Las ferias como Huila Fest, se convierten en una vitrina fundamental para los emprendimientos en el Huila, sin embargo, los emprendedores de los diferentes municipios del departamento, solicitan mayor inversión en capital semilla, formación y comercialización.
Por: Niyireth Cruz García
En el Huila, cada emprendimiento tiene su propia historia, muchas de las ideas de negocios son de tradición e identidad cultural. Detrás de cada dulce, prenda o artesanía, hay un sueño que se teje entre la tradición, la innovación y la esperanza por sacar familias enteras adelante. Hay jóvenes que transforman las recetas de sus abuelas en empresas, mujeres que cosen futuro con sus manos, y familias que mantienen vivas las raíces de una herencia que se resiste a desaparecer.
Pero estos sueños no nacen solos. En cada emprendimiento hay muchos intentos, hay también una red de apoyo; en las que las instituciones juegan un papel fundamental, para que los emprendedores locales puedan convertir sus iniciativas en proyectos económicos que no solo mejoran las condiciones de vida de las familias, sino que también aportan a la economía del departamento del Huila.
Para el año 2025 la Cámara de Comercio del Huila, registró 1.981 micro empresas matriculadas, y 620 micro empresas canceladas. Si bien los emprendedores manifiestan que están en ese proceso de legalización de sus emprendimientos, consideran que no tienen las herramientas suficientes, motivos por los que muchas veces los emprendimientos suelen desaparecer.
Durante el desarrollo de Huila Fest 2025, un evento organizado por la Gobernación del Huila, a través de la Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo, desarrollado del 6 al 9 de noviembre en el Centro de Convenciones José Eustasio Rivera y el Recinto Ferial La Vorágine, entrevistamos a diferentes emprendedores con quiénes hablamos sobre los retos y desafíos que deben asumir quienes deciden crear sus propios negocios.
Dulce herencia: Rosalbita, un sabor de tradición
En Pitalito, un joven de 26 años ha decidido convertir un gesto de amor familiar en una empresa con proyección internacional. Se llama John Jairo Rubio, y su marca —Rosalbita— lleva el nombre de su abuela, una mujer que por años regalaba su tradicional dulce Nochebuena a familiares y amigos.
“Ella lo hacía por cariño, nunca lo vendía”, recuerda Eugenio. “Hasta que un día le propuse hacerlo de forma profesional. Le dije: ‘Te ayudo, pero hagámoslo bien’. Así empezó todo”.
Tres años después, Rosalbita es un emprendimiento reconocido en el sur del Huila, presente en ferias nacionales y con miras a exportar su producto. Su objetivo: rescatar sabores tradicionales y llevarlos a nuevas generaciones. “El reto más grande ha sido posicionar un producto tan tradicional entre los jóvenes. Hoy nuestros principales consumidores son mujeres entre 35 y 55 años, pero queremos que los jóvenes también sientan orgullo por lo nuestro”.
Rubio sabe lo que significa empezar desde cero. “A los 22 años tuve una quiebra económica. Esta empresa me ha devuelto el sentido y la esperanza. No ha sido fácil, pero he aprendido que emprender es resistir”.
Sin apoyos institucionales, Rosalbita ha crecido con reinversión propia. “Apoyos económicos, cero. Lo que hemos logrado ha sido con las utilidades del negocio”, dice con franqueza. Sin embargo, valora espacios como Huila Fest: “Estos eventos nos permiten visibilizarnos, generar conexiones, hablar con el INVIMA, con gerentes, con el SENA. Nos vamos llenos de ideas y contactos”.
Hilos de vida: Andrea, una madre que cose su propio futuro
Cuando Andrea Orueña, quedó embarazada a los 19 años, su suegra le hizo una pregunta que le cambió la vida: “¿Por qué no busca un arte que le permita cuidar de su bebé?”. Así empezó su historia en la costura.
“Desde pequeña me gustaba coser. Ahora confecciono bodys, blusas, crop tops y vestidos. Sueño con tener mi propio local y surtirlo con mis propios recursos”, cuenta.
Pero como muchos emprendedores del Huila, su camino ha sido cuesta arriba. “Uno de los mayores desafíos ha sido encontrar el enfoque. Saber qué quiero hacer y cómo posicionarlo. Además, los impuestos y la competencia son duros. Por eso muchos negocios siguen en la informalidad”.
Andrea estudia Gestión Administrativa en el SENA, convencida de que el conocimiento es la mejor inversión para su proyecto. “Apenas llevo siete meses, pero me ha ayudado a organizarme. Estoy legalizando mi marca y diseñando mi logo. Todo paso a paso”.
Ha encontrado apoyo en espacios comunitarios. “Gracias a la fundación Mariposas Verdes he podido participar en ferias. Esos espacios nos dan visibilidad y nos ayudan a creer que sí se puede”.
Y su mensaje final resume la esencia del espíritu huilense: “Hay muchísimo talento aquí. En Pitalito conozco mujeres que hacen cosméticos naturales, jabones, mantequillas. Todo con amor. Solo necesitamos que la gente crea y consuma lo nuestro”.
