La posibilidad de un alza por decreto y los efectos de la reforma laboral generan preocupación en el sector comercio, que enfrenta menores ventas y mayores costos en la recta final de 2025.
DIARIO DEL HUILA, ECOINOMÍA
La discusión sobre el salario mínimo para 2026 ya enciende las alarmas en el comercio colombiano. Almacenes, supermercados y pequeños negocios se encuentran en medio de un panorama incierto marcado por la desaceleración en las ventas, la inflación de alimentos y la entrada en vigor de la reforma laboral. De acuerdo con la Federación Nacional de Comerciantes Empresarios (Fenalco), un eventual aumento desmesurado del salario mínimo, decretado sin concertación, sumado a cambios tributarios y regulatorios, podría afectar la sostenibilidad de miles de empresas y limitar la generación de empleo formal.
Entre la inflación y la incertidumbre
El presidente de Fenalco, Jaime Cabal, advirtió que los establecimientos más golpeados son los de alimentos y grandes superficies, donde la inflación sigue impactando el poder adquisitivo de los hogares. Según cifras del Dane, en agosto los precios de los alimentos subieron 0,45%, más del doble de lo previsto por los analistas.
Aunque las ventas de agosto se mantuvieron estables, el gremio señaló una pérdida de dinamismo frente a julio. Solo el 33% de los empresarios reportó crecimiento en sus ventas, mientras que el 67% indicó que estas se mantuvieron iguales o incluso bajaron. Para Fenalco, la tendencia apunta a un estancamiento del consumo en un contexto de menor confianza de los hogares.
Pesimismo empresarial
Los resultados de la Bitácora Económica de Fenalco muestran que apenas el 37% de los empresarios espera una mejoría en el corto plazo, mientras que la mayoría proyecta estancamiento o retroceso. Las principales causas de este pesimismo son la incertidumbre tributaria, el impacto de la reforma laboral y los anuncios del Gobierno sobre el aumento del salario mínimo por decreto.
La reforma laboral, que entró en vigor el 25 de junio de 2025, ya muestra efectos. El comercio minorista, que había registrado un crecimiento sostenido en empleo durante 2022 y 2023, empezó a reflejar caídas desde inicios de 2024. En agosto y diciembre del año pasado, el personal ocupado se redujo en -1,7%, mientras que en enero y mayo de 2025 las caídas fueron de -1,4% y -1,1% respectivamente.
Según la encuesta aplicada a 1.228 empresarios, el 71% considera que la reforma elevó los costos laborales de manera alta o muy alta. Además, un 35% anticipa una disminución en su nivel de empleo en lo que resta del segundo semestre.
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Puntos sensibles de la reforma
Uno de los aspectos más discutidos es el incremento del recargo nocturno y dominical, que podrá alcanzar hasta el 100%. Para el 46% de los empresarios esta medida tendrá un impacto financiero grave, mientras que solo un 8% la interpreta como un beneficio para los trabajadores.
La obligatoriedad de priorizar contratos a término indefinido también genera inquietud: el 44% de los empresarios cree que limita la flexibilidad operativa. A esto se suma un aumento de la informalidad, ya que el 53% de los encuestados percibe que la reforma la incrementó de manera significativa.
La competitividad frente a los negocios informales se ve comprometida: el 56% de los empresarios afirma que ahora les resulta más difícil competir en precios. Como consecuencia, el 41% redujo sus operaciones nocturnas y un 28% planea hacerlo.
Estrategias de adaptación
Para enfrentar este escenario, las empresas han recurrido a distintas estrategias: el 24% ajustó horarios, el 19% redujo turnos nocturnos, el 18% congeló o disminuyó su planta de personal y el 14% aumentó la inversión en automatización. Aunque estas medidas buscan contener los costos, también evidencian una presión que podría traducirse en menos oportunidades de empleo formal.
De cara al cierre de 2025 y el inicio de 2026, el pesimismo es dominante. El 48% de los empresarios cree que la reforma laboral empeora considerablemente el entorno para el desarrollo empresarial, y un 59% considera que un aumento del salario mínimo por encima de la inflación comprometería la sostenibilidad de sus compañías.

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