El Ministerio de Trabajo ha insistido en que la reducción no implica disminución salarial, ni en cesantías, primas, vacaciones o pensiones.
Redacción WEB
Desde el pasado 15 de julio, las empresas colombianas están obligadas a ajustar la jornada laboral semanal de sus trabajadores a un máximo de 44 horas, en cumplimiento de la Ley 2101 de 2021, que ordena una reducción progresiva de las horas de trabajo sin afectar los salarios ni las prestaciones sociales.
La norma, sancionada en julio de 2021, contempla una transición gradual para facilitar la adaptación tanto de los empleadores como de los trabajadores a un esquema de menor tiempo laboral, pero con las mismas garantías. En otras palabras, aunque las horas disminuyen, los trabajadores no verán reducidos sus ingresos ni sus derechos adquiridos.
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¿Cómo ha sido la reducción?
El cronograma de la ley está claramente definido con fechas límite anuales, todas fijadas para el 15 de julio de cada año. La reducción comenzó en 2023 y culminará en 2026.
- El 15 de julio de 2023, se realizó la primera disminución, pasando de las tradicionales 48 horas semanales a 47 horas.
- El 15 de julio de 2024, se redujo una hora más, quedando en 46 horas semanales.
- El 15 de julio de 2025, se implementó un nuevo ajuste, estableciendo la jornada máxima en 44 horas semanales, que es el límite actual en vigor.
- La meta final será alcanzada el 15 de julio de 2026, cuando la jornada laboral semanal en Colombia se reducirá finalmente a 42 horas, cumpliendo así con el mandato completo de la ley.
Este esquema progresivo ha sido valorado por expertos como una herramienta para mejorar la calidad de vida de los trabajadores, fomentar la productividad e impulsar un mejor balance entre la vida laboral y personal, sin afectar el tejido empresarial.

¿Qué deben tener en cuenta las empresas?
Las empresas tienen hasta el 15 de julio de cada año para cumplir con cada etapa de la reducción. Si bien muchas compañías han optado por anticiparse y adoptar la jornada reducida incluso antes de las fechas establecidas, para otras el cambio ha representado retos en la organización del trabajo y la redistribución de turnos.
El Ministerio de Trabajo ha insistido en que la reducción no implica disminución salarial, ni en cesantías, primas, vacaciones o pensiones, pues la ley garantiza que las condiciones económicas de los trabajadores permanezcan intactas pese a la reducción horaria.
Por ahora, el desafío para las organizaciones es planear el siguiente y último ajuste que se deberá realizar el 15 de julio de 2026, cuando se concrete la jornada de 42 horas semanales. La ley no contempla sanciones para quienes adopten la reducción antes de tiempo, por lo que las empresas pueden implementar de manera anticipada las fases siguientes si así lo deciden.
En resumen, con la reducción vigente a 44 horas, Colombia sigue avanzando hacia un mercado laboral más moderno y alineado con estándares internacionales, mientras trabajadores y empleadores se preparan para cumplir con la meta definitiva el próximo año.









