Entre líneas las historias de cuatro mujeres, madres, hermanas, primas, tías, abuelas y seres humanos que viven en medio del dolor, recuerdos y preguntas sin respuestas, de cuál es el paradero de sus seres queridos; a quienes buscan desde hace varios años porque desaparecieron en el departamento del Huila.
DIARIO DEL HUILA,
Por: Francy Villarreal Ruiz
Cuatro mujeres, cuatro historias, un propósito común: encontrar a su ser querido desaparecido; al que salió de casa y nunca volvió o al que regresaba y lo desaparecieron. Pero esta no es la historia de la desaparición, sino de la búsqueda, y honrar esa labor es su objetivo.
Las historias de vida de Janeth Bermúdez, Toya Lucía Perdomo Sánchez, Francy Puentes Vega y Alba Luz Polanco se entrelazan; las cuatro en medio del dolor, la tristeza; pero con la esperanza vida de poder hallar a sus seres queridos, quienes llevan años desaparecidos, en medio de una búsqueda común en el departamento del Huila.
Janeth, Toya Lucia, Francy y Alba Luz, son mujeres que van tras las huellas de la vida, y hacen parte del grupo de mujeres buscadoras en esta región. Cada una cuenta una historia vivida tras la desaparición en el caso de Janeth de su hijo, de Toya Lucia su primo, de Francy su hermana la líder Lina María quien fue asesinada el pasado mes de junio y Alba Luz de su hijo.
Estas historias redactadas entre líneas, son muestra de la lucha y el anhelo de vida contra la muerte y el olvido.
En la búsqueda de su hijo
Janeth hace parte de la red de buscadoras del sur tras las huellas de la vida, una organización que es acompañada también por la plataforma sur de procesos y organizaciones sociales, como madre buscadora desde hace 17 años.
“Hoy más que nunca estoy dispuesta a seguir esta lucha y para eso necesitamos el apoyo de todos los entes gubernamentales en la Unidad de Búsqueda, en el departamento del Huila somos cerca de 1200 familias buscadoras, que vamos a seguir adelante y yo sé que nos vamos a encontrar a nuestros seres queridos, y nosotras vamos a seguir en ese proceso”.
Como madre Janeth mantiene viva la esperanza de hallar a su hijo, “también sé que algún día voy a encontrar a mi hijo, sea como sea y tengo la esperanza puesta en ustedes como Unidad de Búsqueda; porque ustedes han hecho un trabajo excelente para nosotras, que sí se han presentado muchas inconvenientes, de pronto obstáculos, pero vamos a seguir porque la vida no se trata de cosas fáciles, siempre vamos a tener obstáculos, pero vamos a seguir adelante”.
22 años desaparecido
“Mi tía murió esperando que mi primo regresara”, es la frase con la que Toya Lucía Perdomo Sánchez, representante legal de la organización de víctimas Renacer en Paz, quien con su familia desde hace varios años buscan a su primo desaparecido en la capital del departamento del Huila.
Para Toya Lucía el trabajo de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, es importante ya que son años de búsqueda de sus seres queridos, y es desde donde han sentido empatía y compromiso como familias, en ese proceso de búsqueda.
“Ahí vamos paso a paso, en este momento estoy buscando a mi primo César Augusto Montoya Sánchez, que hace 22 años está desaparecido. Él lo desaparecieron de aquí en Neiva, tenemos de pronto conocimiento que en el municipio de Garzón puede estar, pero entonces estamos en ese en ese proceso, en ese trabajo”.
Su primo Cesar Augusto, cuando desapareció tenía solamente 20 años de edad, y dejó en ese momento dejó dos niñas y a su compañera sentimental en medio de la incertidumbre de desconocer sobre su paradero. Recuerda Toya Lucía que su primo, era quien le ayudaba a su tía, en la labor de comerciantes, en el campo de la panadería.
La última información que tuvieron de su primo en el momento de su desaparición, fue que se fue junto a unas personas desconocidas; pero hasta hoy no se sabe si el caso de Cesar Augusto, se trató de un hecho de reclutamiento forzado.
Hoy aun luego de 22 años de estar desaparecido, Toya Lucía y toda su familia mantienen viva la esperanza de poder tener noticias sobre Cesar Augusto, porque como señala, “la esperanza es lo último que se pierde”.
Frente al caso, sorprende como sobrellevan las familias de estas personas desaparecidas, para llevar una carga en medio de la incertidumbre, de no conocer dónde estarán, qué les habrá sucedido con sus seres queridos.
“Créame que eso nunca se supera. La pérdida, la desaparición de un ser, eso no se supera y más de un hijo. Mi tía falleció con esperando que le dieran alguna noticia en mi de mi primo o que él regresara, por eso les digo que es no se supera”.
Cuenta entre lágrimas y el recordar Toya Lucía, como su tía, cada tarde se paraba junto a la puerta de su casa, a esperar por horas a que su hijo Cesar Augusto llegara nuevamente a casa, a acompañarla en este trabajo diario en la panadería como siempre lo hacía.

