En el país se ha vuelto paisaje que se sigan presentando bloqueos en las vías urbanas y rurales por comunidades que salen a protestar por el permanente incumplimiento del gobierno nacional para atender las demandas sociales y económicas que se comprometieron durante la campaña presidencial y que una vez asumieron el poder, se han olvidado de los sectores sociales que esperanzados votaron por el cambio. La sociedad colombiana se encuentra hastiada por los permanentes bloqueos que se están presentando en las vías urbanas y rurales de los municipios colombianos. Existe un panorama desalentador para que las familias colombianas, salgan a disfrutar los paisajes y los atractivos turísticos que nos ofrece la naturaleza, por el temor y el pánico que se presentan cuando un grupo de personas salen a taponar las rutas viales, con el fin de protestar ante los incumplimientos de las promesas que les hacen para atender sus demandas sociales.

Tal es el caso del taponamiento que se están presentando desde el lunes anterior en la vía de la ruta al sur en el Huila en el cruce al centro poblado de Riverita, quienes esperan de la Ruta al Sur que le construyan un puente peatonal elevado y los retornos que no le generen pagos de peaje a los campesinos que entran y salen de este sector poblacional. Y como si fuera poco, el anuncio de los arroceros que piensan taponar otra vez, esta importante vía que integra los departamentos del surcolombiano a partir del lunes 14 de julio. Ellos demandan una mayor atención de las instancias nacionales que hasta el momento, no han atendido sus justas demandas, cuyos compromisos ya habían sido pactados con el Ministerio de Agricultura y que a la fecha les han incumplido. Los afectados son las familias colombianas, por la forma irracional en su actuar de este sector gremial que van a impedir el paso vehicular y el transporte de los bienes básicos para mantener la dinámica productiva. Nuestro departamento, no escapa a dicho flagelo. Los carros de la basura de los municipios no podrán cumplir con su misión para botar sus residuos en el relleno sanitario los Ángeles, lo cual pueden generar una verdadera emergencia sanitaria en los municipios donde proceden.

No es justo que la sociedad surcolombiana y de los departamentos afectados estén viviendo los tristes episodios soportados en años anteriores por los bloqueos de las vías que alteraron la tranquilidad, el bienestar de las familias colombianas y que afectan la dinámica económica del país, por culpa de una polarización política absurda que todavía persiste desde hace más de tres décadas. Desafortunadamente la falta de autoridad y así persistan las intenciones del gobierno nacional, para estructurar vías de diálogo, han sido infructuoso encontrar el sendero para atender eficazmente las demandas de estas comunidades que han empezado a desilusionarse del nuevo accionar gubernamental.