Diario del Huila

Proyectemos las obras

Nov 22, 2025

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Amadeo González Triviño

En esas conversaciones con amigos que han tenido la fortuna de recorrer otras ciudades e incluso viajar al exterior y visitar pequeñas y grandes urbes europeas o de América Latina, es muy fácil entender el provincialismo de nuestra región, el atraso y la forma como se maneja de la manera más irregular y por qué no, irresponsable, todo este tema del urbanismo, de la adecuación de las vías, de las obras que se construyen entre la mediocridad y el afán de querer mostrar resultados de una gestión, que terminan siendo un gran mal, para las comunidades de esta región olvidada, y para el enriquecimiento de unos pocos, cosa curiosa en este mundo de la corrupción estatal gracias a la contratación pública, entre otros.

No podemos dejar de mencionar aquellas obras que se construyeron y tienen hoy en día, cuando se presentan lluvias y fuertes precipitaciones, afectaciones a residencias, locales comerciales y vías públicas, que terminan siendo infectadas por el rebosamiento de las alcantarillas, donde las aguas negras terminan devolviendo sobre sus viviendas o locales, los excrementos que más tarde pueden causar epidemias y grandes infecciones entre las comunidades, y todo como secuela de la improvisación y de la falta de planeación o quizá de la forma amañada como se han hecho las inversiones públicas y se siguen haciendo, generando un silencioso reproche contra los mandatarios locales, de antes y de ahora.

Es evidente que muchos ciudadanos se preocupen por refrendar una teoría peligrosa y malsana, cimentada sobre el hecho de hacer alarde de que los mandatarios “deben hacer obras, así roben”, lo cual es mejor a decir, que solamente llegaron a “robar y robar y no dejaron nada”, ni siquiera los cimientos de una mala obra pública y termine siendo elefantes blancos, como se denomina esa serie de obras públicas inconclusas y de nunca acabar.

Todo, consecuencia de la forma amañada, reiteramos y lo repetimos a diario, de cómo los entes de control, que todos conocemos y terminan en las famosas “ias”, son incapaces, incompetentes, inescrupulosos y cómplices, cuando manipulan los resultados de investigaciones y se casan fácilmente con la corrupción, con el delito, con la impunidad y ya no hay en quien confiar.

Todo esto lo traemos a colación por las obras que se han hecho en Garzón y que se proyectan, con la esperanza de que algún día, haya funcionarios de urbanismo que exijan entre otras cosas, andenes amplios para la circulación de peatones y no para el uso de negocios que sacan su mercancía a la vía pública, incluso, con la aquiescencia de los encargados de la defensa del espacio público; que las obras se hagan o se ejerza la autoridad para demoler aquellas que rompen con las autorizaciones concedidas, cuando de edificaciones de dos o tres pisos se dan y de la noche a la mañana se siguen construyendo con pisos adicionales, generando esperanzas de desastres, como si esta fuera la constante de la Administración. Todo esto hace mucho tiempo no se ve en esta provincia y no hay autoridad que haga respetar la ley de urbanismo y el espacio público y que se genere confianza en la Administración Pública, simple y sencillamente por hacer cumplir la ley y tener autoridad para no permitir la complacencia del abuso del poder y de la protección de quienes otrora le dieron una miga para la campaña electoral.

Alguien pregonaba la construcción de una ciclovía en Garzón, pero ¿dónde?,  y cual es la finalidad, y cuál es el costo y los sobrecostos que ello representa, cuando no se respetan ni los semáforos y los controles de tránsito no son efectivos mas que para generar comparendos y recaudos al municipio que no se ven y no existe control y educación ciudadana que revierta la funcionalidad y el respeto del otro, como lo advierten los mismos guardas de tránsito que ejercen dichas funciones y no se aminora la accidentalidad que se quiere ocultar a los ojos de las estadísticas ciertas de lo que sucede en nuestro medio.

Y del parque principal, o de la Avenida del Pacífico, quién hace los controles y la auditoria y dónde está la veeduría ciudadana para exigir o demandar una verdadera ejecución dentro de los plazos y a los costos contratados, y siempre se está a la espera de adiciones y más inversión, con obras a media marcha y generando confusión y caos ciudadano. Es hora de que nos preguntemos, cuál ha de ser el futuro de una administración que sigue repitiendo los mismos errores de otras y en la improvisación y el carnaval, la francachela, se engolosina con dejar hacer y dejar pasar, y nadie dice nada.

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