Sorprendida se encuentra la opinión pública nacional sobre los mensajes inamistosos y ofensivos que ha proferido el presidente Gustavo Petro Urrego y sus áulicos contra el expresidente Alvaro Uribe Vélez, que fue condenado en primera instancia por la jueza 44 del circuito de Bogotá Sandra Heredia por el fraude procesal y soborno en actuación penal, cuyo fallo deberá ser examinado con rigor e independencia por el Tribunal Superior de Bogotá. Lo anterior, ha sido duramente cuestionado por las autoridades de los Estados Unidos, por la parcialidad procesal con que se adelantó el presente juicio. Pero lo grave son los reiterados trinos que ha pronunciado el primer mandatario de los colombianos. Algo absurdo, porque no se utilizan las vías diplomáticas. Igualmente, el discurso que pronunció en la celebración de los 500 años de la fundación de Santa Marta rebozó la copa. Con unos epítetos contra la administración Trump, instó a las cortes de Colombia y a las asociaciones de jueces de los Estados Unidos a rechazar la injerencia del pais del Tío Sam en los asuntos de la administración de justicia colombiana. Algo risible, Pareciera como si estuviera realizando sus acostumbradas retóricas baratas ante las mingas indígenas. Nadie le puso cuidado.
Así no se maneja la diplomacia con los Estados Unidos. Desconoce totalmente la nueva geopolítica mundial que impera desde que se posesionó el primer mandatario de los estadounidenses. Lo anterior ha colocado en una incertidumbre a toda la estructura productiva del país. No ha medido las consecuencias que pueden originarse con sus expresiones inamistosas y ofensivas contra el primer aliado estratégico que han tenido todos los gobiernos anteriores con el expresidente Alvaro Uribe Vélez, que es considerado el mayor aliado para combatir el narcoterrorismo en Colombia. Las duras respuestas del expresidente Uribe contra el presidente Gustavo Petro, lo ha dejado muy mal parado ante la sociedad colombiana, porque le sacó toda los supuestos antecedentes criminales y hábitos por el consumo de sustancias psicoactivas y bebidas alcohólicas, invitándolo a que se someta al libre escrutinio de la justicia y al examen toxicológico de sus adicciones que se han ventilado en la opinión pública. Lo han dejado callado y estupefacto, antes estas reacciones del mejor presidente que ha tenido Colombia, durante el presente siglo en dos cuatrienios. Igualmente ha recibido la más grande solidaridad de la sociedad colombiana.
Es así como otra vez hay que lamentar un nuevo manejo errático de las relaciones internacionales por parte del presidente Petro. Es inaceptable y tiene graves consecuencias para el país que proyecte sobre la relación binacional con Washington las tensiones propias de la política interna. No puede hacer declaraciones graves a través de trinos. Si se presentan situaciones sensibles, estas deben tramitarse a través de canales diplomáticos, con pruebas y rigor, no con trinos belicosos, ni declaraciones estridentes.
