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La escuela que hizo volar las palabras: así nació Letras en Movimiento

Nov 19, 2025

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En las montañas de Isnos, donde la escuela respira el mismo aire fresco que los cafetales, un grupo de niños descubrió que las palabras no solo se leen: también se mueven, se crean, se comparten y transforman vidas. Así nació Letras en movimiento, un proyecto que convierte la lectura, la escritura y la creatividad en puentes para soñar, imaginar y cambiar el mundo que los rodea.

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En lo alto de las montañas de Isnos, donde la bruma se posa sobre los cafetales y la escuela es un refugio para los sueños de cientos de niños, un proyecto ha comenzado a mover letras, ideas y emociones. Se llama Letras en movimiento, y más que una estrategia pedagógica, es una invitación a descubrir que la comunicación está viva, que la palabra tiene fuerza y que aprender puede ser un acto creativo capaz de transformar realidades, familias y comunidades enteras.

La iniciativa nace en la Institución Educativa Bordones bajo la dirección de la docente María Daniela Delgado Martínez, quien ha dedicado los últimos años a demostrar que la lengua no debe enseñarse de manera rígida ni quedarse encerrada entre los muros del aula. Muy por el contrario, debe caminar, expandirse, respirar y convertirse en una herramienta para comprender el mundo. Y eso, precisamente, es lo que ha logrado este proyecto que hoy se posiciona como una de las experiencias pedagógicas más significativas del municipio de Isnos.

Letras que se mueven, letras que transforman

“Letras en movimiento busca fortalecer las competencias comunicativas a través de letras que no se quedan quietas. Son letras que salen del aula, que se van a casa, que circulan por la comunidad”, explica María Daniela, con la convicción de quien ha visto cómo una idea se convierte en una práctica viva.

Su punto de partida es claro: la comunicación es dinámica. No ocurre solo en los libros ni dentro del salón. Está en las conversaciones familiares, en las historias que se cuentan en el barrio, en los silencios, en las miradas, en los juegos, en los relatos que cada niño crea para darle sentido a su realidad. Y si la comunicación es movimiento, la enseñanza también debe serlo.

Por eso, Letras en movimiento no es una metodología tradicional. Se fundamenta en un enfoque constructivista, donde el estudiante es un sujeto activo que construye su propio conocimiento. A través de proyectos vinculados a problemáticas reales, los niños no solo aprenden contenidos, sino que encuentran sentido a lo que estudian.

Aprendizaje basado en proyectos: cuando la teoría encuentra su propósito

En la práctica, este proyecto aplica el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), una metodología que conecta el currículo con experiencias concretas y significativas. Aquí, los estudiantes identifican una problemática cercana —ambiental, cultural, social o comunicativa— y trabajan en soluciones creativas que se convierten en productos finales.

Estos productos son tan variados como inspiradores:

  • Libros artesanales hechos con cartón y material reciclado, llamados bookbox, que combinan literatura y conciencia ambiental.
  • Maquetas literarias, donde los niños representan escenas de sus lecturas favoritas y trabajan en equipo para construir mundos imaginados.
  • Teatro en cartón, una propuesta que mezcla expresión corporal, comunicación oral y sostenibilidad al reutilizar materiales.
  • Juegos didácticos, como Palabras en acción, que enseñan categorías gramaticales de forma divertida.
  • Blogs y páginas web creadas por los mismos estudiantes, donde publican reflexiones, trabajos y contenidos educativos.

Cada actividad nace de la pregunta: “¿Cómo hacer que las letras se muevan, que salgan, que hablen, que enseñen?”. Y las respuestas no se quedan cortas.

“¿Por qué aprender lengua de forma estática si podemos hacerlo de una forma divertida y creativa?”, dice la docente. Esa pregunta resume todo el espíritu del proyecto.

Un aprendizaje que conecta escuela, hogar y comunidad

Uno de los aspectos más valiosos es que Letras en movimiento no se queda en el aula. Los padres y cuidadores participan de forma activa: actúan, filman, acompañan, comentan, observan. La casa se convierte en una extensión del aula, y la comunicación fluye en doble vía.

“Es hermoso ver a los padres actuando, siendo camarógrafos, disfrutando el proceso con sus hijos”, relata María Daniela.

Esta participación fortalece la identidad familiar, potencia la autoestima de los estudiantes y demuestra que la educación es un proyecto colectivo. Las letras, literalmente, se mueven del cuaderno a la sala de la casa, del libro al teléfono, de la escuela a la calle.

Integración educativa: cuando todas las áreas hablan el mismo idioma

El impacto de esta experiencia ha sido tan significativo que otras asignaturas han adoptado elementos del proyecto. Ciencias sociales, ciencias naturales, incluso áreas tecnológicas y artísticas se han sumado a esta forma de enseñar desde el movimiento y la creación.

Hoy, los estudiantes elaboran experimentos, exposiciones, obras teatrales, ferias científicas y contenidos multimedia donde la comunicación es la protagonista. Así, lengua castellana deja de ser una materia aislada y empieza a ser un puente transversal que conecta todas las disciplinas escolares.

Incluso, el proyecto ha dado origen a nuevas iniciativas, como “Voces de la Educación”, un proyecto tipo STEAM donde los mismos estudiantes decidieron crear una página web para mejorar su vocabulario y generar contenidos educativos para otros jóvenes. Esta propuesta será presentada en el programa Ondas, un espacio que promueve la educación científica en Colombia.

Creatividad, sostenibilidad y ciencia: un proyecto con visión de futuro

Un elemento diferenciador es su enfoque ambiental. Muchos productos se desarrollan con materiales reciclados, especialmente cartón, lo que les permite tomar conciencia sobre el cuidado del planeta y aportar al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Así, aprender lengua se convierte también en aprender a cuidar el entorno, a ser ciudadanos responsables y a usar la creatividad como solución a problemas diarios.

El proyecto también ha tenido presencia en ferias de ciencia, donde los estudiantes muestran cómo, a través de la comunicación, pueden explicar, modelar y socializar procesos científicos de manera clara y creativa. El teatro, la literatura y la tecnología se unen para formar estudiantes integrales, capaces de expresarse y comprender el mundo que los rodea.

Un impacto que trasciende el aula

Los resultados hablan por sí solos:

  • Los estudiantes participan con alegría y confianza.
  • Las competencias comunicativas han mejorado notablemente.
  • Hay un incremento visible en la creatividad y la expresión oral.
  • Los padres se sienten vinculados y orgullosos del trabajo de sus hijos.
  • La institución reconoce el proyecto como un hito pedagógico.
  • Y, sobre todo, los niños descubren que aprender tiene sentido.

Letras en movimiento ha logrado algo fundamental: que los estudiantes se sientan protagonistas de su aprendizaje. Que sepan que su voz tiene valor. Que la palabra puede transformar su entorno. Que crear, escribir y comunicar les permite soñar en grande.

Letras que caminan… y seguirán caminando

La docente María Daniela lo resume con una frase que emociona:
“Son letras que se mueven en el mundo y están ayudando a transformar vidas en la institución educativa Bordones”.

Y esa es, quizás, la mayor riqueza del proyecto: que no se conforma con enseñar. Busca inspirar, movilizar y dejar huella.

En Bordones, las letras se mueven, sí, pero también mueven corazones, ideas, sueños y transformaciones. Son letras vivas, libres, alegres y profundas. Son letras que han empezado a recorrer caminos que antes parecían inalcanzables.

Y ojalá —como dice la docente— esta experiencia sea un ejemplo para muchas otras instituciones, porque cuando la palabra se mueve, todo puede cambiar.

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