Diario del Huila

Año Nuevo … felices y tristes

Dic 28, 2024

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Por: José Eliseo Baicué Peña

En el año 1600 muchas naciones de Occidente ya habían adoptado el Calendario Gregoriano. Este almanaque, usado hoy día, restauró el Primero de Enero como el día de Año Nuevo, y países como Gran Bretaña, por ejemplo, con sus colonias en América, lo adoptaron en 1772.  

En la India, se celebra el año en diferentes fechas; los musulmanes usan un calendario que tiene 554 días, por consiguiente, año tras año el Año Nuevo musulmán cae en diferentes fechas del calendario gregoriano.

Los romanos de antaño intercambiaban regalos de Año Nuevo entre sí, los cuales consistían en ramas de árboles sagrados. Años más tarde, se regalaban nueces o monedas cubiertas en oro.  Esa ha sido la tradición que se ha mantenido, es como la ocasión ideal para justificar el mejor regalo y para hacer extensivo un pletórico ¡Feliz Año! en medio del regocijo, del fulgor de los castillos y ante la decoración del tradicional muñeco de año viejo, que por su luminosidad y estruendo atrae siempre a mucho público.

Y es que muchos en la antigüedad comenzaban el año durante la época de cosecha. Llevaban a cabo rituales para despojarse del pasado y purificarse para el nuevo año. Por ejemplo, algunos apagaban el fuego que estaban usando y encendían uno nuevo.

Los romanos de antaño intercambiaban regalos de Año Nuevo entre sí, los cuales consistían en ramas de árboles sagrados. Años más tarde, se regalaban nueces o monedas cubiertas en oro. Esa ha sido la tradición que se ha mantenido, es como la ocasión ideal para justificar el mejor regalo y para hacer extensivo un pletórico ¡Feliz Año!  

No obstante, toda esta tradición, y la real situación del mundo, este 31 de diciembre para muchos será toda una celebración, pero, para muchos más será una fecha muy triste. Pues mientras todo este jolgorio sucede, hay 773 millones de personas que la noche del 31 no tendrán qué comer, de los cuales 140 millones son menores de 5 años; 300 millones de niños no cuentan con agua potable; 450 millones no tienen instalaciones sanitarias; 200 millones no tienen servicio de salud; 600 millones no tienen una vivienda digna; y 120 millones entre los 7 y los 8 años no han asistido nunca a una escuela.

Dios quiera que en el próximo año se puedan reducir estas cifras. Por ejemplo, en Colombia la educación preescolar la ha asumido el sector privado, sustituyendo al Estado en esta función. Pero por su puesto, limitando su cobertura: sólo pueden acceder los hijos de quienes puedan pagar esa formación. 

En casi todas las reuniones de la ONU, los dirigentes de todas las naciones se comprometen a trabajar contra la amenaza de la pobreza extrema y el hambre; en la conservación del agua; contra la degradación del medio ambiente; y contra las enfermedades endémicas o infecciosas.

Sin embargo, los resultados a la fecha no son muy alentadores, máxime si se sabe que alcanzar estos objetivos costaría sólo una fracción de lo que nuestro mundo gasta en armas de guerra. Ya son tres años de la guerra entre Rusia y Ucrania, y el planeta entero pareciera que le bastara limitar su acción a una mera contemplación. ¡Qué tristeza!

Ojalá, vengan buenos tiempos. Que el 2025 sea un buen año para todos.

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