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Entre cuentos bajo el sol: el picnic literario que transforma la lectura en Oporapa

Nov 19, 2025

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En lo más alto de Oporapa, donde el sol acaricia los cafetales y la escuela es el refugio de muchos sueños, un grupo de docentes decidió que la lectura debía sentirse, vivirse y compartirse. Así nació un picnic literario que no solo llevó libros al campo abierto, sino que también despertó sonrisas, fortaleció familias y encendió en los niños la magia de descubrir el mundo a través de las palabras.

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En lo alto de las montañas cafeteras de Oporapa, donde los caminos rurales parecen perderse entre cafetales y el silencio de la tierra, un grupo de docentes decidió romper la rutina escolar y abrirle un espacio a la lectura, la imaginación y la palabra. Así nació el Picnic Literario “Entre Cuentos Bajo el Sol”, una experiencia que hoy llena de orgullo a la Institución Educativa El Carmen y que ha logrado despertar el amor por la lectura en niños y familias que, hasta hace poco, veían el proceso educativo como algo distante.

Una idea que nace de una necesidad rea

La docente Nini Joana Vargas Molina recuerda que la iniciativa surgió al identificar dificultades marcadas en lectura, comprensión y expresión oral entre los estudiantes. En este territorio campesino, donde el trabajo en el campo absorbe buena parte del tiempo de las familias, los niños crecían con una relación distante frente a los libros.

“Queríamos que nuestros estudiantes salieran de la rutina y se reencontraran con la lectura de una forma bonita, motivadora y cercana”, cuenta la docente. Muchos jóvenes tenían pocas oportunidades de leer fuera del aula, y la comprensión lectora se convertía en un reto que no lograban superar con métodos tradicionales.

Fue entonces cuando los docentes pensaron en algo distinto: llevar el aprendizaje al aire libre, al corazón del paisaje cafetero que rodea la institución.

Leer bajo el cielo abierto: un aula sin paredes

El profesor Argenis Peña Trujillo explica que el picnic literario consiste en trasladar la experiencia lectora a un espacio natural, donde los estudiantes se sienten libres para observar el entorno, compartir ideas y disfrutar de la palabra sin presión.

Sobre mantas de colores extendidas en el pasto, los niños leen, conversan y construyen historias. Pero uno de los elementos más valiosos del proyecto es la participación de las familias, que acompañan a sus hijos en cada jornada.

“Los padres se sientan con ellos, leen, escuchan, comentan… Eso ha cambiado todo. El vínculo familia–escuela se fortaleció muchísimo”, señala Argenis.

La lectura dejó de ser una tarea individual para convertirse en un momento de encuentro afectivo, donde todos aportan y todos sueñan.

Creatividad, juego y emoción: la metodología que conquistó a los niños

La magíster Sandra Patricia Artunduaga Benavides, docente de la institución, resalta que la metodología está basada en un enfoque constructivista que permite que cada niño participe activamente en su proceso. Las estrategias, seleccionadas cuidadosamente, buscan romper la idea de que leer es únicamente descifrar palabras.

Algunas de las actividades más destacadas son:

Lecturas en voz alta

Ideal para mejorar la comprensión, desarrollar la imaginación y fortalecer la expresión oral.

Dictado mudo

Una estrategia innovadora y divertida: el docente no habla, solo muestra imágenes. Los estudiantes escriben lo que interpretan, fortaleciendo creatividad y producción de texto.

Producción de textos

A partir de cada encuentro, los niños escriben pequeñas historias inspiradas en su familia, su entorno o sus propias experiencias.

La mochila invisible

Un ejercicio simbólico donde los estudiantes “guardan” recuerdos, ideas o sensaciones que luego usan como base para sus creaciones literarias.

Cuentos en familia

El resultado más destacado fue el libro “Los héroes de la familia”, elaborado por estudiantes de grado tercero. Cada niño eligió un héroe familiar —la mamá, la abuela, un tío, una mascota— y escribió un cuento lleno de ternura y creatividad.

Este trabajo fortaleció no solo la lectoescritura, sino también el reconocimiento de las historias familiares y la autoestima de los estudiantes.

Resultados que dejan huella en la comunidad

La implementación del picnic literario ha permitido avances significativos:

  • Los estudiantes muestran mayor interés por leer y escribir.
  • La comprensión lectora ha mejorado notablemente.
  • Las familias ahora participan activamente en el proceso educativo.
  • Se fortalecieron los vínculos afectivos entre padres e hijos.
  • Los docentes perciben un ambiente más motivado y colaborativo.
  • La institución reconoce el proyecto como una experiencia significativa y ejemplar.

Además, el acompañamiento del Centro de Interés LEO aportó herramientas para fortalecer tres competencias fundamentales: oralidad, lectura y escritura.

Los docentes también agradecen el respaldo constante de los directivos y el compromiso de los padres, quienes han entendido que la lectura es una puerta a nuevas oportunidades para sus hijos.

El impacto de creer en la palabra

El picnic literario es hoy un símbolo de transformación en Oporapa. Con cada jornada, los estudiantes regresan a casa con historias, ideas, dibujos y aprendizajes que se quedan para siempre.

Pero más allá de los resultados académicos, esta experiencia deja una enseñanza profunda: leer también es un acto de unión, de cariño y de libertad. En El Carmen, leer dejó de ser una obligación y se convirtió en una fiesta al aire libre donde todos tienen algo que contar.

Los docentes coinciden en una misma idea: esta experiencia apenas comienza. Y mientras haya un rayo de sol, un cuento por leer y un niño con ganas de soñar, el picnic literario seguirá latiendo con fuerza en las montañas de Oporapa.

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