La Unidad de Integridad de Deportes Acuáticos impuso una dura sanción a la nadadora de categoría Masters, Hannah Caldas, una atleta transgénero, por negarse a realizar una prueba genética obligatoria de verificación de sexo.
La nadadora portuguesa y reconocida atleta transgénero, Hannah Caldas, de 48 años, fue suspendida por un período de cinco años por la Unidad de Integridad de Deportes Acuáticos, tras negarse a someterse a una prueba de verificación de sexo. Este requisito, considerado obligatorio por World Aquatics para la participación en competencias internacionales, fue específicamente una prueba genética exigida a su propio costo para demostrar el cumplimiento de un requisito cromosómico específico.
La sanción implica que Caldas no podrá competir hasta el 18 de octubre de 2030 . Además, todos los resultados de la atleta cosechados desde el 19 de junio de 2022 hasta el 17 de octubre de 2024 han sido descalificados, lo que incluye los récords mundiales que había logrado en la categoría de relevo mixto y anula de forma retroactiva su participación en eventos.
La medida se fundamenta en el incumplimiento de las normas de integridad y elegibilidad del organismo rector de los deportes acuáticos, que acusa a Caldas de violar varios artículos del World Aquatics Integrity Code, incluyendo la falta de honestidad, la entrega de información falsa y el incumplimiento de obligaciones administrativas relacionadas con la investigación.
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Una exigencia de prueba genética y un historial deportivo.
Caldas, quien compitió en natación bajo su nombre primerizo, Hugo, y de 2012 a 2021 en la categoría femenina de CrossFit, se disponía a participar en un torneo de World Aquatics Masters en su rango de edad. La exigencia de la prueba genética se dio incluso después de que la atleta proporcionara a World Aquatics su certificado de nacimiento, donde figura como mujer.
Además, en abril de 2024, US Masters Swimming ratificó su condición para competir en categoría femenina después de su participación en otro campeonato, un punto que Caldas también apela en su defensa.
La defensa de la atleta: “Un precio que estoy dispuesta a pagar”
Tras conocer la decisión, Hannah Caldas emitió declaraciones defendiendo su postura y cuestionando la ética de la solicitud: «Las pruebas cromosómicas son procedimientos invasivos y costosos. Mi seguro se niega a cubrirlas porque no son médicamente necesarias».
La nadadora argumentó que este tipo de exigencias no son estándar en el deporte recreativo, ni siquiera para el organismo rector nacional en Estados Unidos: «Ningún estado de Estados Unidos exige pruebas genéticas para eventos deportivos recreativos como estos. Ni siquiera US Masters Swimming, el organismo rector nacional de la natación recreativa para adultos en el país, las exige para nada.»
Caldas fue enfática al expresar su postura sobre la protección de su privacidad: «Entiendo y acepto las consecuencias de no cumplir con una investigación de World Aquatics. Pero si una suspensión de cinco años es el precio que debo pagar para proteger mi información médica más íntima, entonces definitivamente lo afronto, por mí y por todas las demás mujeres que no quieren someterse a pruebas médicas altamente invasivas solo para nadar en una competencia para adultos mayores.»
Finalmente, el deportista aseguró que está dispuesta a poner fin a su carrera deportiva: «Llevo más de 30 años nadando en eventos oficiales y estoy dispuesta a dejarlo todo . Mi vida y mi privacidad ya han sido invadidas lo suficiente. Es hora de priorizar mi salud y seguridad personal».









