En Colombia, el buñuelo no solo es un símbolo de la Navidad: es un negocio millonario que mueve industrias, impulsa a pequeños emprendedores y marca el ritmo del consumo en diciembre.
DIARIO DEL HUILA, CONTEXTO
En Colombia, diciembre no solo trae luces y celebraciones, sino también una verdadera carrera comercial por abastecer la demanda de los alimentos más representativos de la temporada: el buñuelo y la natilla. Estos productos, arraigados en la tradición culinaria nacional, movilizan desde pequeños emprendedores hasta grandes compañías que, desde mediados de año, trabajan para responder al fuerte consumo navideño.
Cada mañana, Everth Montero abre temprano el local donde trabaja en la calle 76, al norte de Bogotá. Allí, a pocos metros de la estación de Transmilenio, este venezolano residente en Bosa fríe los buñuelos que serán el desayuno de cientos de transeúntes. Durante el año vende entre 100 y 150 unidades diarias, pero en diciembre su producción se duplica. A los buñuelos grandes, que pasaron de costar 2.800 pesos en 2024 a 3.000 en 2025, les suma opciones pequeñas de 1.000 pesos para atraer a quienes compran para reuniones familiares.
El aumento del consumo decembrino también dinamiza la industria nacional. Ingredion, la mayor productora de almidones y harinas de yuca del país a través de su marca Colmaíz, y Harinera del Valle, con su marca Haz de Oros, producen desde junio las mezclas que llegarán al comercio meses después. Juan Carlos Henao Ramos, gerente de Harinera del Valle, explica que la premezcla para buñuelos se vende todo el año, pero la natilla es exclusivamente de temporada. Para responder al pico de diciembre, desde mayo aseguran materias primas y empaques.
Aunque las tendencias de alimentación saludable ganan terreno, diciembre es un mes de indulgencias. Henao señala que, pese al aumento considerable de insumos, los ajustes de precios han sido similares a la inflación para no frenar la demanda. A octubre, la yuca era el producto de la canasta familiar que más había subido: 54 por ciento, frente a un costo de vida del 5 por ciento.
Unilever también compite en la temporada con su marca Maizena, que comercializa premezclas de buñuelo y natilla. Sin embargo, fuera de las capitales aún predomina la tradición de preparar las recetas desde cero. Eli, una abuela bogotana, compra uno a uno los ingredientes para hacer buñuelos tanto para su familia como para vender. Su secreto: bicarbonato y levadura. Asegura que el ingrediente más costoso es el queso costeño, y estima que producir 10 buñuelos medianos cuesta alrededor de 54.000 pesos, sin incluir mano de obra ni gas.
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El comercio también vive su propia avalancha estacional. En el Grupo Éxito, el consumo de buñuelos se multiplica por siete en fin de año. Juan Diego Londoño, director de Soluciones de Comida, proyecta que entre noviembre y diciembre venderán unos 4 millones de unidades, cifra que equivale a todo lo vendido entre enero y octubre. Para esta temporada, el precio del buñuelo aumentó un 8 por ciento, impulsado por el alza del salario mínimo y de materias primas como harinas y queso. “Cuidamos cualquier variación porque el buñuelo es muy sensible al precio”, afirma.
Worldpanel by Numerator señala que las cenas decembrinas requieren casi el triple de tiempo que las habituales y que los platillos más destacados son el lomo, la ensalada de papa y la ensalada tropical, acompañados por natilla y buñuelo. El consumo promedio mensual muestra que los buñuelos se comen 1,4 veces por semana y la natilla 1,3. Medellín lidera el consumo de buñuelos, triplicando el de Bogotá y la costa Atlántica, mientras que la capital supera en 34 por ciento al resto del país en natilla.
Además de los amasijos, el consumo general de alimentos crece significativamente. El Grupo Éxito tendrá en diciembre más de 420 toneladas de uvas, 380 toneladas de pernil y lomo de cerdo, y 10.000 pavos. En Bogotá, Salsamentaria El Bohemio calcula que la demanda de carnes y embutidos aumenta entre 10 y 15 por ciento, con el pavo, el pernil, la costilla y el pecho relleno como productos estrella. El ticket promedio por compras grandes ronda los 400.000 pesos.
Mientras Everth, Eli, las grandes empresas y el comercio se preparan para una temporada intensa, una certeza se sostiene año tras año: en Colombia, la Navidad no sería la misma sin el aroma a natilla y buñuelo recién hechos.
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