Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa
Desde todo punto de vista, la soberanía de una nación debe ser respetada, dado que se constituye como un principio fundamental del derecho internacional el cual debe garantizar la independencia, la autodeterminación y la no injerencia en los asuntos internos de cada país. No cabe duda, que respetar la soberanía resulta fundamental para mantener la paz y la cooperación internacional, permitiendo a cada nación tomar sus propias decisiones políticas y gestionar sus recursos.
No obstante, lo expresado en el párrafo anterior, el presidente de los EEUU Donald Trump, obedeciendo a sus caprichos de hombre poderoso, se desmide en sus actuaciones e ignora esos principios comprendidos en el derecho internacional, insultando no solamente al presidente de nuestro país, sino insultando a todos los colombianos.
La teoría expresa que la soberanía es la autoridad suprema e independiente para tomar decisiones políticas, tanto internas como externas, sin estar sujeto a ningún otro poder superior. Es la capacidad de un Estado de autodeterminarse y ejercer su poder sobre territorio y población, asegurando la libertad de elegir su propio gobierno, leyes y políticas sin imposiciones externas.
Pero actualmente “una cosa es lo que piensa el burro y otra el que lo está enjalmando” y las normas comienzan a ser elásticas porque manos invisibles se encargan de ajustarlas según la necesidad del que más poder tiene, por ello que exista tanto señor de corbata suelto o purgando penas en lujosas mansiones a pesar de sus pecaminosas e ilegales acciones.
Países tan débiles política y económicamente, siempre han tenido que depender de naciones poderosas, como en el caso nuestro con la potencia norteamericana, quien desde muchas décadas atrás ha interferido en asuntos internos de nuestra patria y de muchas otras naciones como la nuestra.
Recordemos que las dictaduras militares en varios países de Latinoamérica, fueron gestadas y patrocinadas desde el gobierno norteamericano, en una época de gran violencia en cada una de las patrias en las que se vivieron dichos mandatos. Quienes han estudiado la historia o los que sobrepasan los setenta años de edad, pueden recordar aquellas épocas de tiranía.
En cuanto a los señalamientos de Trump hacia el presidente Petro, sea de nuestro gusto y aceptación o no, me parecen un despropósito, porque nos pone a todos los colombianos en la palestra pública, sobre todo a nivel internacional, en tiempos en que tantos amigos y familiares nuestros, buscan una oportunidad laboral, académica, profesional y económica en el extranjero; porque estas acusaciones no afectan solamente al presidente Petro, sino que nos afectan a todos.
Ad portas de unas contiendas políticas en Colombia, en medio de esta coyuntura, se oscurece el panorama y se nos impide observar hacia el horizonte, algo que complejiza aún más la situación y se siembran por todo el territorio patrio semillas de incertidumbre.
Adenda:
Increíble la falta de identidad política de muchos precandidatos al Congreso de la República que buscan cupo en la lista que sea, saltando de orilla a orilla sin importar la plataforma ideológica de las colectividades, de esos congresistas líbrame señor.








