La brecha en el recaudo, el rezago en la ejecución presupuestal y el incremento acelerado de la deuda pública configuran uno de los panoramas fiscales más tensos de los últimos años.
DIARIO DEL HUILA, NACIONAL
El Gobierno del presidente Gustavo Petro enfrenta un panorama fiscal especialmente crítico para 2025, marcado por un menor recaudo tributario al esperado, un rezago importante en la ejecución del Presupuesto General de la Nación y un crecimiento acelerado de la deuda pública. Según los principales bancos del país, un error del Gobierno en el cálculo del impuesto de renta habría generado un millonario descuadre, agudizando los riesgos para la sostenibilidad de las finanzas públicas.
Las advertencias no son menores. Tanto Bancolombia como el Banco de Bogotá coincidieron en que el país necesita ajustes estructurales profundos para evitar que la estabilidad económica se siga deteriorando.
Recaudo por debajo de lo esperado: el hueco supera los $9 billones
Entre enero y octubre de 2025, el recaudo tributario llegó a $248 billones, equivalentes al 96% de la meta. Aunque la cifra parece alta, deja un faltante de $9,1 billones frente a los $257 billones proyectados por el Gobierno.
Bancolombia atribuye esta brecha al bajo desempeño del impuesto de renta y del IVA interno, que siguen creciendo por debajo de su promedio histórico, pese a una leve recuperación. El Banco de Bogotá, por su parte, señala que el recaudo bruto creció 10,8% anual a septiembre y el neto 9,6%, muy lejos del objetivo del Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP), fijado en 14,6%.
Solo en octubre, el déficit mensual fue de $1,2 billones, y el faltante acumulado ronda los $6,1 billones, con proyecciones de cierre de hasta $10 billones si la actividad económica no repunta.
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“Es casi un hecho que, nuevamente, el Gobierno no cumpliría con su meta de recaudo”, insistió el Banco de Bogotá.
Ejecución del presupuesto: un rezago de $28 billones
En ejecución presupuestal, el Gobierno tampoco logra alcanzar el ritmo que requiere. Los compromisos vigentes suman $383 billones, equivalentes al 72,8% del Presupuesto General de la Nación, pero deberían ir en $411 billones, lo que deja un rezago de $28 billones.
Bancolombia advierte que, solo en octubre, la ejecución cayó 22,2% frente al mismo mes del año anterior. El Banco de Bogotá agrega que la ejecución —sin deuda— llegó a 66,1%, aunque el rezago presupuestal logró avanzar hasta un 87%.
El problema es que esta baja ejecución coincide con presiones crecientes de gasto, lo que agrava la situación fiscal.
Deuda pública en máximos históricos: así crecería hasta 2026
El panorama de la deuda también preocupa. El Comité de Regla Fiscal (Carf) alertó que el déficit y los compromisos para 2025 y 2026 llevarán a que la deuda neta del Gobierno Nacional Central (GNC) pase del 59,3% del PIB en 2024 al 63% en 2026, un máximo histórico que incluso superaría el nivel alcanzado durante la pandemia (60,7%).
Las razones, según el Carf, son claras:
- Altos y persistentes déficits primarios.
- Un elevado costo de financiamiento.
- Una tasa de cambio promedio más alta al cierre de cada vigencia.
Con estos factores, la deuda podría alcanzar niveles que comprometan la capacidad del país para financiarse y mantener la estabilidad económica.
Ajustes urgentes y reformas estructurales
El Carf insiste en que revertir esta tendencia requiere reformas profundas que permitan incrementar ingresos permanentes y ajustar el gasto primario. También llama a reorganizar competencias entre niveles territoriales y adoptar cambios legales que fortalezcan la disciplina fiscal.
La persistencia de amplios déficits, advierte el Comité, incrementa las necesidades de financiamiento, eleva las tasas de interés y limita el margen de maniobra de la política monetaria.
Tras la activación de la cláusula de escape, se proyecta que el déficit total del GNC llegue al 3,1% del PIB en 2028, pero esta reducción depende de ajustes adicionales.
Alivios temporales, pero sin mejora estructural
Aunque el Gobierno cumpliría la meta de déficit de –7,1% del PIB para 2025, el Banco de Bogotá asegura que esto se debe a factores coyunturales, no a una mejora real: operaciones de manejo de deuda que redujeron temporalmente intereses, un dólar más bajo del proyectado y un mayor PIB nominal impulsado por inflación.
Las operaciones de manejo de deuda ya suman $134 billones y podrían ampliarse entre $40 y $50 billones adicionales, pero los bancos advierten que estas herramientas solo alivian el corto plazo.
El déficit primario cerraría en –3,4% del PIB, el más alto desde los años 90 y la pandemia, mientras el Gobierno, para sostener la ejecución, ha recurrido a un aumento fuerte en emisiones de deuda: $88 billones en TES y $49 billones en TCO.
La advertencia es contundente: sin ajustes estructurales, el país seguirá dependiendo de medidas temporales que no corrigen los desequilibrios de fondo.
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