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Iván Cepeda: el candidato del Pacto Histórico ante los retos de 2026

Oct 27, 2025

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Iván Cepeda se impuso en la consulta del Pacto Histórico y se convirtió en el candidato presidencial de la izquierda. Pero su camino hacia 2026 no será fácil: deberá mantener unida a la izquierda y sortear obstáculos jurídicos y políticos para consolidar su liderazgo.

DIARIO DEL HUILA, POLITICA

El senador del Polo Democrático, Iván Cepeda Castro, se convirtió este domingo 26 de octubre en el candidato presidencial de la izquierda colombiana. Con más de 664.000 votos —según el avance número 16 de la Registraduría Nacional—, Cepeda se impuso de manera contundente sobre la exministra de Salud, Carolina Corcho, y asumió el liderazgo del Pacto Histórico rumbo a los comicios de 2026.

Aunque el resultado confirma su fortaleza dentro del ala más ideológica del petrismo, el camino que se abre ante él está lleno de dificultades. Cepeda deberá enfrentar, simultáneamente, retos políticos, jurídicos y estratégicos que pondrán a prueba su capacidad de articulación en un momento en que la izquierda, lejos de consolidarse, parece transitar por un campo minado de divisiones internas, dudas legales y urgencias electorales.

Un triunfo con sabor a desafío

Iván Cepeda celebró con serenidad su triunfo. Reconoció el papel de su contendora, Carolina Corcho, y envió un mensaje de unidad al interior del Pacto Histórico. “El Pacto Histórico es la fuerza más grande, influyente y poderosa que hay en el país. Es una fuerza democrática que se ha medido en las urnas con la ciudadanía”, afirmó en su discurso.

Sin embargo, el senador fue consciente de que la victoria apenas inaugura una etapa más compleja: consolidar un proyecto de izquierda capaz de mantener la cohesión del progresismo y proyectarse hacia un eventual segundo gobierno del cambio. “No voy a ir a debates a insultarnos ni a descalificarnos. Invito a los demás precandidatos a hablar de ideas de país, no de amenazas ni de agravios”, subrayó.

Su tono conciliador contrasta con las tensiones que atraviesan al petrismo, un movimiento que, pese a seguir siendo la principal fuerza de izquierda en Colombia, enfrenta la erosión del desgaste del gobierno y la desconfianza de algunos sectores que se sienten marginados por el presidente Gustavo Petro.

La sombra de Petro

El gran interrogante que se abre ahora es qué tan dispuesto estará Gustavo Petro a respaldar plenamente a Iván Cepeda como su heredero político. Si bien ambos comparten una historia de militancia común en la defensa de los derechos humanos y en la lucha contra el paramilitarismo, el presidente ha demostrado ser un estratega pragmático y, sobre todo, poco sentimental cuando se trata de mantener el poder.

Petro sabe que para llegar a la Casa de Nariño en 2022 necesitó una amplia coalición de sectores diversos, un “sancocho político”, como él mismo lo definió. Por eso, aunque Cepeda representa la pureza ideológica del petrismo, el presidente podría buscar un candidato capaz de seducir al centro e incluso a sectores moderados del establecimiento.

El mandatario, que termina su gobierno con una popularidad cercana al 30 %, no quiere perder la posibilidad de prolongar su legado y mantener la hegemonía de la izquierda. De ahí que Cepeda, para consolidar su aspiración, tendrá que demostrar que no es solo el candidato del ala radical, sino el líder capaz de convocar al conjunto de las fuerzas progresistas, sin excluir a quienes han mantenido diferencias con el gobierno.

Un laberinto jurídico

Además de los desafíos políticos, Iván Cepeda enfrenta un problema jurídico de fondo. En el Consejo Nacional Electoral (CNE) se discute la tesis de que la consulta de este domingo fue interpartidista y no partidista, debido a que el Pacto Histórico no cuenta aún con personería jurídica.

Si esa interpretación prospera, el panorama se complica: Cepeda no podría participar nuevamente en la consulta del Frente Amplio programada para marzo de 2026, donde se definiría el candidato único de las fuerzas progresistas. La razón es que, según la legislación colombiana, el Estado solo financia una consulta por coalición o candidato en un mismo proceso electoral.

En consecuencia, los resultados de este domingo podrían ser considerados vinculantes, lo que obligaría a Cepeda a ir directamente a la primera vuelta presidencial sin medirse con otros aspirantes como Daniel Quintero, Roy Barreras o un eventual candidato del sector del exministro Juan Fernando Cristo.

Para Gustavo Bolívar, exdirector del DPS y uno de los principales aliados de Petro, ese escenario sería “un suicidio político”. Según su análisis, la izquierda llegaría dividida a la primera vuelta, lo que facilitaría la victoria de la derecha.

Un llamado a la unidad

Consciente de esa amenaza, Cepeda ha insistido en que su prioridad será mantener la cohesión del Pacto Histórico y tender puentes hacia otras vertientes progresistas. “No es una alianza electoral, es una fuerza política que queremos construir sobre compromisos programáticos, no burocráticos”, sostuvo.

