Es el llamado que hace Óscar Gutiérrez Reyes, director ejecutivo nacional de Dignidad Agropecuaria Colombiana ante las modificaciones de la Reforma Tributaria que presentó el gobierno nacional en los últimos días, donde varios aspectos afectarían enormemente al sector del agro.
DIARIO DEL HUILA, HUILA
Por: Leidy Catalina Durán Vásquez
Dos asuntos que requieren soluciones urgentes y favorables a los productores agropecuarios y, en especial, a los caficultores de Colombia, demandan de la atención de las organizaciones que hacen parte de Dignidad Agropecuaria Colombiana y de otras que dedican sus esfuerzos a luchar por el bienestar de quienes producen alimentos y bebestibles para la población del país.
Ambos, están relacionados con la Ley de financiamiento o Reforma Tributaria que presentó el gobierno nacional y con las obligaciones que poco a poco se han ido imponiendo a los productores del agro y que tienen origen, en la globalización del sector financiero y en las decisiones para acogerlas, de los gobiernos anteriores y, también, de este.
“Estamos en una situación muy difícil, quienes tienen como oficio producir alimentos y bebibles para dar de comer y de tomar a los colombianos, los productores, agropecuarios están enfrentando dos problemas que están relacionados con la Dirección Nacional de Impuestos con la Dian y también con el Ministerio de Hacienda y las políticas que están implementándose a través de la reforma tributaria, unas que vienen de atrás y otras que se van a fortalecer con este nuevo proyecto que presentó el Gobierno Nacional al Congreso de la República”, expresó Óscar Gutiérrez Reyes, director ejecutivo nacional de Dignidad Agropecuaria Colombiana.
Según como lo explicó Gutiérrez, los dos problemas tienen que ver, el uno con lo que se conoce como la bancarización, que es la obligación que tienen todos aquellos que paguen a quien haya hecho una venta de cualquier producto agrícola, es el caso que el gremio está denunciando el del producto café que lo compran en una proporción importante en el mercado las cooperativas de caficultores.
“Ellas les están obligando a pagar no en efectivo, sino a través de sistemas bancarios, pero el problema que se tiene es que en muchas zonas del país por el atraso tecnológico, por la falta de sistema bancario por la existencia de un solo banco que muchas veces no abre sus puertas el día en que los productores salen a vender su producto, entonces no tienen las condiciones mínimas para poder cumplir con ese proceso de bancarización, ya que ni la tecnología, ni la internet, ni la realidad les permite esa situación”, sostuvo Gutiérrez.
El primer asunto nació con la lógica de vincular el sistema financiero nacional a la internacionalización de la economía y que terminó convirtiéndose en un mecanismo que permite al Estado ejercer control, vigilancia y seguimiento de las operaciones económicas y comerciales de los ciudadanos, evitar la elusión y controlar la evasión tributaria, a través de normas que obligan a bancarizarse, en cualquiera de sus modalidades, a más de globalizar el sistema financiero y bancario colombiano.
“De otro lado a los productores también se les genera un problema grave porque tener una cuenta, pagar comisiones, tener un acceso limitado al banco por los días en que esté abierto y los días en que está cerrado y otra serie de inconvenientes les terminan generando muchos problemas”, precisó el director ejecutivo nacional de Dignidad Agropecuaria Colombiana.

Para miles de productores agropecuarios está bancarización significa, más que ventajas, muchas dificultades y problemas para realizar la venta de sus productos que son resultado, como ya se dijo, de su actividad agrícola, pecuaria, avícola o piscícola. Es claro que los productores agropecuarios no son comerciantes. Por eso, no deben quedar caracterizados como tales al obligarlos -en el estatuto tributario- a utilizar los medios de pago bancarios, para efectos de la aceptación de costos, deducciones, pasivos e impuestos descontables en su declaración de renta, sin tener en cuenta que en muchos municipios solo existe un banco y no abre sus puertas al público en los días en que los productores salen a vender su producción.
