Egipto abre al mundo su joya cultural más ambiciosa: el Gran Museo Egipcio, un complejo de 500.000 metros cuadrados que alberga más de 100.000 piezas y 7.000 años de historia.
En una ceremonia de dimensiones faraónicas, el país del Nilo presentó oficialmente su nuevo museo nacional, concebido como un puente entre el esplendor del pasado y un futuro de paz y cooperación internacional. Música sinfónica, fuegos artificiales, espectáculos de luces y cientos de figurantes dieron vida al evento celebrado a los pies de las pirámides de Guiza, donde el GEM se erige como uno de los mayores centros culturales del mundo.
A la inauguración asistieron decenas de jefes de Estado y dignatarios internacionales, entre ellos el rey Felipe VI de España y el presidente colombiano Gustavo Petro, quienes presenciaron una puesta en escena cuidadosamente diseñada para destacar tanto la herencia milenaria de Egipto como su papel contemporáneo en el diálogo entre culturas.
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Durante su intervención, el presidente egipcio Abdelfatah al Sisi definió el museo como “una plataforma del diálogo, un destino para el conocimiento y un puerto para la humanidad”. En su discurso, subrayó que “la civilización se construye en tiempos de paz y se disemina con la colaboración de los pueblos”, señalando que con esta apertura “Egipto escribe un nuevo capítulo de su historia presente y futura”.
El espectáculo, transmitido a nivel mundial, incluyó conexiones en directo con Japón —principal financiador del proyecto—, así como con París, Río de Janeiro y Nueva York, destacando la universalidad de la cultura egipcia y el valor de la cooperación global. En paralelo, representaciones artísticas se desarrollaron simultáneamente en lugares emblemáticos del país como Luxor, Asuán y los barrios histórico e islámico de El Cairo.
Con su apertura oficial al público este 4 de noviembre, el Gran Museo Egipcio promete convertirse en el epicentro del patrimonio arqueológico mundial. Su colección abarca desde el Egipto predinástico hasta la época grecorromana, e incluye tesoros inéditos del faraón Tutankamón, que por primera vez se exhiben de forma completa.
El GEM no solo busca preservar el legado de los faraones, sino también proyectar un mensaje contemporáneo: que la grandeza de las civilizaciones se mide en conocimiento y cultura, y que la paz es la base sobre la que se construye el futuro de la humanidad.
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