Por: Niyireth Cruz
Por primera vez habitantes de la vereda San José de los corazones contará con energía solar en sus viviendas, luego de años de sufrimiento e innumerables peticiones a las administraciones.
El sol será la fuente de energía para la vereda San José de los Corazones. Un territorio lleno de esperanza con paisajes que son maravilloso, en sus diferentes tonalidades de verdes, que hacen olvidar que al llegar la noche solo los acompaña la luz de la luna. Su gente campesina guarda la esperanza de ver a su vereda en este siglo XXI con energía, para poder usar aparatos y electrodomésticos, que, aunque para el mundo entero no es novedoso, para ellos significa muchos años de sufrimiento y espera.
Esta realidad, que raya en el anacronismo, está a punto de cambiar para algunos habitantes de esta vereda. San José de los Corazones, junto con otras 30 veredas de este municipio conocido por ser una despensa cafetera y frijolera, ha sido el centro de una noticia que sus habitantes reciben no solo con alegría, sino con un profundo sentido de justicia histórica: la instalación de paneles solares que llevarán por primera vez energía eléctrica a sus hogares y escuelas.
Doble Colombianos: El Rostro de la Resiliencia Rural
El municipio de Colombia, a pesar de sus importantes recursos naturales y su invaluable aporte a la producción agrícola del Huila, ha cargado por años con la etiqueta de ser un territorio marcado por la falta de infraestructura vial, las escasas garantías de desarrollo tecnológico y, quizás lo más doloroso, la ausencia total de energía eléctrica en muchas de sus áreas más apartadas.
Sus habitantes, conocidos localmente como «doble colombianos», son un ejemplo vivo de la tenacidad rural. Según el censo del DANE de 2018, la población total del municipio asciende a 7.040 personas. De ellas, una gran mayoría se dedica en cuerpo y alma a las tareas del campo, a la agricultura y a la ganadería, sosteniendo la economía local con el sudor de su frente. Pero esta dedicación ha venido de la mano con condiciones de vida que, para muchos, son indignas en pleno 2025.
A estas carencias históricas se suman las profundas secuelas de la violencia. El conflicto armado dejó un rastro de dolor que incluye más de 4.004 víctimas directas, afectando de manera tangible e intangible a la totalidad de la población. Este pasado violento hoy estigmatiza al territorio, trayendo consigo señalamientos y estereotipos que opacan sus verdaderas fortalezas: la calidez de su gente, la riqueza agrícola y el vasto potencial turístico que este lugar posee.

El Mundo a la Luz de una Candela
En San José de los Corazones, la precariedad de la vida ha sido una constante. Hasta hace apenas este año, la vereda no contaba siquiera con una carretera. Los caminos eran trochas apenas transitables que la comunidad recorría ayudada por la fuerza de mulas y caballos.
La única red de la que han gozado históricamente es la red de apoyo mutuo y comunitaria; la red eléctrica, un derecho básico en el mundo moderno, ha sido solo un sueño. Que años anteriores encendió las alarmas con un proyecto del que solo quedaron los huecos donde irían los postes, porque hoy la gente se sigue preguntando por las razones por las que este proyecto no logró materializarse.
Mientras el resto del país se sumergió en la era digital hace ya varias décadas, los niños de San José estudian solo con la ayuda de cartillas y material impreso, ya que ni los computadores ni televisores se pueden conectar. La nevera, ese invento que permite conservar los alimentos y mejorar la nutrición familiar, es un lujo inalcanzable. El disfrute de una lavadora, de programas de televisión o, simplemente, la posibilidad de cargar un celular sin tener que caminar por horas a sus veredas vecinas, ha permanecido en el limbo de la promesa incumplida.
“Los domingos nos reunimos en la escuela a jugar un partido de fútbol. Pero toca suspenderlo temprano, porque a la hora que se va la luz del día, hay que salir rumbo hacia las casas, utilizando las linternas ha sido siempre”, comenta un habitante de San José de los Corazones.
Una quebrada que cuando crece los aisla aún más
La lucha de San José de los Corazones, no ha sido solo por la luz. Los reclamos de la comunidad han girado en torno a las deficiencias de acceso vial que los mantienen, en esencia, aislados. Sus vidas han significado sacrificio y mucho amor por su vereda, para tener la fuerza de quedarse en un territorio que, aunque las bondades de la tierra son inigualables, las condiciones de vida al no contar con una carretera han significado perdidas económicas, y un ritmo de crecimiento de su patrimonio familiar a ritmos mucho más lentos de los que avanza el centro del país.
Si bien hoy la vereda cuenta con un camino que, con dificultad, logra llegar hasta la escuela, su adecuación es precaria e insuficiente. El problema más crítico y peligroso es el paso de una quebrada que, al no contar con un puente adecuado, deja a la vereda confinada en cada temporada de lluvias.
El aumento súbito del caudal hace imposible cruzar, un hecho que ha puesto en riesgo la vida de los niños en numerosas ocasiones. Los estudiantes, que deben caminar largas horas para llegar a sus centros educativos, se encuentran a merced de la naturaleza indomable. La solicitud de un puente digno ha sido un ruego constante de los padres de familia, consciente del peligro al que exponen a sus hijos. Los habitantes utilizando su astucia y obligados por la necesidad utilizando madera lograron construir un puente con madera.
