Con 80 años de historia, la Biblioteca Departamental Olegario Rivera se ha consolidado como un epicentro cultural del Huila, siendo testigo y protagonista de la transformación educativa, patrimonial y social de la región desde su fundación en 1945.
DIARIO DEL HUILA, CULTURA
Por: Miguel de León
Durante la Revolución en Marcha de Alfonso López Pumarejo (1934-1938) hubo un creciente interés para combatir la desigualdad educativa y el atraso cultural de los pobladores de las zonas rurales del país. Fue el Ministro de Educación Luis López de Mesa, quién propuso la Campaña de Cultura Aldeana. Uno de los componentes de la campaña eran las Bibliotecas Aldeanas (BBAA), pensadas para acercar los conocimientos de la cultura general a la población rural y educarla a partir de la práctica de la lectura. Se estructuró el sistema de Bibliotecas de Aldea (cimiento de lo que hoy se conoce como la Red Nacional de Bibliotecas Públicas) en todo el país. De esta forma, modernidad, civilización y cultura iban de la mano, pero igual, las bibliotecas aldeanas son el origen de los procesos bibliotecarios públicos en Colombia.
Las Bibliotecas Aldeanas se distribuyen del año 1934 al 1938 y están constituidas por 100 libros de diversos temas orientados a llevar la cultura a toda Colombia, de tal forma que en 1938 existían 674 Bibliotecas Aldeanas en todo el país, y la distribución de 95.462 ejemplares impresos; igualmente, el número de lectores de la Biblioteca Nacional había pasado a ser de 125.890 en 1935, y teniendo en cuenta que en 1931 era de 32.683, dicho aumento era evidencia del éxito de las Bibliotecas Aldeanas. La llegada de esta colección al Huila, más alguna donación de libros del general Olegario Rivera son el insumo de la creación de la Biblioteca Departamental Olegario Rivera por ordenanza 05 del 15 de mayo de 1945.
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Uno de los logros del programa de las Bibliotecas Aldeanas fue el desplazamiento de la influencia de la iglesia en la educación, teniendo en cuenta que los primeros bibliotecarios del país era sacerdotes. En ese sentido, no es raro que el primer director de la Biblioteca Departamental Olegario Rivera, sea el sacerdote Jenaro Diaz Jordán un prohombre huilense, fundador del Centro Cultural del Huila, convertido luego en la Academia Huilense de Historia. Incluso, en sus palabras de apertura de la biblioteca departamental, enaltecería a su compañero de estudios y andanzas, José Eustasio Rivera; “es nuestra mayor gloría literaria y que es al propio tiempo el más nuestro de todos los artífices de la palabra”.
COMIENZA LA HISTORIA
Muchos huilenses conocieron la vieja casona del centro de Neiva donde funcionó el colegio Nacional Santa Librada hasta 1945 (hoy se erige allí el edificio del Palacio de Justicia) y que luego, dio paso a la Biblioteca Departamental. En esa amplia casona inicio la historia. Luego, después del terremoto de 1967, obliga la construcción del llamado Palacio del Mosaico, donde funciona la Gobernación del Huila. En su parte trasera, sobre la calle 9, se construye el bloque cultural del departamento, un espacio amplio y acorde para las expresiones culturales. Allí, en 1974, se instalan la Biblioteca Departamental Olegario Rivera y la Banda Sinfónica del Huila, las dos instituciones culturales más representativas del departamento. Otros directores de la Biblioteca Jorge Andrade Rivera, Pedro Licona, Guillermo González Otálora y Yezid Morales Ramírez. Desde el año 2009, su coordinación es ejercida por el escritor Miguel Darío Polania.
En el año 2.000 se trasladó al edificio que actualmente ocupa en el Centro Cultural y de Convenciones José Eustasio Rivera. Está considerada como la más importante del Sur Colombiano, facilita múltiples servicios de información, cultura y educación, constituyéndose en uno de los equipamientos urbanos públicos más relevantes del departamento del Huila y como tal coordina la Red de Bibliotecas Públicas de Huila, conformada por 42 Bibliotecas Públicas. Su objetivo es aumentar y garantizar las posibilidades para el libre acceso a la información, a una rica oferta literaria, documental y de recursos informáticos, aumentando así las posibilidades educativas y culturales de la población Huilense.
Igualmente, es Biblioteca Patrimonial; la depositaria del acervo bibliográfico de la región. y la encargada de recibir el Depósito Legal, según la Ley 1379 de 2010. En ese sentido, la Sala Patrimonial Huila facilita a los investigadores y público en general tener información especializada sobre la región en los diferentes soportes; clave importante para crear memoria e identidad local. Igualmente, existe servicios de consulta en sala y Préstamo Externo, Servicio de Información local, acceso a internet en sala de cómputo, promoción de lectura para niños. Una de las mayores fortalezas era la Programación cultural propia de las Bibliotecas que se realizaba regularmente, la cual ha venido desapareciendo, por el poco apoyo entregado.
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Los nuevos roles de la biblioteca pública consideran que esta no debe limitarse solo a prestar libros, sino que debe transcender a crear una ciudadanía participativa y critica de su realidad; para ello debe ofertar servicios de información local, espacios de encuentro y participación política y social que complementado con el acto lector que es un proceso transversal a todos los componentes sociales, políticos económicos, educativos junto con servicios y actividades de la biblioteca deben llevar al mejoramiento de la calidad de vida de la comunidad. Para ello, es indispensable el mantenimiento de los espacios físicos que en el momento utiliza la Biblioteca con acciones puntuales orientados a una mejor prestación de los servicios bibliográficos. Lo que conlleva igualmente al respeto y valorización de la Biblioteca por parte de los administradores públicos.
