Una nueva ola de bombardeos rusos sacudió varias ciudades de Ucrania durante la noche, dejando 19 personas muertas y 66 heridas, entre ellas 16 menores de edad, según informó el Ministerio del Interior ucraniano.
La ofensiva coincidió con la llegada del presidente Volodimir Zelenski a Ankara, donde adelanta gestiones para volver a involucrar a Estados Unidos en las iniciativas de paz.
Los ataques, ejecutados con misiles y drones, se enmarcan en una campaña creciente de Rusia contra la infraestructura energética ucraniana, una ofensiva que se intensifica a medida que se acerca el invierno en el hemisferio norte. Las explosiones afectaron varios objetivos civiles y provocaron graves daños estructurales.
Uno de los golpes más fuertes ocurrió en Ternópil, en el oeste del país, donde dos bloques residenciales de varios pisos fueron alcanzados. El ministro de Relaciones Exteriores, Andrii Sibiga, informó del incidente en sus redes sociales, acompañado por fotografías en las que se observan edificaciones destruidas y grandes incendios visibles a través de ventanas destrozadas.
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Las calles de la ciudad quedaron cubiertas de escombros, mientras una densa nube de humo gris envolvía parte del área urbana. Los primeros reportes de detonaciones se registraron alrededor de las 7:00 a. m., hora local.
El ataque se produjo en paralelo a la agenda diplomática de Zelenski, quien llegó a Turquía este miércoles con el propósito de “revitalizar” los esfuerzos internacionales para detener la invasión rusa iniciada en 2022. Su visita busca, entre otros objetivos, que Estados Unidos retome un papel activo en las conversaciones de paz.
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