El Pacto Histórico definió sus listas al Congreso tras la consulta interna del 26 de octubre. La gran sorpresa fue Walter Rodríguez, conocido como “Wally”, quien encabezará la lista al Senado, mientras en el Huila Leyla Rincón quedaría por fuera.
DIARIO DEL HUILA, POLITICA
El domingo 26 de octubre marcó un nuevo capítulo en la política de la izquierda colombiana. Durante la consulta interna del Pacto Histórico, los militantes y simpatizantes no solo eligieron a Iván Cepeda como su candidato presidencial, sino que también definieron el orden de sus listas al Congreso de la República. En medio de esa jornada, un hecho inesperado sacudió el panorama político: un creador de contenido digital se impuso como la principal figura de la lista al Senado.
Walter Rodríguez, conocido popularmente como Wally, obtuvo 111.460 votos, convirtiéndose en la gran sorpresa del día. Su triunfo confirmó el creciente poder de los influenciadores en la arena política y dejó claro que la movilización en redes sociales puede traducirse en apoyo electoral real.
Aunque los acuerdos internos establecían que María José Pizarro encabezaría la lista al Senado, el resultado de la consulta obligará a reacomodar posiciones. La también exministra Carolina Corcho, segunda en la contienda presidencial del Pacto, reclamó igualmente ese primer lugar, apelando a los compromisos de paridad de género pactados en la coalición. Por eso, la definición final dependerá del equilibrio entre los resultados de la consulta y los acuerdos políticos previos.
Por ahora, Wally, Pizarro y Corcho se perfilan como las figuras más visibles en los primeros lugares de una lista que busca combinar rostros nuevos, activismo social y experiencia parlamentaria.
El efecto Wally: de las redes al Senado
El fenómeno de Wally simboliza el cambio de paradigma en la política colombiana. Durante años, las redes sociales han sido el espacio de batalla del petrismo, y figuras como él se convirtieron en voceros naturales del “gobierno del cambio”. Su salto al escenario electoral marca el paso de la influencia digital a la incidencia institucional.
Rodríguez, reconocido por sus videos de crítica política y defensa del presidente Gustavo Petro, logró capitalizar su popularidad entre los jóvenes y sectores urbanos conectados con las plataformas digitales. Su éxito demuestra que las audiencias en redes pueden transformarse en un caudal electoral, especialmente dentro de una base militante que se identifica con el discurso del cambio social.
“Esta es la política del siglo XXI: la que se construye con la gente, con la comunidad digital y con la voz del pueblo”, afirmó Wally tras conocerse los resultados.
Detrás de él, en la segunda posición, se ubicó el representante Wilson Arias, con 109.601 votos, seguido del senador Pedro Flórez, Patricia Caicedo, Ferney Silva, Carlos Benavides, Laura Ahumada y Aida Avella, entre otros.
La lista refleja un equilibrio entre figuras de base, liderazgos sociales, militantes de la izquierda tradicional y nuevas caras provenientes del activismo ciudadano.
Paridad, tensiones y desafíos internos
Pese al entusiasmo, la lista del Pacto Histórico no está exenta de tensiones. La paridad de género —un principio que obliga a intercalar hombres y mujeres en los primeros lugares— genera un complejo reacomodo entre los liderazgos del movimiento.
La senadora María José Pizarro, quien había declinado su aspiración presidencial para encabezar la lista al Congreso, sigue siendo considerada pieza clave por su trayectoria y su cercanía con Gustavo Petro. A su vez, Carolina Corcho recordó públicamente el acuerdo según el cual el segundo lugar de la consulta presidencial tendría derecho a ocupar la cabeza de la lista.
Con estos tres nombres en juego —Pizarro, Corcho y Wally— el Pacto Histórico deberá resolver en las próximas semanas quién liderará finalmente la plancha al Senado. Todo apunta a que el comité político del movimiento buscará una fórmula de consenso que combine representación femenina, militancia territorial y renovación generacional.
En paralelo, las voces críticas dentro del petrismo han empezado a cuestionar la manera en que se definen las candidaturas, al señalar que el auge de figuras mediáticas podría desplazar a liderazgos sociales tradicionales.
La proyección electoral del Pacto Histórico
Con los resultados de la consulta interna, el petrismo sale fortalecido de cara a las elecciones de marzo de 2026. Analistas consultados coinciden en que la izquierda podría mantener —e incluso superar— las 20 curules obtenidas en 2022, siempre que logre preservar la unidad y convertir su base digital en votos efectivos.
El presidente Gustavo Petro celebró la jornada democrática, destacando la alta participación y el carácter pacífico de la elección. “Le agradezco a los casi dos millones de colombianas y colombianos, a Benedetti al frente del proceso y al procurador que estuvo vigilante”, expresó el mandatario.
Petro resaltó que “el pueblo eligió sus candidatos y no mi dedo”, en una clara alusión a su decisión de ceder la selección interna de aspirantes a las bases del movimiento. “El pueblo es sabio si se deja guiar por la espada emancipadora”, añadió en tono simbólico.
Aun así, el jefe de Estado no dejó pasar la oportunidad para cuestionar a la Registraduría, afirmando que “no estaría preparada” para la magnitud del proceso.
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Entre el auge y las fracturas
En la Cámara de Representantes también hubo sorpresas. En Bogotá, la influenciadora Lalis —otra figura reconocida en redes por su defensa del petrismo— obtuvo la segunda votación más alta, detrás de María Fernanda Carrascal, consolidando el protagonismo de los creadores de contenido en la política de izquierda.
No todos, sin embargo, salieron bien librados. En el Huila, la representante Leyla Marleny Rincón Trujillo, quien aspiraba a dar el salto al Senado, quedó por fuera de la lista. Su baja votación generó molestia en algunos sectores locales del Pacto, alimentando rumores de descontento interno y fracturas en el movimiento.
El panorama confirma que, aunque el Pacto Histórico se mantiene como la principal fuerza de izquierda del país, su reto no es menor: mantener la cohesión entre militantes tradicionales, líderes sociales, funcionarios cercanos al gobierno y nuevas figuras mediáticas.
Un movimiento en transformación
La consulta del 26 de octubre no solo definió nombres, sino que también marcó una transición generacional en la política progresista. Los rostros nuevos, conectados con las redes y la ciudadanía digital, comienzan a ocupar espacios que antes eran exclusivos de los partidos tradicionales.
El Pacto Histórico parece entender que el futuro de la política se juega tanto en las calles como en las pantallas. Pero ese viraje conlleva el desafío de mantener la coherencia ideológica y el equilibrio entre la militancia y el espectáculo mediático.
Por ahora, el triunfo de Wally simboliza una nueva era dentro del petrismo: una en la que los influenciadores digitales, los activistas sociales y los políticos de trayectoria deberán convivir —y competir— por representar al pueblo del cambio.
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