El presidente Gustavo Petro rechazó con firmeza el más reciente bombardeo ejecutado por fuerzas estadounidenses contra una lancha en el océano Pacífico, un hecho que, según informó, dejó varias personas muertas y que calificó como una violación grave al derecho internacional.
“El ataque a otra lancha en el Pacífico, no sabemos si ecuatoriano o colombiano, dejó muertos. Igualmente es un asesinato”, escribió el mandatario en su cuenta de X.
El jefe de Estado advirtió que la estrategia militar de Estados Unidos, que incluye el lanzamiento de misiles contra embarcaciones sospechosas de transportar droga, “rompe las normas del derecho internacional” tanto en el Caribe como en el Pacífico.
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“Colombia respeta el derecho internacional y, en mi caso, lo considero el resumen de la civilización humana y el único camino para escapar de la barbarie”, señaló Petro.
El mandatario reconoció que la nueva estrategia estadounidense “al menos comienza a aceptar que la mayor parte de la cocaína no sale por el Caribe, sino por el Pacífico”, pero cuestionó el uso de la fuerza letal como método para contener el narcotráfico.
“Centrar la estrategia en arrojar misiles sobre lanchas, sea en el Caribe o sea en el Pacífico, no retiene el tráfico de cocaína y pone a EE. UU. por fuera del derecho internacional”, afirmó.
Petro explicó que el tráfico marítimo de cocaína por el Pacífico se realiza principalmente a través de barcos mercantes, donde la droga se oculta en contenedores o adherida al casco de las embarcaciones, y no mediante lanchas rápidas como se ha planteado en la estrategia norteamericana.
El presidente contrastó las acciones de su gobierno con la política estadounidense, destacando que en Colombia se ha privilegiado una estrategia de inteligencia y control sin uso de la fuerza letal.
“Mi estrategia consistió en aumentar la incautación deteniendo las lanchas en el mar, sin muertos, y con organismos de inteligencia desplegados dentro de los grupos de capos”, explicó.
Según el mandatario, gracias a esa política, su administración ha logrado incautar más de 2.800 toneladas de cocaína en tres años, la cifra más alta registrada en la historia del país.
“El gobierno de Colombia seguirá colaborando en la lucha antinarcotraficante, aumentando la experiencia y transfiriéndola a todo gobierno que quiera colaborar con Colombia sin destruir la democracia y sin intervenir en la política interna de los países socios”, concluyó.
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