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Aventuras en Letras y Voces: leer para transformar desde la ruralidad de Garzón

Nov 22, 2025

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En la zona rural de Garzón, los estudiantes de la Institución Educativa San Antonio del Pescado descubren que leer no es solo una tarea escolar, sino una aventura compartida. Aventuras en Letras y Voces convierte los libros en puentes afectivos entre la escuela y las familias.

DIARIO DEL HUILA, PROYECTOS DH

En medio de las montañas que rodean la zona rural de Garzón, en la Institución Educativa San Antonio del Pescado, la lectura dejó de ser un ejercicio rígido y académico para transformarse en un camino afectivo que une estudiantes, familias y escuela. Este proceso se visibilizó en el Encuentro Departamental de Experiencias Pedagógicas Significativas 2025, donde la comunidad educativa presentó la iniciativa «Aventuras en Letras y Voces», un proyecto que ha logrado que la lectura sea vivida como encuentro, diálogo y disfrute.

La propuesta, liderada por la docente Yuri Ochoa, nace como respuesta a una problemática frecuente en instituciones rurales: el escaso interés por la lectura, la ausencia de espacios adecuados para desarrollarla y la idea de que leer responde únicamente a una exigencia evaluativa. En palabras de la docente, el propósito es claro:

“Nuestro proyecto tiene por objetivo fomentar el hábito lector y mejorar el nivel de fluidez y comprensión lectora en los estudiantes de preescolar y básica primaria.”

Actualmente, la iniciativa impacta a 139 estudiantes, abarcando desde los más pequeños en transición hasta los grupos de básica primaria. Pero más allá de la cifra, lo verdadero transformador es cómo esos niños y niñas se han acercado a los libros desde nuevas formas de interacción.

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Un proyecto que nace de una necesidad real

Antes de implementar las estrategias actuales, la institución identificó tres situaciones centrales:

  • Los estudiantes asociaban la lectura con notas y actividades académicas.
  • Había poco interés por leer fuera de clase.
  • La familia no participaba activamente en los procesos lectores.

Estas conclusiones llevaron a diseñar una ruta metodológica centrada en tres pilares:

  1. Crear ambientes de lectura agradables y afectivos.
  2. Formar lectores activos, no solo decodificadores de palabras.
  3. Involucrar a las familias como acompañantes permanentes.

De esta manera surgieron las actividades clave del proyecto: clubes de lectura, lectura diaria en el aula, talleres de fluidez lectora, libro viajero y ejercicios de lectura en casa, todas orientadas a fortalecer gusto, comprensión y velocidad lectora.

Leer para encontrarnos: voces estudiantiles

Durante la presentación en el encuentro, las protagonistas fueron las niñas. Sus testimonios permiten entender con sencillez y autenticidad cómo viven la experiencia desde el aula.

Brenda Salomé López, estudiante de grado segundo, explica:

“Nos sentamos con la profe a leer y descubrir nuevas historias. Cuando llegamos al salón, uno de mis compañeros reparte los libros y empezamos a leer en silencio. Cada uno con su libro. Luego comentamos lo que entendimos y lo que más nos gustó.”

Su descripción se refiere al Club de Lectura, una de las actividades centrales del proyecto donde, más que una clase, se genera un círculo comunitario de conversación. Allí, la lectura no es tarea: es exploración.

Por su parte, Isaela Reyes, grado tercero, destaca el papel del libro viajero:

“Es un libro muy especial que viaja de casa en casa invitando a las familias a compartir un momento de lectura. Escribimos poemas, dibujamos, escribimos anécdotas y cuando volvemos a la escuela compartimos el cuento con nuestros compañeros.”

Este libro simbólico no solo registra historias, sino memorias familiares. Según la docente, ha sido una estrategia clave para que la lectura no termine cuando suena el timbre, sino que continúe en los hogares.

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La lectura como cultura escolar: actividades que transforman

1. Lectura diaria
A primera hora, cada estudiante recibe un libro y dedica unos minutos a leer en silencio. Este hábito cotidiano fomenta concentración, constancia y autonomía lectora.

2. Club de lectura
Se organiza en pequeños grupos dirigidos por la docente, que acompaña, orienta y motiva la interpretación de textos. Importa no solo leer, sino conversar sobre lo leído.

3. Libro viajero
Una herramienta de intercambio afectivo entre escuela y familia. Cada estudiante lo recibe, aporta una creación personal y reflexiona con los demás al regresar.

4. Talleres de fluidez lectora
Permiten medir avances en velocidad, precisión, pronunciación y entonación.

5. Lectura en casa con acompañamiento y medición
Los padres registran el tiempo y el número de palabras leídas por minuto, reforzando disciplina y seguimiento desde el hogar.

Resultados: la huella que dejan los libros

El proyecto ya presenta avances visibles:

  • Aumento de velocidad lectora en todos los grados.
  • Mayor disposición a leer por voluntad propia.
  • Participación emocional activa.
  • Más diálogo entre estudiantes a partir de los textos.

Además, se fortaleció el vínculo familia-escuela: algunos padres participaron activamente, compartieron lecturas y dejaron registros afectivos en el libro viajero. Sin embargo, persiste el reto de lograr que todos los hogares asuman el compromiso con la misma intensidad.

La institución reconoce esta dificultad y la convierte en horizonte de trabajo:

«Aún necesitamos sensibilizar más a las familias sobre su papel fundamental en la formación de lectores.»

Leer desde la ruralidad: un acto de resistencia educativa

Lo que hace especial esta experiencia no es únicamente el diseño pedagógico, sino su contexto. En zonas rurales, donde históricamente el acceso a libros ha sido limitado y la vida cotidiana prioriza actividades agrícolas, fomentar el hábito lector implica derribar barreras culturales y simbólicas.

Leer se convierte en:

  • Acceso a mundos lejanos para niños que viven alejados de centros urbanos.
  • Un puente entre tradición oral y lenguaje escrito.
  • Una herramienta para fortalecer identidad y futuro académico.

El proyecto no solo enseña a leer: enseña a imaginar nuevas posibilidades.

Proyección a futuro

La docente y su equipo proyectan expandir la iniciativa con nuevas ideas, entre ellas:

  • Crear una biblioteca móvil para veredas más alejadas.
  • Formar mediadores estudiantiles de lectura.
  • Integrar textos que rescaten historias locales y campesinas.
  • Generar alianzas para dotación bibliográfica.

El objetivo es que la lectura se convierta en una práctica comunitaria permanente y no solo escolar.

Leer juntos para seguir aprendiendo

«Aventuras en Letras y Voces» demuestra que la lectura florece cuando se vive con otros. No requiere solo libros, sino abrazos, tiempo, atención y escucha. En San Antonio del Pescado, leer se convirtió en acto colectivo, y ese es quizá su mayor logro.

Como afirma la docente:

«La lectura es una puerta abierta. Solo necesitamos que alguien quiera cruzarla con nosotros.»

Y en esta escuela rural, esa puerta ya está abierta.

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