Diario del Huila

Atlético Huila – identidad regional-

Nov 22, 2025

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Ernesto Cardoso Camacho

La decisión de los empresarios ecuatorianos dueños del Atlético Huila de trasladar al equipo a Yumbo Valle, tiene una alta dosis de sensatez, si se acepta que para mantener la capacidad competitiva del equipo es indispensable contar con un escenario adecuado y en las mejores condiciones de seguridad para jugadores, aficionados y periodistas, condición que no cumple hoy el estadio Plazas Alcid.

Hemos entrado entonces en una etapa en la cual se han conocido diversas opiniones siendo cada una respetable, aunque si se examinan con objetividad, encontramos que como es natural, estas responden a las sensaciones inevitablemente ligadas a un sentimiento colectivo que desde luego refleja la indispensable identidad regional.

El futbol es hoy por hoy el deporte más popular del mundo. Mueve sensaciones, pasiones, sueños y esperanzas y desde luego muchísimo dinero.

La historia escrita por el equipo de todos, desde sus inicios hasta ascender a la liga profesional, ha constituido un proceso colectivo en donde los huilenses hemos encontrado una especial oportunidad de identidad como región, como pueblo y como sociedad.

Desde la marcha del ladrillo promovida por el liderazgo de Guillermo Plazas Alcid, hasta la final construcción del escenario con sus respectivas adecuaciones, ha permitido sintonizar un sentimiento común en el que los jugadores, los técnicos y auxiliares, así como los directivos; lograron escribir páginas de gloria y no pocas frustraciones que, de todas maneras, unas y otras, han sido la esencia de ese sentimiento que finalmente permitió alcanzar la identidad regional.

En estas circunstancias es comprensible que se haya despertado la polémica. Sin embargo, es necesario comprender a los actuales dueños del equipo, en la medida en que sus inversiones económicas las deben proteger para garantizar la estabilidad financiera de la empresa que representa el club, en una etapa crucial de la competencia por buscar ascender de nuevo a la categoría A, pues esta es la que les permite obtener los mejores rendimientos de su inversión.

En consecuencia, existen reclamos sustentados en la aparente falta de responsabilidad de los empresarios dueños del equipo al haber adoptado tal decisión, los cuales se justifican por el comprensible disgusto que representa la evidente afectación a la economía formal e informal que se genera y dinamiza con la presencia del equipo en la ciudad.

Pero es necesario ser consecuentes con la dolorosa realidad. Cómo exigirles que el equipo permanezca en la ciudad si no cuenta con un escenario que le permita competir en igualdad de condiciones con sus rivales? El asunto pasa por un escenario que además de ofrecer adecuadas condiciones técnicas, seguridad para los protagonistas y aficionados, también debe ofrecer posibilidades económicas derivadas del recaudo por la taquilla o ingreso de aficionados. Al respecto algunos afirman que lo de taquilla no es sustancial dado que son más importantes los otros ingresos como televisión, publicidad, etc; pero conviene recordar el estado lamentable que presenta el escenario desde hace 8 años, causado por la negligencia y omisión de las respectivas autoridades públicas.

Es triste decirlo pero hemos sido una vergüenza nacional con las ruinas que ha representado el Plazas Alcid, luego de los sucesivos errores de los últimos alcaldes.

Pues bien. No tenemos estadio adecuado, la gobernación y alcaldía se han empeñado en invertir 58 mil millones para derruir y restaurar la tribuna colapsada, los recursos comprometidos son de crédito y el plazo previsto es de dos años. Ya bien sabemos que la contratación y ejecución de las obras generalmente se demoran el doble o triple de lo anunciado. Sustentan la decisión en cumplir una promesa electoral que ojalá la puedan cumplir. Si así fuera con todas las promesas que han hecho los gobernantes no habría tantos elefantes blancos ni tantas investigaciones estancadas por evidentes actos de corrupción. Estamos pues abocados a esperar con paciencia franciscana. Mientras tanto, el gobernador Villalva y el alcalde Casagua, deberían gestionar con eficacia ante la Dimayor, la defensa de la marca Atlético Huila que es identidad regional y por tanto patrimonio de los Huilenses.

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