Alvaro Hernando Cardona González
Ingresar a la página web del BID, permite consultar muchos artículos y resultados de investigaciones que ponen a reflexionar sobre las grandes dificultades para el desarrollo.
Una de esas investigaciones es Los dilemas de fomentar el acceso al agua y al alcantarillado, publicado el pasado 28 de octubre de 2025, y elaborado por los brasileros Carolina Tojal Ramos Dos Santos y Rene Alejandro Nieto que analizó el hecho de que los países latinoamericanos tratan de conseguir inversión privada para ampliar los sistemas de agua corriente y alcantarillado como una posible solución, pero enfrentan el problema de que a menudo resulta costoso ampliar la infraestructura para atender poblaciones desatendidas y estas, a su vez, pueden no estar dispuestas a pagar por ello, lo que plantea la disyuntiva entre la viabilidad financiera y la inclusión social.
El estudio examina cómo mejorar las conexiones de agua y alcantarillado. Observaron que las empresas tienden a dar prioridad a la expansión de la infraestructura en los barrios más pudientes, donde los consumidores pueden pagar y en las zonas más cercanas a las redes existentes. Eso definitivamente no satisface la necesidad de ampliar redes y ampliar coberturas.
Es posible que las empresas no amplíen la infraestructura debido a que no pueden recuperar sus costos. Y que los hogares no aprovechen los valiosos servicios domiciliarios por diversos factores, como por ejemplo los elevados costos de conexión o disposición a pagar las facturas mensuales.
¿Qué hacer? Plantean dos opciones diferentes: Subsidiar la conexión: aunque logra ayudar en los barrios que ya cuentan con servicio de alcantarillado, o redes gruesas, hace poco por incentivar a las empresas a expandirse debido a que las tarifas mensuales reguladas no logran recuperar el costo total de la expansión de la red. Subsidios + Tarifas más altas: combina los subsidios para la conexión con un aumento de la tarifa mensual; aunque mucho más eficaz que el anterior, por otro lado, requiere una considerable inversión pública para financiar los subsidios, y, el aumento de las tarifas encuentra oposición política.
La estrategia más eficaz parece ser la segunda: un aumento moderado de los precios del alcantarillado combinado con subsidios a los hogares para que puedan pagar las conexiones. Pero los gobiernos deben estar dispuestos a intervenir con políticas y regulaciones que creen incentivos. Es complicado desde lo político y lo fiscal, pero la posibilidad de subsidiar la conexión y crear estructuras de precios transparentes que permitan a las empresas recuperar los costos de expansión en zonas desatendidas puede asegurar más calidad de vida y salubridad.
