El desespero del equipo económico del gobierno nacional para lograr un equilibrio de las finanzas públicas nacionales está generando sorpresas para las familias colombianas, por las noticias que emiten estas dependencias que tienen la responsabilidad de manejar la política fiscal, de seguir incrementando los precios de los servicios públicos esenciales para el bienestar de los hogares en nuestro país. Atrás quedó esa retórica barata de anuncios que se iban a reducir las tarifas de la energía. Durante la mitad año, los embalses llegaron a sus máximos niveles históricos que provocarían un aumento de la oferta energética.
De nada sirvió que Colombia, sea un país privilegiado en cantidad de lluvias y sobre esa riqueza natural se ha construido el sistema eléctrico interconectado nacional. Se ha incrementado el kilovatio hora, afectando el bolsillo de los colombianos. Por tal motivo, se viene estructurando otro Decretazo para eliminar los subsidios de los estratos 1,2 y 3 e imponer un aumento del 20% a los recibos de la luz a los estratos 4,5 y 6.
Dichas medidas, se tomarían de manera obligada por el permanente debilitamiento de las Finanzas públicas nacionales. La muestra más grave es que el Gobierno solo tiene menos de $10 billones en depósitos del Tesoro en el Banco de la República, que no es otra cosa que la caja disponible del Estado. Desde estas líneas editoriales, hemos venido afirmando que, al ejecutivo, no le está alcanzando la plata, porque se observa en el déficit creciente: se gasta más de lo que le ingresa y se destina la tercera parte de los ingresos tributarios al pago de intereses de deuda, si esta situación se mantiene, el cumplimiento de las funciones del Estado, no se podrán satisfacer las demandas sociales en el país.
Y como si fuera poco, el gobierno del cambio, a través de la Reforma Tributaria que presentó a consideración del Congreso, nuevamente amenaza las tarifas de energía, lo cual se traduciría en el aumento de los pagos en las facturas, en caso de que se apruebe un artículo que propone las autoridades fiscales del país.
Estos ajustes que propone el gobierno del presidente Gustavo Petro provocaría un alza de precios en las tarifas de los energéticos del país, incluyendo la generación de energía eléctrica. Lo grave es que esta decisión gubernamental, se reflejaría en el incremento del valor de la canasta familiar y en las facturas de electricidad que pagan los colombianos, dado los mayores costos de adquisición del combustible que se requiere para generar energía. Mientras tenemos estas afugias, en nuestros hogares, la burocracia del Estado crece sin control. No se tienen indicadores de gestión de lo público, ni existe una productividad oficial. No conocen la palabra austeridad, sino que el derroche, es el común denominador.
