Por: Johan Steed Ortiz F
El próximo 24 de abril, los estamentos de la Universidad Surcolombiana, elegirán al nuevo rector del Alma Máter. Los estudiantes, docentes y graduados, escogerán entre Pedro Reyes (1 en el tarjetón), Abelardo Poveda (2 en el tarjetón), y Rubén Darío Valbuena (3 en el tarjetón), y también estará disponible la opción del Voto en Blanco. Un voto en blanco que ha sido promocionado, como una alternativa para quienes están inconformes con el sistema de elección que tiene la universidad, pero que desafortunadamente está representado, por aquellos que no resultaron elegidos en la terna, es decir, un voto que representa a los malos perdedores.
Y es que si nos ponemos a analizar, el 2 de diciembre del año pasado, el Consejo Superior de la Universidad Surcolombiana, mediante el Acuerdo 062 de 2024, dio inicio a la convocatoria pública del proceso para designar rector de esta casa de estudios, para el periodo 2025-2029. El 13 de enero se abrió el periodo de inscripciones, y se habilitó hasta el 17 de ese mismo mes, presentándose un total de 11 docentes, a este proceso de designación. Las reglas del juego estaban claras, y todos los 11 candidatos inscritos, sabían a lo que se sometían. De ellos se escogió una terna, para que los estudiantes (votos equivalentes al 45% del ponderado), los docentes (otro 45% del ponderado) y graduados (10% restante), sean quienes elijan al nuevo rector de la institución.
Un día después de escogida la terna, tres de los 8 docentes que quedaron fuera del proceso, salieron a hablar mal del mismo, de los integrantes del Consejo Superior y a impulsar el voto en blanco, como un voto de rechazo, bajo el argumento que el mismo está permeado por la politiquería. ¿Será que si los tres hubieran sido los escogidos, estarían hoy hablando de lo mismo, pidiendo cambiar la terna y convocando a una constituyente universitaria?
Creo que politiquería es hacer política para solucionar los intereses personales y no los colectivos y creo que en este caso, es justamente lo que sucede. Un grupo de docentes dolidos porque no quedaron en la terna, que buscan que el voto en blanco gane para solicitar que se vuelva a elegir otra terna, a ver si en este nuevo proceso ellos quedan. ¿Convenientes, no?
Lo cierto es que tanto ellos como uno de los candidatos de la terna, han salido a denigrar de los políticos, como si tuviéramos la culpa de lo que pasa en la universidad.
Por eso es bueno aclarar que primero, el Consejo Superior que es el máximo órgano decisorio de la institución, tiene 9 asientos de los cuales 5 corresponden a los estamentos de la universidad. Es decir, que los estudiantes, docentes, egresados, decanos y ex rectores, conforman las mayorías y tienen el poder decisorio en este órgano. Desafortunadamente nunca han trabajado de la mano y por esa razón no logran tomar decisiones que estén en sintonía con los intereses de las mayorías. Aún así, son los estudiantes, docentes, graduados, decanos y ex rectores, los que eligen a estos representantes. Allí ni votamos los políticos, ni los elegimos a ellos. De hecho, la clase política solo tiene 3 asientos: dos representando al Gobierno Nacional a través del represente del Ministerio de Educación y otro del Presidente, y otro que representa al Gobernador. Y tiene curul también el sector productivo que es aliado fundamental de la universidad.
Así que si se echar culpas se trata, en la USCO deben empezar a mirar hacia adentro y no hacia afuera.
En cambio la relación de los últimos rectores con la clase política sí han generado beneficios y es bueno recordarlo de cara al debate. Por ejemplo, a muchos se les olvida que gracias a la relación con los congresistas de la época, la USCO cuenta hoy con recursos de estampilla pro USCo, tanto a nivel nacional, como departamental y municipal; y allí fue clave la gestión ante concejales, diputados, alcsldes y gobernador de la época para asegurarlos. Así las cosas, desde el 2016 con la Ley 1814, la ordenanza departamental 005 de 2017 y el apoyo de los municipios de Neiva, Pitalito, Garzon, y La Plata, la USCO recibe anualmente cerca de 12.000 millones de pesos que contribuyen a mejorar la infraestructura y la investigación en la institución de educación superior.
Esa misma relación con la clase política, también le ha permitido a la USCO gestionar proyectos ante municipios, ante el Departamento y el Gobierno Nacional para financiar obras, para dotar laboratorios y en general para combatir contra el desfinanciamiento que dejó la Ley 30 de 1992.
Así que candidatos, dejen el discurso populista de repudiar a los políticos, y las bien centren el debate en propuestas. La semana pasada hubo un foro en las Ágoras y vi dos horas de abucheos, señalamientos y ataques entre unos y otros, y muy pocas propuestas.
Incluso han salido a criticar a la Rectora Nidia Guzmán, mostrándose como críticos a ella, cuando uno de ellos la ayudó a elegir y luego la necesitó para ser parte del Consejo Superior.
Una doble moral que le hace daño al debate, pero sobre todo, que no aporta nada a lo más importante que es pensar el futuro de la universidad.
Así que estudiantes, docentes y graduados (me incluyo), en nuestras manos está la responsabilidad de votar bien, de elegir a conciencia, de conocer las propuestas, de tomar una decisión pensando el futuro de la universidad. Y para ello debemos elegir con total seguridad.
A mi personalmente no me da buena espina un candidatos que digan una cosa en público y hagan otra en privado. Aquellos que denigran de políticos y ya han hecho acuerdos burocráticos con diputados, concejales y demás. No paso la doble moral y no confío en quienes incluso hoy prometen lo mismo que hace diez años cuando ya tuvieron la oportunidad de ser rectores.
Los invito a votar a conciencia.








