Enel, como operadora de los embalses, debe garantizar una operación preventiva y controlada, especialmente tras lo ocurrido con la apertura simultánea de compuertas en El Quimbo y Betania”, indicó.
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Entre las recomendaciones formuladas por la CAM se destaca la adopción de una política de operación que priorice el control de inundaciones, además de la generación de energía. Esto implica implementar “curvas de reglas de control de inundaciones”, de acuerdo con una modelación hidráulica integral que considere las condiciones aguas arriba y aguas abajo de los embalses.
También se propuso instalar una red unificada de monitoreo hidrometeorológico y estaciones de alarma, basadas en los resultados de la nueva modelación hidráulica. Esta red permitiría el monitoreo en tiempo real de los embalses y sus afluentes críticos ante eventos extremos.
En cuanto a los estudios técnicos, la CAM planteó la necesidad de actualizar los estudios de amenaza, vulnerabilidad y riesgo de inundación a escalas más detalladas (1:2.000 en áreas urbanas y 1:5.000 en zonas rurales), con el fin de generar información más precisa para la planificación territorial y la gestión del riesgo.
Finalmente, la CAM hizo un llamado a los municipios para que eviten la ocupación inadecuada del territorio, utilicen los estudios técnicos disponibles y adopten medidas de mitigación en asentamientos consolidados.
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