Álvaro Uribe Vélez regresó a la plaza pública tras recuperar su libertad y encendió de nuevo la maquinaria política del Centro Democrático con miras a las elecciones presidenciales de 2026, consolidándose como un actor clave en la contienda.
DIARIO DEL HUILA, POLITICA
El expresidente Álvaro Uribe Vélez volvió a la plaza pública y lo hizo con la fuerza que lo ha caracterizado en la política colombiana. Tras recuperar su libertad, luego de que el Tribunal Superior de Bogotá ratificara la decisión que le permitió salir de la medida de casa por cárcel por el proceso en su contra por soborno y fraude procesal, el líder del Centro Democrático demostró que no está dispuesto a ceder espacios de cara a la contienda presidencial de 2026.
Este miércoles 20 de agosto, Uribe reapareció en Sabaneta, Antioquia, su tierra natal. Allí participó en una eucaristía católica y recibió el afecto de decenas de seguidores que lo rodearon para expresarle respaldo, tomarse fotografías y reiterarle su lugar como uno de los referentes más influyentes de la política nacional. La escena recordó los tiempos en los que sus recorridos por las regiones marcaban la agenda pública y encendían debates nacionales.
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Un regreso inmediato a la política
Lejos de tomarse un respiro, Uribe se lanzó de lleno a la actividad política. El jueves 21 de agosto recibió en su finca de Rionegro a Miguel Uribe Londoño, acompañado de su esposa Delia Jaramillo Hoyos. El encuentro fue simbólico: el exalcalde de Bogotá confirmó allí que asumirá las banderas de su primo, Miguel Uribe Turbay, quien murió el pasado 11 de agosto víctima de la violencia. La decisión fue sometida a votación entre las directivas del Centro Democrático, consolidando así el abanico de cinco precandidatos presidenciales del partido.
Con este gesto, Uribe mostró que no piensa relegarse a un segundo plano. Aunque enfrenta un proceso judicial cuyo desenlace definitivo se conocerá en octubre de 2025, el exmandatario activó la maquinaria de su partido para que el uribismo llegue con fuerza a 2026.
La memoria de Miguel Uribe Turbay
El sábado 23 de agosto, el expresidente visitó la tumba de Miguel Uribe Turbay en el Cementerio Central de Bogotá. Allí oró en silencio, se arrodilló y fue captado por las cámaras en un acto íntimo que pronto se volvió público. Luego, se desplazó al parque El Golfito, el lugar donde fue baleado el joven político, y revivió la euforia que aún despierta en sectores de la ciudadanía.
“Uribe, amigo, el pueblo está contigo”, coreaban los asistentes. El expresidente, conmovido por la memoria de Uribe Turbay, agradeció el gesto y saludó a la multitud. La escena, ocurrida en Bogotá —ciudad donde tradicionalmente ha tenido una baja votación—, abrió la posibilidad de que el uribismo busque revertir esa tendencia en el nuevo ciclo electoral.

La estrategia hacia 2026
La dirigencia del Centro Democrático coincide en que las plazas públicas y el contacto directo con la gente son el combustible político de Uribe. En esa estrategia se enmarca su participación este domingo 23 de agosto en un evento del Nuevo Liberalismo, liderado por el precandidato Juan Manuel Galán, donde se abordará la crisis del sistema de salud.
El espacio no será menor. Además de los precandidatos uribistas, participarán figuras de distintos partidos políticos, lo que podría convertirse en un primer ensayo de una eventual coalición opositora al petrismo. El recuerdo de la reunión del 13 de julio, donde confluyeron nombres como Mauricio Cárdenas, Simón Gaviria, Rodrigo Lara Restrepo, Marta Lucía Ramírez, Juan Carlos Pinzón, Jaime Pumarejo, Juan Guillermo Zuluaga, Diego Molano, Francisco Barbosa y Vicky Dávila, demuestra que las conversaciones interpartidistas están en marcha.
El objetivo: consolidar una gran alianza de centro y derecha para enfrentar al oficialismo en 2026.
Un líder en movimiento
El futuro político de Uribe no depende únicamente de su capacidad de convocatoria. El fallo de segunda instancia que emitirá el Tribunal Superior de Bogotá en octubre de 2025 marcará un punto de inflexión en su proyección pública. Sin embargo, aun con esa incertidumbre, el expresidente ya delineó su estrategia: no quedarse quieto y recorrer el país junto a sus precandidatos, buscando reactivar al electorado uribista.
Desde la próxima semana, se prevé que inicie nuevas giras regionales, con el propósito de que los colombianos conozcan de cerca a los aspirantes del Centro Democrático. En estas visitas, el expresidente insistirá en la necesidad de construir un bloque amplio que devuelva el poder a las fuerzas políticas de oposición al gobierno actual.
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Uribe, clave en la contienda
Más allá de los procesos judiciales y de los cuestionamientos que han acompañado su figura, la reaparición de Álvaro Uribe en las plazas públicas confirma su peso en la política colombiana. Su presencia genera adhesiones masivas, pero también críticas férreas, un contraste que mantiene polarizado al país.
De cara al 2026, Uribe parece dispuesto a ser nuevamente protagonista. No será candidato, pero su influencia en la definición del aspirante único del uribismo, y en la posible conformación de una coalición más amplia, lo convierten en una pieza clave para lo que podría ser la contienda electoral más reñida de los últimos años.
El expresidente vuelve a caminar las calles, a recibir el calor popular y a proyectar su voz en temas como la seguridad, la violencia y la crisis de la salud. Con ello, busca recuperar terreno y demostrar que, pese a los tropiezos judiciales, el uribismo aún tiene gasolina para disputar el poder en 2026.
Destacado:
El expresidente no será candidato, pero su liderazgo en la definición del aspirante único del uribismo y en la posible conformación de una gran coalición lo posicionan como una de las figuras más influyentes en la política colombiana de cara al 2026.