Su discurso busca transmitir la idea de un liderazgo sereno y comprometido con los ideales de transformación social, pero también pragmático frente a la necesidad de ampliar la base política del cambio. Cepeda entiende que solo un bloque unido podría tener opciones reales de retener el poder en 2026.

Por eso ha extendido invitaciones públicas a los demás sectores de izquierda para participar en la construcción del Frente Amplio, la gran coalición con la que se espera enfrentar a la derecha en las próximas presidenciales.

Los números del Pacto y las lecturas opuestas

La consulta del Pacto Histórico dejó más de dos millones de votos, una cifra que para el petrismo representa una demostración de fuerza, pero que para la oposición evidencia un estancamiento del movimiento. Petro, según fuentes de su entorno, esperaba superar los 2,5 millones de sufragios, el mismo número que alcanzó su coalición en las elecciones legislativas de 2022.

La lectura opositora fue inmediata. Varios sectores del centro y la derecha calificaron el resultado como una señal de debilidad, aunque reconocieron que la izquierda mantiene una base electoral sólida.

Uno de los primeros en reaccionar fue el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, quien advirtió: “No nos llamemos a engaños. La consulta de hoy no fue una derrota para el Pacto Histórico. Más de dos millones de votos en un día sin elecciones paralelas es una ventaja enorme. Si queremos derrotar a la izquierda, tenemos que unirnos”.

Cárdenas reveló que ya estableció contactos con Juan Manuel Galán y David Luna para conformar una alianza opositora, e hizo un llamado a sumar nombres como Sergio Fajardo, Juan Daniel Oviedo y los exgobernadores que preparan sus propias candidaturas. “Solo unidos podremos evitar que Colombia viva una versión 2.0 del Pacto Histórico”, concluyó.

La respuesta de Petro no tardó en llegar: “La fuerza del pueblo es invencible, amigo”, escribió en sus redes, reafirmando su confianza en que el proyecto progresista sigue siendo la opción mayoritaria en el país.

Carolina Corcho: derrota con dignidad

Carolina Corcho, segunda en la contienda con más de 600.000 votos, aceptó su derrota con serenidad y recordó los compromisos internos del Pacto Histórico. Según los acuerdos políticos previos, quien ocupara el segundo lugar en la consulta encabezaría la lista al Senado, una decisión que ahora deberá ser ratificada por la coalición.

“Honro la palabra y respeto al senador Iván Cepeda. Pedimos que todo el Pacto Histórico honre los acuerdos. La lista es paritaria y quien encabece debe estar respaldado por el voto popular”, afirmó Corcho.

Su pronunciamiento abre un nuevo frente de discusión al interior del petrismo, pues la senadora María José Pizarro había renunciado a su aspiración presidencial con la promesa de encabezar la lista al Senado. Resolver ese dilema será una de las primeras pruebas de cohesión para Cepeda y su equipo político.

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Corcho, por su parte, anunció que recorrerá el país agradeciendo el respaldo recibido y que seguirá trabajando “por la continuidad del cambio” desde los movimientos sociales. “Aquí no se apeló a la política tradicional ni al clientelismo. Esta fue una campaña de ideas y de ciudadanía”, destacó.

El nuevo rostro del petrismo

El ascenso de Iván Cepeda marca un punto de inflexión para la izquierda colombiana. Hijo del reconocido dirigente comunista Iván Cepeda Vargas, asesinado en 1994, el hoy senador ha dedicado su vida a la defensa de los derechos humanos y a la búsqueda de justicia para las víctimas del conflicto armado.

Su perfil lo convierte en una figura respetada, incluso entre algunos sectores que no comparten su ideología. Pero su desafío será traducir ese capital moral en liderazgo electoral. Cepeda deberá demostrar que puede pasar del activismo al pragmatismo, del discurso de la resistencia a la gestión de poder.

La próxima etapa definirá si logra proyectarse como el heredero legítimo del petrismo o si su candidatura se diluye en las tensiones internas y los obstáculos jurídicos.

El dilema de 2026

A poco menos de dos años para las elecciones, la izquierda colombiana enfrenta el mismo dilema que la oposición: unidad o derrota. Mientras el uribismo intenta reorganizarse y el centro busca resucitar alianzas, el Pacto Histórico atraviesa una fase de reacomodo tras la salida de figuras clave y el desgaste natural del gobierno.

Si Cepeda logra superar los obstáculos legales, obtener el respaldo de Petro y consolidar el Frente Amplio, podría convertirse en un contendiente serio para mantener la continuidad del proyecto progresista. Pero si las divisiones internas persisten, la historia podría repetirse: una izquierda fragmentada frente a una derecha cohesionada.

El camino de Iván Cepeda hacia 2026 está lleno de espinas, pero también de oportunidades. En sus manos está demostrar que la izquierda puede reinventarse sin perder su esencia, y que el cambio iniciado en 2022 puede tener un segundo capítulo.

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