El testimonio de Claudia Galdamez, una joven guatemalteca que estuvo en coma durante más de dos meses tras un grave accidente de tránsito, ha generado impacto en redes sociales, donde sus videos se han viralizado por los detalles que ofrece sobre lo que vivió en ese estado.
Galdamez permaneció intubada y con los ojos cerrados, pero asegura que nunca dejó de percibir lo que ocurría a su alrededor. Describe su experiencia como si hubiera estado “en un limbo”, un lugar en el que podía observar la habitación del hospital, aunque sin distinguir rostros. Según cuenta, lo que veía eran “las almas” de quienes la acompañaban.
Uno de los aspectos más llamativos de su relato es la claridad con la que recuerda palabras pronunciadas por sus familiares mientras ella estaba inconsciente. Afirma que escuchaba todo, incluso cuando no comprendía su situación. Al despertar, su pensamiento aún estaba desordenado y no lograba entender que había sufrido un accidente, pero algunas frases quedaron grabadas en su memoria.
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Las palabras de su padre fueron de las que más marcaron su experiencia. Le hablaba a diario para transmitirle tranquilidad, repitiéndole que él y otros familiares permanecían cerca del hospital. Ese recuerdo fue tan vívido que, al despertar, una de sus primeras preguntas fue sobre el lugar donde estaban durmiendo sus padres, pese a que nunca había estado consciente durante esas conversaciones.
También señaló que recuperó la calma al saber que las personas que la acompañaban en el vehículo estaban fuera de peligro, algo que —según le contaron después— su hermana le repetía mientras estaba en coma para evitarle angustias. Galdamez dice que despertó “sabiendo” lo que había ocurrido, aunque reconoce que no conserva todos los detalles.
Algunos momentos críticos no lograron quedar en su memoria. Su padre le reveló que, en medio de la desesperación, un día llegó a despedirse de ella. Sobre ese instante, admite que no recuerda nada.
Su historia, vista por cientos de miles de personas, se ha convertido en un mensaje de consuelo para quienes acompañan a familiares en estado de coma. Galdamez afirma que, aunque una persona en ese estado no pueda responder ni comprender completamente lo que ocurre, sí puede escuchar. Su experiencia, dice, demuestra que esas palabras pueden llegar “directo al corazón”.
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