Diario del Huila

Baños de hierbas: una tradición que renueva el espíritu hacia un nuevo año

Dic 31, 2024

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En las calles de Neiva, especialmente en la icónica carrera segunda junto al Centro Comercial Popular Los Comuneros, la atmósfera se transforma a finales de diciembre. La mezcla de colores, aromas y voces hace del mercado un lugar especial, donde los atados de hierbas no solo representan una compra, sino la continuidad de una tradición cargada de simbolismo, espiritualidad y esperanza.

DIARIO DEL HUILA, NEIVA

POR: ALEJANDRO POLANCO

El mercado se llena de una diversidad de plantas que van más allá de su apariencia estética. Ruda, laurel, eucalipto, albahaca, romero, manzanilla, hierbabuena, limonaria, menta y canela son solo algunas de las plantas que adornan los puestos, cada una con su propio propósito y significado. Para quienes acuden a los puestos, las hierbas son herramientas cargadas de simbolismo que actúan como guías espirituales en el camino hacia un nuevo año lleno de oportunidades y equilibrio.

Conexión con la tradición

La tradición de utilizar hierbas para propósitos espirituales no es exclusiva de Huila o Colombia; se remonta a antiguas civilizaciones de todo el mundo, donde las plantas siempre fueron consideradas como un puente entre el plano físico y el espiritual.

Desde África hasta Asia y América Latina, los rituales ancestrales han empleado plantas en ceremonias de limpieza, protección y sanación. En África, los pueblos yorubas recurrían a hierbas para sanar tanto el cuerpo como el alma, mientras que, en Asia, la medicina tradicional china combinaba hierbas con técnicas como la acupuntura y la moxibustión para equilibrar mente y cuerpo. En América Latina, culturas como los muiscas y mayas utilizaban las plantas en ceremonias dedicadas a la conexión con la naturaleza y la purificación espiritual. Huila no es la excepción a esta rica herencia ancestral.

Desde tiempos inmemoriales, la conexión con la naturaleza ha sido un pilar fundamental en las culturas indígenas y campesinas de la región. Los pueblos indígenas del Huila, como los Páez y los San Agustín, mantenían una profunda relación con las plantas, utilizando sus propiedades para la curación, la protección y la comunión con los dioses naturales. Esta tradición se ha transmitido a lo largo de generaciones, adaptándose a los tiempos modernos sin perder su esencia esencial.

Sabiduría y poder de las plantas

Francia Viviana García Cardoso, una yerbatera de Neiva con más de 35 años en la práctica, representa la sabiduría transmitida por generaciones. García Cardoso explica que las plantas tienen un poder especial cuando son utilizadas con intención y fe. “Esto viene de nuestros abuelos y bisabuelos. Las hierbas han estado en nuestras familias desde siempre. Es un legado que debemos preservar”, asegura. Cada planta, según su conocimiento, posee una energía única que se potencia cuando se combina con la intención sincera del practicante. La tradición se convierte en un acto colectivo en el que la naturaleza y el espíritu se integran para brindar una experiencia transformadora.

El ritual de los baños herbales se divide en dos etapas esenciales: las hierbas amargas y las hierbas dulces. Las hierbas amargas, como ruda, romero, laurel y eucalipto, son utilizadas para limpiar energías negativas, liberar bloqueos emocionales y purificar el alma. Estas plantas, conocidas por su acción depurativa, trabajan tanto a nivel físico como espiritual para liberar cargas pesadas que impiden el progreso personal.

Por otro lado, las hierbas dulces como albahaca, hierbabuena, manzanilla y toronjil son empleadas para atraer prosperidad, paz y nuevas oportunidades. Su aroma reconfortante y propiedades refrescantes simbolizan la apertura a lo nuevo y la invitación de la abundancia en todos sus aspectos.

El proceso de preparación de las hierbas para los baños va más allá de ser un simple acto mecánico. García Cardoso enfatiza que el ritual requiere una conexión profunda con el propósito y el significado detrás de cada planta. Durante la selección de las hierbas, se invita a la persona a reflexionar sobre sus intenciones, ya sea liberar el pasado o abrirse a lo nuevo. Al momento de hervir las plantas, el agua toma una tonalidad especial, impregnándose de las propiedades medicinales y energéticas de cada una, formando una mezcla mágica que purifica tanto el cuerpo como el espíritu.

El proceso ritual: Conexión entre mente y espíritu

El proceso de los baños herbales va más allá de lo meramente físico; es una experiencia profunda que demanda concentración y reflexión. Durante la preparación de las hierbas, se invita a la persona a enfocarse en lo que desea eliminar y atraer para el próximo ciclo. García Cardoso destaca que este ritual es un trabajo conjunto entre la naturaleza y el espíritu. “Las hierbas hacen su parte, pero si no crees en su poder, no verás los resultados. Es un acto simbólico donde la energía y la fe van de la mano”, explica.

El ritual no solo representa una práctica espiritual, sino también un importante sustento económico para las yerbateras locales. Francia Viviana García Cardoso, al igual que otras yerbateras del mercado, experimenta un aumento significativo en las ventas durante diciembre y enero, ya que estas fechas son vistas como la oportunidad más significativa para muchos. “Vendemos el triple en diciembre y enero. Muchas familias dependen de estos ingresos para sobrevivir”, señala.

Sin embargo, el oficio no está exento de desafíos, especialmente con el crecimiento de productos industrializados y esencias sintéticas que buscan imitar las propiedades de las plantas frescas. García Cardoso insiste en que el poder de la naturaleza es insustituible. “Nada reemplaza la conexión directa con la naturaleza. Cada hoja tiene su energía propia y eso es lo que la hace única”, recalca.

Aunque diciembre marca el auge de esta práctica, los baños herbales pueden realizarse en cualquier momento del año. Las personas recurren a estos rituales como una herramienta para mantener su bienestar continuo, promoviendo la limpieza espiritual y emocional que trasciende los límites del tiempo. La conexión con las raíces a través de las plantas es, al final, una manera de mantener viva una tradición que une lo ancestral con lo contemporáneo, permitiendo a las generaciones actuales encontrar en ellas un camino hacia la renovación personal y la esperanza constante.

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