Medio siglo de tradición: Doña Cleo y el legado de la achira
Desde Yaguará, otro emprendimiento lleva más de medio siglo amasando historia. La Bizcochería Superior Doña Cleo es hoy sinónimo de sabor y tradición en el Huila.
“Llevamos más de 50 años. Yo soy la tercera generación”, cuenta orgullosa Lina Piedad Trujillo, heredera de una familia de mujeres trabajadoras. “Ser emprendedor en el Huila es duro, pero uno aprende a resistir. A ponerle amor a la tradición”.
El bizcocho de achira, insignia de su negocio, tiene denominación de origen del Huila. En su pequeño taller también se hornean bizcochos de cuajada, yuca, mote, manteca, merengos y almohábanas. “Todo lo hacemos con recetas de nuestras abuelas. Es un orgullo poder ofrecer algo que representa nuestra identidad”.
Los retos, dice, son los mismos de siempre: mantenerse. “Todo negocio tiene altos y bajos. Lo difícil es sostenerse cuando las ventas caen. Pero lo importante es no rendirse”.
Aunque agradece los eventos que les permiten exhibirse, considera que el apoyo institucional aún es insuficiente. “Nos dan espacios en ferias, pero las ayudas económicas son pocas. Necesitamos más capacitación y acceso a créditos”.
Su mensaje a los huilenses es una invitación sencilla “Consumamos lo nuestro. El bizcocho de achira es un manjar de nuestra tierra. Apoyar a un emprendedor local es apoyar el desarrollo del Huila”

Arte con identidad, las orquídeas de Andrés
Desde Rivera, Andrés Mauricio Lamilla Espinosa transforma materiales reciclados en arte. Su emprendimiento, Artesanías Libis, elabora orquídeas a mano con polímero y pintura al óleo, inspiradas en la belleza de las flores del Huila.
“Llevamos diez años con el negocio. Lo hacemos todo a mano, con amor y paciencia. Cada pieza busca parecerse a la naturaleza misma”, explica mientras muestra sus flores, cuidadosamente montadas sobre troncos recogidos de los ríos.
Durante la pandemia, su negocio se desplomó. “Las artesanías se vendían muy poco. Pero el año pasado retomamos con nueva fuerza y seguimos creando”.
Valora los eventos regionales como Huila Fest o las ferias de San Pedro y Pitalito, aunque considera que “a veces los apoyos institucionales son más formales que reales”.
“Dan charlas y talleres repetitivos, solo para justificar gastos. Lo que realmente necesitamos son ferias, materiales, maquinaria. Cosas que nos ayuden a trabajar”.
Su llamado es al respeto y la valoración del trabajo manual. “Mucha gente dice ‘ay, qué bonito’, pero no compra. Piden rebaja, mientras en un supermercado pagan sin problema. Detrás de cada flor hay horas de dedicación. Valorémoslo”.
Con orgullo, Andrés muestra su más reciente creación: una flor de cholupa, símbolo autóctono del Huila. “Queremos rescatar lo nuestro. Cada artesanía cuenta la historia de nuestra tierra”.
La mistela y el poder de emprender
Entre los aromas dulces de la mistela y el café, Juan Pablo Hermida Torres levanta con orgullo una botella de su emprendimiento Licores artesanales torres del sol, una marca de licores artesanales que nació con la idea de rescatar los sabores y las costumbres del Huila.
“Tenemos dos productos: nuestra Mistela Chapolera, que es el licor tradicional del Huila, y un licor de café hecho con granos de café bourbon rosado cultivados en las montañas de Bruselas y Pitalito”, explica Juan Pablo, mientras atiende a los visitantes del Huila Fest. “Queremos que la gente disfrute de lo nuestro no solo en San Pedro, sino en cualquier momento del año. Que la mistela no sea solo de fiesta, sino parte de nuestra identidad”.
El camino no ha sido fácil. El proceso de formalización ha sido uno de los mayores desafíos. “Legalizar una empresa de licores es complicado. Hay que cumplir con la Cámara de Comercio, con el Invima, y los costos de producción son altos. Pero gracias al apoyo de la Universidad Surcolombiana, hemos podido avanzar, participar en ferias y darnos a conocer”.
Licores artesanales torres del sol, es, además, una apuesta por el orgullo huilense. “Nos hace falta creer más en lo nuestro. Con su Mistela Chapolera en mano, Juan Pablo lanza una invitación que suena más a declaración de amor por la tierra:
“Apropiémonos del Huila. La mistela es nuestra, es única. No la encontrarán en ningún otro lugar. Cada sorbo cuenta nuestra historia”.
Un Huila que emprende pero que necesita más apoyo
Historias como las de Andrea, Andrés Mauricio, Lina y Andrés reflejan una realidad que se repite por todo el departamento. En cada municipio, el talento se abre paso entre la escasez y la esperanza.