En donde el banco abre, tienen largos tiempos de espera para realizar las transacciones y no pocas veces les dicen que se les acabó el efectivo. Y, si no usan el sistema bancario, o no tienen cuentas al pagarles con cheque deben aceptar descuentos donde hacen las compras o donde se los cambian por efectivo, creando un problema no solo para los productores agropecuarios sino para quienes, siendo legales para desarrollar actividades comerciales, deben pagar con cheque o a través de transferencias electrónicas que, dado el atraso de la conectividad, no pueden hacerlo bien.
Debe tenerse en cuenta, además, que millones de productores no tienen acceso a internet, ni a tarjetas de crédito y miles más no tienen cuenta corriente y todos esos productos bancarios tienen costos de manejo y pago de comisiones, lo que las hacen ser rechazadas por miles de productores que prefieren recibir efectivo al vender su producto y pagar en efectivo, a sus proveedores. Y, más aún, si son pequeños productores.
Frente a esta realidad que se vive en las zonas rurales las políticas del Estado, en materia tributaria, no tienen comprensión y castigan a los productores o a quienes les compran su producción como sucede con las cooperativas de caficultores, a las que quieren multar por no exigir facturación electrónica -a quienes les venden el café- o por no pagar las compras que realizan a través de los bancos, en cualquiera de las modalidades existentes. Y, no son de poca monta las multas que les quieren aplicar. En algunos casos pueden ser superiores al capital social de los afiliados, lo que las llevaría a la quiebra y el cierre y con ello a terminar con la garantía de compra que hoy ejercen las entidades solidarias del sector cafetero.

Facturación electrónica, otro problema para el sector
Al respecto, el director indicó que el otro asunto es el que tiene que ver con lo que se conoce como la facturación electrónica, que es la obligación que se quiere montar para que todos aquellos que vendan cualquier bien o servicio le facturen a quien le compra, de manera tal que si un cafetero va y le vende a la cooperativa tendría que hacerle si excede una cantidad de dinero que son 174 millones de pesos.
“Tendría que hacerle factura electrónica, pero ese monto se quiere rebajar para que los productores se vean obligados a hacer factura por cualquier cantidad de café que vendan, cierto, a los a las cooperativas o bueno, los compradores privados no están exigiendo eso, hacen una serie de maniobras y logran evadir esta obligación, así hagan también algunas veces exigencia de factura electrónica a sus proveedores de café”, reveló Gutiérrez.
Hoy, la situación es mucho más compleja. Las cooperativas y quienes tienen establecimientos legales para comprar café, cacao, panela, arroz o cualquier otro producto agropecuario se les quiere obligar a pagar a través del sistema bancario, de lo contrario, no les aceptan dichas operaciones para el descuento en el pago de sus impuestos de renta. Y, peor aún, también quieren obligar a los productores a expedir factura electrónica o documento equivalente para que puedan descontar de sus ingresos los costos, deducciones, pasivos e impuestos descontables, del costo de producir lo que hayan producido y, de esa manera, reducir los impuestos sobre la renta.
“Además de eso también se quiere que las cooperativas hagan la facturación electrónica que la hacen en general, pero los productores tienen miedo de arrimarse porque inmediatamente quedan reportados, ya que el proceso de facturación electrónica es en vivo, en directo a través de sistema de internet vinculado, con una factura que debe ser aprobada, etcétera y eso, obviamente, crea un una situación que es compleja para los productores de café, bueno, y para los productores de todos los bienes y servicios que estén en el mercado”, enfatizó el director ejecutivo nacional de Dignidad Agropecuaria Colombiana.
¿Qué es la facturación electrónica?
La respuesta de la DIAN es la siguiente: “Es la evolución de la factura tradicional, para efectos legales tiene la misma validez que el papel, sin embargo, se genera, valida, expide, recibe, rechaza y conserva electrónicamente, lo que representa mayores ventajas. Tributariamente es un soporte de transacciones de venta de bienes y/o servicios”.
Para expedir dicha factura -el que lo haga- debe cumplir con unos requisitos, uno fundamental es la recepción y validación de la DIAN: “Cada factura electrónica que emites o recibes pasa por un proceso de validación en tiempo real por parte de la DIAN. Esta validación asegura que el documento cumple con todos los requisitos antes de que sea considerado válido, brindando mayor seguridad y control fiscal”. Para realizar la facturación debe poseer, además, los medios que le permitan hacerlo, acceso a Internet, computador, contador y autorización de la DIAN para expedir factura electrónica.
