Hoy rendimos homenaje al café, el grano que impulsa la economía, transforma territorios y une a Colombia. En el Día Nacional del Café y en los 98 años de la Federación Nacional de Cafeteros, celebramos también al Huila, tierra cafetera por excelencia y motor del desarrollo rural.
Este 27 de junio, en el marco del Día Nacional del Café, Colombia rinde homenaje a uno de los productos más emblemáticos de su identidad: el café. Y es el departamento del Huila el que, una vez más, lidera con cifras contundentes y con el respaldo de casi un siglo de institucionalidad cafetera.
Durante el 2024, el Huila consolidó su liderazgo como el primer productor de café del país, con una cosecha que alcanzó los 2,54 millones de sacos de 60 kilogramos, generando ingresos por 2,89 billones de pesos. Este aporte no solo dinamiza la economía regional, sino que también impulsa la economía nacional y representa el esfuerzo diario de más de 87.000 familias caficultoras que han hecho del grano una forma de vida.
Detrás de cada taza de café hay más que un cultivo: hay conocimiento técnico, trabajo colectivo, innovación rural y una cultura de excelencia que sigue creciendo.

Logros posibles gracias a nuestros productores, el acompañamiento técnico del Servicio de Extensión, Representantes Gremiales y colaboradores de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), institución que en este 2025 conmemora 98 años de historia, compromiso y transformación en el campo colombiano.
Exportación de calidad y transformación
Más allá del volumen, el valor diferencial del café del Huila está en su calidad y trazabilidad, cualidades que lo hacen destacar en los mercados más exigentes del mundo. En 2024, 86,6 % de las exportaciones del Huila correspondieron al grano, según el informe Perfiles Económicos Departamentales del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo.
Más de 10.500 productores huilenses participaron en programas de certificación que promueven prácticas agrícolas sostenibles y mejoran la competitividad del producto. Así, el café del Huila no solo se bebe en Colombia, también brilla en países de Asia, Europa y Norteamérica.

Pero su impacto no se detiene en lo económico. El desarrollo rural ha sido una prioridad: la inversión en vías, vivienda, escuelas, drenajes viales y baterías sanitarias ha mejorado la calidad de vida en muchas veredas cafeteras, consolidando el café como instrumento de equidad y bienestar.
#CaféBebidaNacional
Aunque por décadas gran parte del café colombiano tuvo como destino los mercados internacionales, en los últimos años el consumo interno ha venido creciendo. Hoy, cada colombiano consume en promedio entre 2,8 y 3,1 kilogramos de café al año, con un gusto cada vez más marcado por los cafés especiales, de origen y producción sostenible.
Cafeterías, tiendas de barrio, supermercados y plataformas digitales han ampliado su oferta, promoviendo el consumo consciente y el orgullo por el producto nacional. Beber café colombiano ya no es solo un acto cotidiano, es una forma de conectarse con la tierra, con las raíces y con quienes lo producen.

FNC: 98 años de historia, orgullo y gestión
La Federación Nacional de Cafeteros (FNC) fue fundada el 27 de junio de 1927 como una organización gremial para representar a los productores, garantizar la compra de sus cosechas y mejorar su calidad de vida. Desde entonces, ha sido protagonista en la transformación del campo colombiano.
Entre sus hitos históricos están la creación de la Contribución Cafetera, el Fondo Nacional del Café, y la Cédula Cafetera; la fundación del Cenicafé en 1938, uno de los centros de investigación cafetera más importantes del mundo; y la promoción del café colombiano bajo la marca Juan Valdez, lanzada en 1959. La FNC también ha sido pionera en la creación de empresas asociadas como Buencafé, especializada en café liofilizado, y Almacafé, en logística.
Un legado que evoluciona
Hoy, en su aniversario 98, la FNC sigue siendo la organización rural más grande del mundo, y un símbolo del trabajo colectivo que ha hecho del café un emblema nacional. Celebrar el Día Nacional del Café es rendir homenaje a esta historia, al campo colombiano, y a los hombres y mujeres que, taza a taza, siguen construyendo el país.