El Huila es un territorio de emprendedores, de campesinos que innovan con cultivos sostenibles, de jóvenes que apuestan por el diseño y la tecnología, de mujeres que lideran microempresas familiares. Pero también es una región que enfrenta retos estructurales: falta de capital, capacitación y formalización empresarial.
En ese contexto, instituciones como el SENA, la Cámara de Comercio y la Gobernación del Huila. Se consolida como aliados estratégicos del desarrollo local. Con sus programas de formación, innovación y apoyo a proyectos asociativos, que fortalezcan la productividad regional y cerrar brechas históricas.

El papel del SENA
En entrevista con el subdirector del Centro de la Industria, de la Empresa y los Servicios delSENA Regional Huila, Fermín Beltrán Barragán, dialogamos sobre los principales apoyos que se brindan desde el SENA, como el Fondo Emprender.
“Definitivamente la misión del Sena es la formación profesional. Nosotros lo que hacemos es invertir en el talento humano, para que desarrolle sus competencias y pueda responder a un mundo tan rápido, tan innovador”, afirma Fermín Beltrán Barragán.
Beltrán habla con la convicción de quien ha visto crecer miles de ideas. Su despacho, dice, no solo forma técnicos o tecnólogos, sino soñadores que quieren “desplegar sus habilidades emprendedoras en proyectos reales”. Teniendo en cuenta el contexto del país en materia de desempleo y la necesidad de crear empresas.
El SENA ha estructurado un ecosistema de innovación y emprendimiento que incluye herramientas como el Fondo Emprender, la Ruta de Emprendimiento, los Centros de Desarrollo Empresarial y espacios de investigación aplicada como Tecnoparque y Tecnoacademia.
“En el departamento del Huila hemos sido líderes nacionales en formulación de planes de negocio. Son miles los emprendimientos que hoy operan gracias a este apoyo”, comenta Beltrán. “Si haces un recorrido por el departamento, desde Colombia hasta San Agustín, encontrarás que todo está lleno de emprendimientos. Hemos tejido un sistema que cubre cada rincón”.
En medio de los stands del reciente Huila Fest, el subdirector se detiene ante ejemplos concretos: una chocolatería artesanal como Chalena, o una cervecería artesanal en Santa María llamada Cambria, todas nacidas del Fondo Emprender.
El SENA ahora trabaja en tecnologías de la industria 4.0: inteligencia artificial, automatización, diseño, ciberseguridad y fabricación de maquinaria local. “Estamos cerrando brechas tecnológicas. El año pasado fabricamos más de 30 máquinas en Tecnoparque Neiva. Y pronto tendremos una fábrica de paneles solares que ensamblará desde aquí, ayudando a la transición energética del país”.
Beltrán lo resume así: “No basta la formación técnica. Hay que permitir que los jóvenes se muevan en un ecosistema de innovación. Si no, no podremos cerrar las brechas”.
Como afirma Fermín Beltrán: “El emprendimiento no puede ser individual. Ahora el 70% de los proyectos que apoyamos deben ser asociativos. Así generamos un impacto real en las comunidades”.
“El cambio ya se siente. Proyectos de biotecnología, energías limpias, agroindustria y turismo emergen desde municipios como Garzón, La Plata, Pitalito, Campoalegre y Neiva. Cada uno, una muestra de que el Huila no solo produce café o arroz: produce ideas, talento y futuro”. Afirmó el subdirector.
Lo que piden los emprendedores en el Huila
John Jairo Rubio considera que una planta de producción en el sur del Huila, impulsaría y sería de gran ayuda para los emprendedores “Necesitamos industria en el sur. Tenemos todo: materias primas, vías y talento. Solo falta creer y apostar por lo nuestro”.
Andrea Orueña, solicita al gobierno más capital semilla y apoyo real. “A veces los emprendimientos se quedan en ideas porque no hay recursos. Sería hermoso que los apoyos llegaran a quienes realmente los necesitan”.
Juan Pablo fue directo, Si el gobierno departamental pudiera hacer algo, sería dar más visibilidad a los pequeños emprendedores, apoyarlos con recursos y espacios para mostrar su trabajo. Porque somos nosotros los que movemos la economía local”.
También Andrés Mauricio, de Rivera, solicitó formación e inversión que les permitan impulsar sus negocios, formalizarse y poder comercializar.
Creer en lo nuestro
El hilo que une todas estas historias es la fé en el trabajo propio. Desde el horno de Yaguará hasta los talleres de Pitalito, el mensaje se repite: “Apoyemos lo nuestro”. Emprender en el Huila no es solo una apuesta económica, sino también una expresión de identidad y arraigo. Aunque el Gobierno Departamental ha destinado más de $7.500 millones en programas de fortalecimiento empresarial, capital semilla y participación en ferias durante la actual vigencia, los emprendedores coinciden en que aún persisten retos en materia de visibilización, acceso a recursos y acompañamiento técnico. Entre la tradición y la innovación, el espíritu emprendedor del Huila sigue buscando el equilibrio entre el esfuerzo individual y el apoyo institucional para seguir creciendo.
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