Las largas distancias, el mal estado de las vías y la incomunicación no solo hacen más difícil el día a día; aumentan significativamente las dificultades para comercializar sus cosechas, encarecen los productos y limitan las oportunidades de desarrollo para las familias campesinas.
La inversión que ilumina el futuro
La noticia que está por transformar la cotidianidad de este rincón del Huila fue anunciadapor el alcalde del municipio de Colombia, Arvey Vargas Manguera.
A través de un video compartido en sus redes sociales, el mandatario confirmó la aprobación de un vital proyecto gestionado ante el Ministerio de Minas y Energía. Este proyecto tan esperado no solo encenderá las bombillas de las casas de San José, sino que también la esperanza, de sus pobladores, quiénes cada día crecen en números de familia, ya que muchas familias de la capital del país se han asentado en esta vereda, encantados de su riqueza y la tranquilidad que brinda este lugar.
“Quiero compartir una noticia muy importante, gracias a la gestión de este equipo en el año 2024, la gestión que hicimos en el ministerio de energía, hoy se nos ha finiquitado el proyecto de paneles solares para 31 veredas, 192 beneficiarios e importante la institución educativa Potrero Grande, en sus sedes San José de Los Corazones y La Hondita”.
El proyecto es un suspiro de esperanza y una promesa de desarrollo. En total, serán 192 familias de 31 veredas las beneficiarias directas de esta inversión en energía solar. Además de los hogares, la iniciativa priorizará la educación al incluir dos sedes educativas vitales: la de San José de Los Corazones y la de La Hondita, ambas pertenecientes a la Institución Educativa Potrero Grande. Esto suma un total de 194 beneficiarios que verán cómo la energía solar transformará sus vidas.
La implementación de los paneles solares permitirá a la vereda, por fin, dar el salto de la candela a la modernidad. La energía no solo iluminará las noches; permitirá la conservación de alimentos, la tecnificación de los procesos educativos en las escuelas a través del uso de computadores y, quizás lo más importante, abrirá una ventana de comunicación e información que ha estado sellada por la geografía y el abandono institucional.
El alcalde ha anunciado que en los próximos días se realizará una convocatoria con las 192 familias beneficiarias en el casco urbano del municipio, un encuentro que marcará el inicio de la ejecución de este proyecto que, más que infraestructura, significa dignidad para las veredas históricamente olvidadas.
San José de los Corazones y sus vecinos están a la espera. El sol que ha quemado sus rostros mientras labran la tierra, ahora será el motor de su desarrollo, rompiendo la noche que ha durado demasiado y encendiendo, por fin, la luz de la esperanza en el corazón de Colombia, Huila.
El Ministerio de Minas y Energía (MME) y la Electrificadora del Huila S.A. E.S.P. (Electrohuila) han concretado un Contrato Interadministrativo cuyo objeto es la instalación de Soluciones Individuales Fotovoltaicas (SFVI) para generar energía eléctrica en la zona rural dispersa del municipio de Colombia, Huila. Este proyecto implica la verificación, construcción, implementación y puesta en operación de estos sistemas, marcando un avance significativo en la electrificación de comunidades históricamente excluidas de la red nacional. La estrategia obedece a la dicotomía regulatoria colombiana que diferencia y financia de manera separada las zonas interconectadas de las no interconectadas, atendiendo a la complejidad geográfica del país.
El mecanismo financiero central que soporta esta iniciativa es el Fondo de Apoyo Financiero para la Energización de las Zonas No Interconectadas (FAZNI). Este fondo, creado mediante la Ley 633 de 2000 y administrado por el MME, canaliza recursos hacia áreas donde la conexión al Sistema Interconectado Nacional (SIN) se considera inviable, ya sea por razones técnicas o económicas. La selección de las SFVI en la zona rural dispersa de Colombia, Huila, se considera una aplicación directa y legítima del mandato del FAZNI, clasificando implícitamente la ubicación como una Zona No Interconectada (ZNI). Esta clasificación, legitimada por el Decreto Único Reglamentario 1073 de 2015, justifica la inversión en soluciones de generación distribuida y aislada al reconocer que la baja densidad de demanda no compensa el elevado costo de la infraestructura de distribución tradicional. Además, la Ley 1955 de 2019 extendió la vigencia del FAZNI hasta 2030, asegurando una estabilidad financiera a largo plazo para este tipo de proyectos.
La implementación de estas soluciones solares se centra en la «zona rural dispersa», una definición clave que alude a áreas con baja densidad poblacional y grandes distancias entre usuarios. Estas características hacen que el servicio energético con infraestructura tradicional sea inherentemente costoso. En este contexto, la Instalación de Soluciones Individuales Fotovoltaicas es la respuesta técnica más eficiente al desafío geográfico y demográfico. Cada sistema opera como una micro-utilidad independiente, minimizando los costos asociados a la transmisión y distribución de energía, y ofreciendo una solución de electrificación sostenible y descentralizada a los beneficiarios de esta apartada región del Huila.
Una nueva preocupación
Si bien para muchas familias este proyecto representará una gran oportunidad y cambio en las condiciones de vida. Hay algunas habitantes de la vereda que no aparecen como beneficiarios, lo que generan dudas y preguntas frente al proceso que deben asumir ahora para que la energía pueda llegar hasta sus casas.

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