“Lo que estamos señalando es que los productores agropecuarios no son comerciantes, lo que comercializan es el producto de su trabajo, de su gestión agropecuaria y en ese sentido no son comerciantes, su oficio no es comprar y vender cosas, su oficio es producir alimentos o de vestibles y venderlo, ¿cierto? A quien se los compra, por eso esperamos que el Congreso de la República tome una actitud positiva y respalde una carta enviada por las cooperativas de caficultores de Colombia al Congreso para que se corrijan ambos problemas en la legislación y en el trámite que se va a hacer si es que se da el trámite de la reforma tributaria”, manifestó Gutiérrez.

¿Quiénes deben facturar electrónicamente?
De acuerdo con la Ley, las resoluciones de la DIAN y el estatuto tributario en el Artículo 615, Obligación de Expedir Factura, se señala: “Para efectos tributarios, todas las personas o entidades que tengan la calidad de comerciantes, ejerzan profesiones liberales o presten servicios inherentes a éstas, o enajenen bienes producto de la actividad agrícola o ganadera, deberán expedir factura o documento equivalente, y conservar copia de la misma por cada una de las operaciones que realicen, independientemente de su calidad de contribuyentes o no contribuyentes de los impuestos administrados por la Dirección General de Impuestos Nacionales”.
En esas condiciones los productores agropecuarios deberán expedir factura o documento equivalente y, más aún con la reforma que se hace al artículo 615 en el proyecto de Ley de Financiamiento presentado por el gobierno Petro que señala que: Para efectos tributarios, todas las personas naturales, jurídicas y entidades estarán obligadas a expedir factura y/o documento equivalente, por la venta de bienes y/o prestación de servicios y conservarla por cada una de las operaciones que realicen, independientemente de su calidad de contribuyentes o no contribuyentes de los impuestos administrados por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales -DIAN.
La ley señala también que, si venden al año más de 3500 Unidades de Valor Tributario, UVT, o sea $ 174 millones 296 mil 500 pesos -ya que el valor de una UVT es equivalente a $ 49.799 pesos- deben expedir factura electrónica. De otra parte, la reforma tributaria o Ley de Financiamiento presentada por el gobierno Petro obliga a hacer retención en la fuente por la venta de café pergamino o cereza o cualquier otro bien agropecuario si supera las 70 UVT. El valor de una UVT es de $ 49.799 pesos o sea 3.485.930 pesos. Estaba antes en 160 UVT o sea 7 millones 968 mil pesos.
“Por ahora señalemos que las modificaciones en la bancarización y la facturación electrónica golpean a las cooperativas de caficultores, ponen en riesgo la garantía de compra que se ejerce a través de ellas ya que, quedan obligadas a efectuar no solo, la retención en la fuente sino, a exigir a campesinos y productores empresariales de café, factura electrónica o el documento equivalente, al igual que están obligadas a expedirla, poniéndolas en condiciones de competencia desiguales frente a las compras de café no registradas, piratas y que, por esa condición, no se obligan a cumplir con las normas establecidas en el Estatuto Tributario y en las que se derivarán de llegarse a aprobar la reforma tributaria presentada por el gobierno nacional. Igual sucederá con los demás productores que quedarían obligados a facturar”, expresó Gutiérrez.
Finalmente, la Reforma trae más decisiones que golpean a los productores agropecuarios aumentando los impuestos a pagar por su actividad productiva. Dignidad Agropecuaria llama a los productores agropecuarios, en especial a los cafeteros, a enfrentar la reforma tributaria o Ley de Financiamiento y apoyar las cooperativas de caficultores amenazadas con la obligación de aplicar, a rajatabla, la bancarización y la facturación electrónica.
“Esperamos que el Congreso de la República acoja las propuestas presentadas por las cooperativas y respalde a los productores del agro agobiados por estos dos asuntos que requieren soluciones urgentes”, concluyó.