En medio de la incertidumbre
La historia de Alba Luz Polanco se evoca a la desaparición de su hijo, desde el 17 de abril de 2011, cuando su hijo Mauricio fue desaparecido en el municipio de Algeciras, su amor y esperanza permanecen inquebrantables.
En una emotiva carta, escribe: «He aprendido a vivir con tu ausencia, pero jamás con la incertidumbre… Cada día, mi mayor anhelo es encontrarte.»
Según la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, como Alba Luz son 23.561 las mujeres que lideran la búsqueda de sus seres queridos. Su resiliencia inspira el trabajo humanitario y extrajudicial
“Hoy quiero hablarles sobre un tema que nos toca profundamente como sociedad, y es la búsqueda de personas dadas por desaparecidas. En el Huila un gran número de familias son las que viven con la incertidumbre y el dolor sobre el paradero de sus seres queridos. Frente a esta realidad, la ruta buscadora se convertirá en una esperanza y un compromiso para encontrar respuestas a aliviar el sufrimiento”.
Afirma Alba Luz, que la desaparición forzada es un fenómeno sistemático, que ha dejado una huella profunda en la historia de estas familias y del pueblo huilense.
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“Quiero descartar que la ruta buscadora es también un puente para el estado y se acerque a las personas afectadas, ofreciendo acompañamiento, atención psicosocial y garantizando sus derechos, es un espacio donde la esperanza se renueva y donde la justicia y la verdad puede abrir caminos para la reparación a las familias que aún esperan le decimos que no están solas”.
Seguiremos, como lo hecho yo recorriendo los caminos necesarios para encontrar a sus seres queridos, por eso hizo un llamado a las autoridades e instituciones: “Hago un llamado a la solidaridad y al compromiso colectivo. La búsqueda de personas dadas desaparecidas es una tarea de todos. No podemos permitir que estos casos sigan siendo parte de sus historias. Cada acción, cada apoyo nos acerca más a la verdad y a la justicia”.
Finalmente, Alba Luz invitó a los comparecientes para que en un acto público se realice un encuentro de perdón, sensibilidad, sensibilización, reconocimiento y responsabilidad que permita sanar heridas a quien lo necesita, mujeres

Una pérdida insuperable
Francy Puentes Vega; es la hermana de Lina María Puentes Vega, asesinada el pasado 1 de junio en zona rural del municipio de Baraya, un hecho que consterno no solo a la familia; sino a la comunidad por el rol que cumplía Lina María como líder social y mujer buscadora en esta zona norte del Huila.
Ya han pasado 45 días del homicidio de su hermana, y nos cuenta Francy, ¿cómo ha sido el no tener hoy la presencia de su hermana en la familia, y la comunidad, “No, pues la verdad la ausencia de mi hermana se ha sentido mucho en la zona donde yo vivo, en la zona de la vereda Nueva Reforma, en Versalles, en Río Blanco, ha dolido mucho lo que sucedió con mi hermana porque la verdad el asesinato de mi hermana fue un asesinato que mucho ninguno nunca pensamos que fuera pasar, porque ella es una mujer indefensa”.
Sobre lo ocurrido narra Francy, que aquel día llegaron hombres armados y ella sin nada, solamente con la ropa que llevaba puesta aquel fatídico día, “fueron cuatro hombres armados que se la llevaron a ella, ¿con qué se iba a defender?, la verdad esto ha dolido mucho”.
Afirma que la partida de Lina María ha dejado un vacío inllevable, sobre todo cuando se cuestionan por el riesgo que se corre al ejercer un trabajo comunitario de liderazgo en esta región, donde los grupos armados amenazan las vidas de quienes le prestan un servicio a su comunidad.

“Se ha sentido ese vació porque la gente lo único piensa, dice, si esto es en el proceso de paz, que tal que no hubiera el proceso de paz. Yo hacía 15 años ya había vivido este caso en mi vida y ahora vuelvo y lo repito con mi hermana Lina, como le digo, ella era una mujer, ¿por qué ese hombre tenía que acabar con la vida de mi hermana?”.
La investigación del caso
Según contó Francy, sobre el avance de las investigaciones sobre el caso de su hermana aún nada se sabe, sin embargo, algún día espera junto a su familia el poder saber cuál fue el motivo por el cual cegaron la vida de su hermana y los autores del hecho.
“La verdad nosotros no sabemos nada porque no nos han dicho nada, hasta el día de hoy, solamente Dios sabrá por cuáles fueron los motivos que esas personas acabaron con la vida de mi hermana, pues ante los ojos de Dios, mi hermana era una persona que trabajaba por los Derechos Humanos mucho buscando a nuestros seres amados desaparecidos, ya que somos también parte y ahí hemos sido afectadas por el conflicto armado antes y ahora volvemos y lo repetimos”.
Hoy, no encuentran una explicación sobre el homicidio de Lina María; sin embargo y a pesar del dolor, mantienen la esperanza de que el legado de liderazgo de la mujer aguerrida que fue su hermana nunca sea olvidado.

La ausencia de Lina María
Para quienes conocieron en vida a Lina María Puentes Vega, ha sido insuperable, sin embargo, para sus hijos, la perdida de una madre ha sido una ausencia difícil de sobrellevar para los hijos de la líder social.
“Pues mis sobrinos, Bryan, Jorman y la niña, están ahí con el papá en la casa donde ellos convivían; ahí luchándola también, porque ¿qué podemos hacer? Ya mi hermana nos la quitaron, ya donde está ella ya no la podemos revivir”.
Señala Francy que tampoco dejarán la zona, porque no tienen hacia dónde ir, “¿Y por qué nos vamos a salir de la zona si nosotros no nos hemos hecho nada malo? Nosotros no tenemos por qué salir corriendo, si nosotros no nos hemos hecho nada malo”.
Afirma que a pesar de que el miedo ronda el ambiente de la zona, luego de lo sucedido, que se suman a los rumores que se generan en torno al público de la zona, no huirán de nuevo por la violencia.
“Solo nos queda pedirle a Dios que nos dé la fortaleza y la sabiduría de seguir adelante y de pronto más adelante de esclarecer qué fue lo que pasó, cuáles fueron los motivos, por qué asesinaron a mi hermana”.
Si la paz tiene rostro de mujer, a pesar del dolor y el sufrimiento, estas cuatro mujeres construyen y representan en la visibilizaciòn de estos hechos que no deben seguir ocurriendo más en Colombia ni en ninguna parte, como la desaparición de un ser querido.

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