La aterosclerosis, lejos de ser una enfermedad limitada al sistema cardiovascular, emerge como un proceso sistémico con impactos en la microcirculación del corazón y el cerebro.
Investigaciones recientes, como el proyecto PESA, han demostrado su relación con el envejecimiento biológico y enfermedades neurodegenerativas, sentando las bases para enfoques de prevención más efectivos y personalizados.
DIARIO DEL HUILA, SALUD
La investigación indica que esta enfermedad es un proceso sistémico que no solo afecta las arterias grandes, sino también la microcirculación, incluyendo el corazón y el cerebro.
El estudio PESA (Progresión de la aterosclerosis subclínica temprana, por sus siglas en inglés) mostró que la aterosclerosis afecta de forma silente a un gran porcentaje de personas aparentemente sanas; en concreto, se detectaron señales de la enfermedad en el 63 por ciento de los participantes asintomáticos de edad media de esta investigación.
La investigación se inició en 2010 a partir de una colaboración en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III de España (CNIC) con el objetivo de estudiar la salud cardiovascular de más de 4.000 profesionales y ampliar el conocimiento sobre el desarrollo de la aterosclerosis desde etapas tempranas.Gracias al uso de tecnología de imagen avanzada y análisis de biomarcadores sanguíneos, el estudio ha logrado detectar de forma precoz esta enfermedad y ha sentado las bases para desarrollar nuevas estrategias de prevención y tratamiento para una condición que progresa rápidamente y para la que se conoce que la práctica de hábitos de vida saludables resulta beneficiosa.
Este estudio indica que la aterosclerosis es un proceso sistémico que no solo afecta a las arterias grandes, sino también a la microcirculación, incluyendo el corazón y el cerebro. Además, ha revelado que esta patología acelera el envejecimiento biológico y, en personas con aterosclerosis en las carótidas, se observó un hipometabolismo cerebral silente relacionado con el riesgo de Alzheimer.

“El estudio PESA CNIC no solo ha transformado nuestra comprensión de la enfermedad cardiovascular, sino que también sienta las bases para desarrollar estrategias más efectivas de prevención y tratamiento, beneficiando a toda la sociedad. Hemos sentado las bases para demostrar que, con intervenciones adecuadas y a tiempo, no solo es posible prevenir la progresión de estas enfermedades, sino incluso revertirlas”, ha destacado el director general del CNIC, Valentín Fuster.
A partir de los resultados obtenidos en PESA, el CNIC ha anunciado el inicio de un nuevo proyecto, REACT, que analizará a 16.000 personas de entre 20 y 70 años en colaboración con el Rigshospitalet de Dinamarca.
Entre los participantes habrá 8.000 españoles.El objetivo de REACT es implementar un enfoque de medicina de precisión en la prevención de la aterosclerosis y, para ello, pretende tomar en consideración a una muestra de personas de diferentes estratos sociales y geográficos. En una primera fase, se realizarán estudios de imagen no invasiva de diferentes territorios arteriales, se analizarán para detectar la enfermedad y se evaluará el impacto de los estilos de vida en su aparición.
Después, se desarrollarán estrategias personalizadas para reducir el impacto de la enfermedad.La implicación de nuevos proyectos como REACT destaca la importancia de abordar la salud cardiovascular desde un enfoque multidimensional.
Esto incluye no solo la investigación avanzada, sino también la promoción de políticas públicas que incentiven estilos de vida saludables y garanticen el acceso a chequeos médicos preventivos para todos los sectores de la población.
Asimismo, la conexión entre la aterosclerosis y el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer, subraya la necesidad de una mayor conciencia pública sobre la prevención cardiovascular.
Las campañas educativas que integren esta información podrían desempeñar un papel crucial en la reducción de la carga global de enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento.La aterosclerosis, como condición sistémica, no solo desafía la salud cardiovascular, sino que también revela cómo las interacciones entre diferentes sistemas del cuerpo pueden influir en el desarrollo de enfermedades crónicas. Esta relación pone de manifiesto la importancia de adoptar un enfoque integral en la investigación médica, considerando no solo los síntomas visibles, sino también los factores subyacentes que afectan a órganos como el corazón y el cerebro.
La conexión con el riesgo de Alzheimer destaca un vínculo preocupante entre los problemas cardiovasculares y los trastornos neurodegenerativos.
En este contexto, el proyecto REACT, inspirado en los resultados del PESA, promete abrir nuevas puertas en la medicina de precisión. Al evaluar a una muestra diversa de 16.000 personas, esta iniciativa no solo amplía el alcance geográfico y demográfico, sino que también refuerza la necesidad de estrategias preventivas personalizadas.
Con la combinación de tecnologías avanzadas y un enfoque en estilos de vida, REACT tiene el potencial de transformar la manera en que se aborda la prevención de la aterosclerosis a nivel global.










