El precio del cacao ha alcanzado niveles históricos, beneficiando a los productores colombianos con ingresos récord. Sin embargo, este incremento también está afectando a las pequeñas empresas transformadoras y golpeando el bolsillo de los consumidores, quienes enfrentan un alza sin precedentes en los productos derivados del chocolate.
DIARIO DEL HUILA, ECONOMÍA
El precio del cacao ha experimentado un incremento sin precedentes, lo que ha traído consecuencias mixtas en la cadena productiva y comercial del chocolate. Mientras los productores celebran los ingresos históricos, las pequeñas empresas transformadoras enfrentan dificultades para asumir los costos, y los consumidores sienten el impacto en sus bolsillos.
Un alza que beneficia a los productores
El 2024 ha sido testigo de un aumento del 61 % en el precio del chocolate en Colombia, lo que lo convierte en el producto con mayor incremento de costos en el último año, según cifras del Dane. Esta escalada tiene su origen en factores internacionales, principalmente en los fenómenos climáticos adversos que han golpeado a los mayores productores de cacao en el mundo, como Ghana y Costa de Marfil. Estos dos países, que en conjunto representan el 50 % de la producción mundial, han visto afectadas sus cosechas por lluvias intensas, vientos fuertes y la proliferación de plagas.
El impacto en la oferta global fue significativo. Según la Organización Internacional del Cacao, en 2022 la producción mundial alcanzó 5,8 millones de toneladas, mientras que en 2023 descendió a 4,4 millones. Este déficit generó una reacción en los mercados internacionales, elevando el precio de la tonelada de cacao de 3.400 dólares a un máximo de 12.600 dólares en diciembre de 2023, antes de estabilizarse recientemente en 8.347 dólares.
Para los cacaoteros colombianos, esta situación ha representado una oportunidad. Eduard Baquero, presidente de la Federación Nacional de Cacaoteros de Colombia (Fedecacao), explica que el precio por kilo de cacao en el país ha pasado de 10.000 pesos a casi 38.000, y actualmente se mantiene en 30.000. Esto ha permitido que los productores reciban ingresos récord, que en 2023 alcanzaron los 2 billones de pesos, casi tres veces más que en 2022.
La producción nacional también alcanzó un hito el año pasado, con 73.000 toneladas de cacao, un 22 % más que en 2022. Sin embargo, el sector no está exento de desafíos, como el contrabando hacia Ecuador de unas 6.000 toneladas que no pagaron impuestos.
El impacto en la transformación y comercialización
A pesar de los beneficios para los productores, el alza en los precios del cacao ha sido un duro golpe para los pequeños y medianos transformadores. Empresas artesanales que elaboran chocolates de alta calidad con miras a la exportación enfrentan serias dificultades para asumir el costo de la materia prima. Camilo Montes, director ejecutivo de la Cámara de la Industria de Alimentos de la Andi, señala que este encarecimiento representa un desafío para la industria, ya que repercute en toda la cadena de producción, desde chocolates de mesa hasta trufas y golosinas.
La situación se agrava debido al impuesto a los ultraprocesados con alto contenido de azúcar, aprobado en la reforma tributaria del gobierno de Gustavo Petro. Esta medida ha elevado los costos de los productos de chocolatería en un 20 %, lo que limita la capacidad de la industria para absorber los incrementos sin trasladarlos a los consumidores.
Gustavo Pradilla, dueño de la chocolatería artesanal Tibitó, ilustra la gravedad del problema. Hace un año y medio compraba cacao a 6.000 u 8.000 pesos el kilo, mientras que ahora paga 40.000. Sin embargo, no ha podido reflejar este aumento en el precio final de sus productos, lo que ha puesto en riesgo la viabilidad de su empresa. «El mercado no soporta un aumento de esta magnitud de un solo golpe. Si subimos demasiado los precios, simplemente los clientes dejan de comprar», explica Pradilla, cuya empresa exporta chocolates finos a mercados como Inglaterra y Francia.
Consumidores: el último eslabón afectado
El incremento en los costos de producción inevitablemente ha impactado el bolsillo de los consumidores. Preparar un chocolate caliente en casa es más caro que nunca, y los precios de las chocolatinas y otros productos derivados del cacao han aumentado de forma considerable.
Los efectos combinados del alza en el precio del cacao y el impuesto a los ultraprocesados han reducido el consumo de estos productos en ciertos segmentos del mercado. Esto podría afectar la demanda en el largo plazo y generar una contracción en la industria, con consecuencias no solo para las empresas transformadoras, sino también para los productores que dependen de un mercado interno saludable.
En este contexto, expertos advierten que la sostenibilidad del sector dependerá de la capacidad de la industria para innovar y encontrar estrategias que mitiguen el impacto de los altos costos. La diversificación de mercados, la mejora en la productividad y la búsqueda de alternativas para reducir costos sin comprometer la calidad serán claves para afrontar esta crisis.
El impacto en las exportaciones y el mercado global
Colombia ha logrado posicionarse como un exportador emergente de cacao fino, con mercados en Europa y Norteamérica interesados en su producción de alta calidad. No obstante, la volatilidad de los precios puede afectar las exportaciones, ya que los costos elevados pueden hacer que el cacao colombiano pierda competitividad frente a otros mercados.
Según Fedecacao, aproximadamente 5.000 toneladas de grano se exportan anualmente, además de productos terminados como chocolates y trufas. Sin embargo, si los costos internos siguen aumentando, los compradores internacionales podrían optar por otros proveedores más asequibles.
Alternativas y soluciones para mitigar la crisis
Para enfrentar este panorama, la industria chocolatera en Colombia necesita adoptar estrategias innovadoras. Entre las posibles soluciones se encuentran:
- Mejora en la productividad: Implementar mejores prácticas agrícolas para aumentar la producción sin depender exclusivamente del alza de precios.
- Diversificación de productos: Fomentar la producción de chocolates con mayor valor agregado que puedan venderse a precios premium en mercados internacionales.
- Incentivos gubernamentales: El gobierno podría ofrecer alivios fiscales o subsidios a pequeñas empresas para ayudarles a sobrellevar los altos costos.
- Cooperación entre actores de la industria: Generar alianzas estratégicas entre productores, transformadores y comercializadores para compartir costos y riesgos.
- Educación al consumidor: Promover el consumo de cacao colombiano de calidad como una forma de apoyar a la industria local.
Un futuro incierto para la industria chocolatera
El panorama para la cadena del cacao en Colombia es complejo. Mientras los productores disfrutan de ingresos elevados, los pequeños transformadores luchan por sobrevivir y los consumidores enfrentan precios cada vez más altos. Aunque los precios internacionales del cacao han mostrado una ligera disminución en las últimas semanas, la incertidumbre persiste.
A corto plazo, la industria deberá encontrar un equilibrio entre los beneficios para los cacaoteros y la viabilidad económica de los transformadores y consumidores. De lo contrario, el sector podría enfrentar un ajuste que altere profundamente la dinámica del negocio del chocolate en Colombia. La clave estará en la capacidad de adaptación del sector y en la implementación de estrategias que permitan mantener un equilibrio entre rentabilidad y accesibilidad para todos los eslabones de la cadena productiva.
